‘Raza’, de Franco, es la única película española protegida
Podemos pregunta al Gobierno por qué Navarra declaró bien de interés cultural en 1993 el guion basado en la novela del dictador, junto al primer NO-DO, una decisión de la que nadie se responsabiliza
Hasta hoy se creía que el cine español no estaba catalogado como bien de interés cultural (BIC), que ninguna película quedaba amparada por la máxima categoría de protección del patrimonio histórico. Ni Viridiana (1961), de Luis Buñuel, ni El verdugo (1963), de Luis García Berlanga, por ejemplo. Pero no es así. Hay dos obras audiovisuales inscritas y declaradas como tal desde 1993, aunque se desconocía: el NO-DO y el guion de Raza, basada en la novela de Francisco Franco que apareció el seudónimo de Jaime de Andrade, La película, dirigida y coescrita por José Luis Saénz de Heredia —primo de José Antonio Primo de Rivera— y estrenada en 1942, fue un pelotazo de taquilla.
El trámite de incoación de ambos bienes partió del Gobierno navarro hace 25 años. De hecho, los dos tienen la misma fecha de inscripción: el 21 de junio de 1993. El Ejecutivo autónomo estaba entonces en manos de la conservadora Unión del Pueblo Navarro (UPN), con Juan Cruz Alli a su frente. Unos días antes del inicio del trámite para proteger el panfleto franquista, en España se habían celebrado elecciones generales, las sextas, y volvió a vencer el PSOE de Felipe González, que llevaba en el poder desde 1982.
El hallazgo de la ficha correspondiente en el Registro de Bienes de Interés Cultural que figura en el catálogo web de bienes culturales muebles del Ministerio de Cultura, ha motivado una pregunta parlamentaria al Gobierno de Unidos Podemos, al no poder consultar el expediente completo.
Un sueño "anticomunista"
Raza es el sueño cinematográfico de Franco hecho realidad. Así lo define el historiador del cine Magí Crusells, coautor con José María Caparrós de Las películas que vio Franco (Cátedra). En él, añade, se adora la esencia de los valores nacionalcatólicos. "Es anticomunista, fascista y racista, sobre todo en la primera versión. La segunda, de 1950 [Espíritu de una raza], trató de edulcorar y eliminar los elementos que podrían irritar a la comunidad internacional", explica. De hecho, mandó retirar y destruir todas las copias de Raza, menos una completa, en buen estado, hallada en 1995, en una biblioteca alemana.
Guion y No-Do fueron declarados BIC el 22 de julio de 1993 en Navarra, pero el servicio de documentación del Congreso de los Diputados no ha podido hallar el expediente ni en el Boletín Oficial de Navarra en el que fue publicado, según ha podido saber EL PAÍS. Sin el documento se desconoce el autor de la catalogación ni los motivos que alegó para iniciar esta llamativa operación de salvaguarda.
Este periódico se ha puesto en contacto con los servicios de Registro, Bienes Muebles y Arqueología de Navarra, pero la reclamación del expediente no fue atendida. Tampoco el Ministerio de Cultura lo hizo ayer jueves. Este diario también consultó ayer en la sede del Boletín Oficial de Navarra, en Pamplona, los números publicados durante varios meses sucesivos a la declaración de bien de interés cultural de julio de 1993 sin hallar ninguna referencia, informa Andrés García de la Riva. Los ejemplares del boletín se empezaron a digitalizar en 1996.
Lo más llamativo es que los bienes audiovisuales no tienen categoría de BIC; por ello, tanto el NO-DO como Raza están todavía “por asignar”, aunque figuran dentro del epígrafe “Etnografía”, según consta en el registro de Cultura, como se puede comprobar con una consulta a su web. Solo la ley de patrimonio valenciana reconoce la protección de la producción audiovisual. Adoptar la figura resulta una tarea pendiente y urgente de acometer sobre el legado fílmico, según coinciden expertos y diversos grupos políticos.
Fuentes de Geroa Bai, la coalición nacionalista que gobierna Navarra, aseguraron este jueves que no tenían constancia de la petición de declaración como bien de interés cultural y, por lo tanto, desconocen los motivos de su tramitación hace 25 años. Dori López Jurío, directora general de Cultura, recalcó que su equipo “no plantearía ahora una declaración BIC de una obra como el guion de Raza”.
En 1993, la política cultural navarra estaba dirigida por Javier Marcotegui, de UPN, quien mostró su sorpresa ante la existencia de ese BIC tramitado supuestamente desde su departamento. “Me sorprende extraordinariamente la información. No recuerdo nada de eso. No sé qué pudo pasar para que una iniciativa que no está vinculada a Navarra partiera de aquí”, comentó a EL PAÍS. Y remite a su entonces director general de Cultura, Javier Zubiaur, “un hombre de cine, que siempre ha peleado por proteger el patrimonio filmado”.
“No tenía ni idea de este asunto”, precisa Zubiaur. “El cine siempre ha sido un sector muy poco atendido. Recuerdo que al llegar iniciamos los trámites para proteger Navarra, las cuatro estaciones [1972], de Pío Caro Baroja, porque la copia estaba en muy malas condiciones, pero me extraña que se pidiera proteger estas dos obras. No discuto que sean merecedoras como documento, pero yo como director no di esa orden”, puntualiza.
Hace 25 años, alguien en Navarra ya pensaba en la memoria histórica, pero en la franquista, y se adelantó a su manera 14 años a la ley que reconoce y amplía derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura.
El portavoz de Cultura de Unidos Podemos en el Congreso, Eduardo Maura, mantiene que este caso revela “un gran descuido del patrimonio audiovisual en España”. “Un país con memoria y que se preocupa por su patrimonio audiovisual, que se preocupa por sus autoras y autores audiovisuales, no permitiría nunca que el de Raza fuera, como es, el único guion que goza de protección como BIC. Pero esto también debe alertarnos de un problema serio de memoria. Debatimos mucho sobre el Valle [de los Caídos] y la tumba de Franco, pero ¿y el legado cultural e inmaterial del franquismo? ¿No es tan importante o más?”, añade.
De algún modo, esa petición de protección fue un homenaje al particular Mein Kampf de Franco y a su figura como ideólogo, no al trabajo de Sáenz de Heredia como cineasta y como redactor del mejor manifiesto franquista. En 1964, Franco solicitó inscribirse en la SGAE, lo que permitió descubrir que Jaime de Andrade era el seudónimo con el que firmó la obra.
Franco cuenta la historia de una familia gallega desde la pérdida de las colonias en 1898 hasta la Guerra Civil. El eco autobiográfico en el filme es evidente: el protagonista es dado por muerto en combate, como le pasó a él, y tiene un hermano republicano que se suma al golpe de Estado (como Ramón Franco).
Planeta publicó una versión del guion en 1997, que se puede comprar por ocho euros. El dictador empezó a escribir una secuela, en la que el protagonista se alistaba en la División Azul para luchar contra los rusos... pero los alemanes empezaron a perder la Segunda Guerra Mundial y Franco prefirió olvidar.
Babelia
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