Mil legionarios solos ante el peligro
Los arqueólogos del CSIC, la Universidad de Santiago y del colectivo Romanarmy hallan en Ourense el campamento romano más antiguo de Galicia
Algo debió pasar en el campamento romano porque los legionarios abandonaron su sueldo y hasta las tachuelas de las sandalias. Más de dos mil años después, arqueólogos del Instituto de Ciencias do Patrimonio (Incipit), dependiente del CSIC, y del Grupo de Investigación Síncrisis del Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Compostela y especialistas del colectivo Romanarmy.eu, hallaron aquellos restos durante unas excavaciones en Manzaneda (Ourense) —cuyo Ayuntamiento también ha colaborado en el proyecto—, donde comenzaron a estudiar el que está considerado el asentamiento legionario más antiguo de Galicia, el campamento de O Penedo dos Lobos.
El acantonamiento, que ocupa 2,5 hectáreas de un promontorio pelado, tenía una capacidad máxima para mil legionarios, lejos de los campamentos desenterrados en Asturias o en el norte Galicia y que podían albergar a una legión completa (unos 6.000 hombres fuertemente armados). Por eso, y dadas sus reducidas dimensiones, el director del proyecto, João Fonte, considera que podía tratarse del lugar que eligió para asentarse un “destacamento legionario antes de realizar un reconocimiento territorial”.
Los expertos relacionan el hallazgo con el desarrollo de las guerras cántabro-astures, ya que las monedas encontradas fueron acuñadas por Publio Cariso, delegado del emperador Octavio Augusto, entre los años 25 y 22 antes de Cristo para pagar a las legiones que participaban en estas campañas y que culminarían con la completa romanización de la Península.
¿Qué hacía un millar de hombres en mitad de los bosques gallegos y lejos de los fortines más seguros? Esta es una incógnita que aún los arqueólogos no han logrado responder. La hipótesis que manejan es que quizás se tratase de una especie de avanzadilla militar que tenía órdenes de entrar en contacto con los pueblos que habitaban la zona. Lo que resulta seguro es que los soldados no se sentían muy a salvo en el lugar donde habían levantado el fuerte, ya que lo rodearon de una muralla defensiva de piedra.
El equipo de investigación que ha actuado en O Penedo dos Lobos califica de “excelente” el estado de conservación del amurallado, puesto que mantiene las características cuatro puertas que definen los recintos militares romanos, así como la totalidad del perímetro de la tapia defensiva.
Los expertos del CSIC y de Romanarmy consideran que O Penedo do Lobos no sería, por tanto, un campamento de marcha (levantado provisionalmente hasta retomar el camino durante una campaña), sino estacional; es decir, construido para perdurar durante un periodo más prolongado (una semana o incluso varios meses) hasta que el contingente militar hubiera cumplido la misión que se le encomendase.
El campamento fue descubierto por un vecino de la comarca, Rubén F. Lorenzo Pérez, quien comunicó la existencia de un recinto de alta montaña con "peculiares características". Las primeras fotos tomadas con drones dejaron claro que "algo había", señala Fonte.
El campamento se halla actualmente en una zona sin vegetación, ya que el área ha sufrido incendios forestales. Ahora la Xunta de Galicia tiene previsto llevar a cabo una reforestación en la comarca, aunque fuentes del Gobierno gallego han confirmado a EL PAÍS que las labores podrían modificarse para no dañar el yacimiento, ya que sería necesaria la actuación de maquinaria pesada.
Las respuestas a todas las preguntas que se hacen los investigadores tardarán en llegar, puesto que deben pasar antes por el laboratorio y por nuevas excavaciones en próximas campañas. La de este año acabó en agosto. A lo mejor el campamento de Manzaneda no fue el de la famosa Última legión de Valerio Massimo Manfredi, pero sí el primero que se levantó en Galicia. Ahora falta la novela.
Babelia
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