Los Ariel premian las lenguas indígenas con ‘Sueño en otro idioma’

Los premios Ariel encumbraron la cultura indígena en su 60ª edición. Los Oscar del cine mexicano otorgaron en la noche del martes seis galardones a Sueño en otro idioma, dirigida por Ernesto Contreras y escrita por su hermano Carlos. La película narra la historia de los dos últimos hablantes de una lengua indígena, precisamente dos hermanos, que no se dirigen la palabra.

La desaparición de las lenguas indígenas no fue, sin embargo, el único problema que esta entrega de premios, celebrada en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, dio pie a abordar. Los galardones de la academia derivaron en un acto de concienciación, donde una pregunta sobrevoló toda la ceremonia: ¿Qué hacer con la violencia en una sociedad?

Los galardones a mejor actor y mejor actriz fueron para Eligio Meléndez por su papel en Sueño en otro idioma y para Karina Gidi, por Los adioses, respectivamente. La gran premiada de los hermanos Contreras recibió además las estatuillas por: mejor película, guion original, fotografía, música original y sonido. El director, Ernesto, no optó a la categoría de mejor dirección por ser el presidente de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (Amacc), institución que otorga las estatuillas. Los artistas basaron su historia en una noticia –que fue posteriormente cuestionada– sobre un hecho similar ocurrido en el Estado de Tabasco. La película ya ha sido premiada anteriormente en el Festival Sundance de Utah y en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (México).

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"No nos olvidemos de nuestros propios indígenas. En México hay 68 lenguas vivas y son 68 formas de decir te quiero y gracias", recordó Ernesto Contreras. Mientras que su hermano Carlos quiso dedicar el Ariel "a todas las culturas indígenas que están a punto de extinguirse y también a aquellos que no se han sentido escuchados o comprendidos por hablar una lengua diferente".

La región salvaje, de Amat Escalante, fue la segunda cinta más galardonada la noche de ayer, con cinco estatuillas: a la mejor dirección, actriz de cuadro (Bernarda Trueba), edición, efectos especiales y efectos visuales. El mejor largometraje documental fue para otra de las grandes favoritas de la noche: La libertad del Diablo, de Everardo González.

Los invitados y nominados a esta edición se volcaron con los tres estudiantes de cine asesinados en el Estado de Jalisco al ser confundidos por el Cartel Jalisco Nueva Generación con sus rivales en la región. Los grandes protagonistas de la alfombra roja fueron los botones (chapas), las pulseras y las pancartas, que llevaban actores, directores y productores, en los que se leía: “No son tres, somos todos”.

En la primera parte de la ceremonia tomaron la palabra tres alumnos de la Universidad de Medios Audiovisuales de Guadalajara –a la que pertenecían los tres asesinados–, y de la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México para reclamar la paz. "En un principio, creíamos estar aquí por nuestros compañeros Salomón, Marco y Daniel, pero hace unos días cuatro estudiantes de enfermería también desparecieron", arrancó una joven. "Cada día que pasa en este país se convierte en una fecha trágica. Es un dolor desbordante, producido por una guerra declarada", continuó. "Ahora que los nombres de nuestros compañeros nos unen más que nunca: paremos esta guerra. Que la rabia nos dé fuerza y la imaginación nos guíe", sentenció. Acto seguido se guardó un minuto de silencio por los estudiantes, que fueron secuestrados, asesinados y disueltos en ácido.

La cita coincidió además con el noveno aniversario de otra tragedia, la de la guardería ABC, donde murieron 49 niños en un incendio. Fecha que recordaron, entre otros, el presidente de la Amacc y el periodista Diego Enrique Osorno, premiado por La muñeca tetona al mejor cortometraje documental: "Debería estar marchando con las familias, pero ya que vine me gustaría recordar aquí este hecho que no debe olvidarse hasta que haya justicia", remató.

En la categoría de mejor película iberoamericana, la chilena Una mujer fantástica, de Sebastián Lelio, volvió a alzarse con una de las numerosas estatuillas que lleva a sus espaldas, entre ellos un Oscar. La nota de humor la puso Gael García Bernal, quien nada más subir al escenario aseguró a los asistentes que no tenía intención de cantar. En la pasada gala de los premios de la Academia estadounidense su interpretación musical, junto a Natalia Lafourcade, del tema Coco, de la película homónima, generó cientos de comentarios en las redes sociales.

A pesar de lo encorsetado de las intervenciones en una gala que tuvo una duración de más de tres horas, la reivindicación de construir un México justo y en paz cobró vida a la manera en que el hombre representado en la estatuilla de los Ariel (diseñada por el escultor mexicano Ignacio Asúnsolo) parece emprender el vuelo.