El museo arqueológico de Granada reabre sus puertas tras ocho años de cierre
Se exhibirán 120 piezas entre las que se incluye el diente de Orce, el resto humano más antiguo en Europa
El Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, estuvo cerrado seis años por obras. El Museo Arqueológico de Granada ha estado cerrado ocho. Finalmente, hoy reabre sus puertas al público. Algo pasa con los museos arqueológicos, dependientes del Ministerio de Cultura, que se hacen mayores y cuesta mucho tiempo arreglarlos. Porque si bien en el caso de Madrid el presupuesto era importante, 36,7 millones de euros, el coste de la reapertura del Arqueológico de Granada ha requerido una inversión del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de 327.000 euros, una cantidad que difícilmente justifica un cierre de ocho años. A eso se ha sumado una cantidad similar de la Junta de Andalucía. En definitiva, 640.000 euros son los que ha necesitado el museo para volver a la vida.
El museo granadino cerró sus puertas en junio de 2010. En realidad, cerró solo una de sus puertas, la abierta al público. El museo cuenta con dos espacios, el expositivo abierto al público es la Casa de Castril, un palacio renacentista en la muy transitada carrera del Darro, frente a la Alhambra. La gestión y parte de los fondos está en la contigua Casa Latorre. La clausura de la zona expositiva, en definitiva del museo como tal, se debió a la falta de mantenimiento. La Casa de Castril fue adquirida en 1917 para ser sede del museo y no recibió gran mantenimiento. Una temporada de lluvias en 2010 remató las malas condiciones y la Junta de Andalucía echó el cierre e instó al gobierno central a su reparación. Una dificultad añadida en estos casos es el peculiar sistema de funcionamiento de los museos arqueológicos en España. La titularidad de los museos es estatal y la gestión autonómica. Esto es, la propiedad de los inmuebles es del gobierno central y la gestión de personal, museística, etc. corresponde a las autonomías.
Hoy, día internacional de los museos, el Arqueológico de Granada vuelve a estar abierto. El edificio está ya en perfecto estado; el museo, como tal, no abre en toda su extensión. Lo que el visitante encontrará es una exposición “semipermanente” de 120 piezas denominada Tesoros del museo Arqueológico de Granada, centrada en mostrar, como explica Isidro Toro, su director, “piezas maestras, espectaculares, originales, en un recorrido cronológico y que, en ocasiones nunca antes han sido expuestas”. Es el caso del diente de Orce, una pieza que perteneció a un niño o niña de hace 1,4 millones de años, lo que lo convierte en el resto humano más antiguo encontrado en Europa. A partir de ahí, la muestra hace un recorrido hasta el siglo XV que termina con el Astrolabio de Ibn Zawal, de 1481, un instrumento de navegación que en el mundo musulmán tenía, además, otra función práctico-religiosa: conocer las horas de oración, sabe cuando empezaba el Ramadán y localizar la quibla, la posición que les permitía orar mirando hacia La Meca. Toro comenta que “en España apenas existen 40 astrolabios de la época y quizá menos de una decena de ellos son musulmanes. Además, este fue construido por el artesano Ibn Zawal a apenas 100 metros de aquí”.
Ese es el tiempo recorrido, 1,4 millones de años y el siglo XV, reunidos en tres salas y en un patio porticado en el que también se muestra el precioso alabastrón egipcio de Takelot II, una especie de ánfora de alabastro blanco que demuestra el intenso comercio de los Fenicios en el Mediterráneo y cómo las jerarquías ibéricas ya tenían un intenso gusto por pagar por objetos de lujo importados. Lo que durante la vida del dueño era un bonito adorno se convertía a su muerte en el contenedor de sus cenizas, cuenta Toro, que añade que “eso también demuestra que el expolio de las riquezas egipcias hacia otras regiones está ya operativo en la época de los fenicios”. Y junto a estas tres piezas, más de un centenar de objetos singulares llegados de los muchos yacimientos de la provincia. El director del Museo Arqueológico asegura que la colección del centro es espectacular, con algo más de 20.000 piezas registradas.
Y esa colección, precisamente, ha sido la ocupación de los trabajadores del museo en estos ocho años de cierre. “Hay mucho que cuidar, catalogar, conservar. No hemos estado parados ni un solo día”, explica el director del museo respecto a este periodo.
Un museo dirigido por mujeres en tiempos difíciles
El Museo Arqueológico de Granada se creó como tal en 1867, pero su origen está en un Gabinete de Antigüedades fundado unos años antes, en 1842. Ha tenido múltiples localizaciones y directores, pero es relevante que un tercio de sus algo más de 150 años de vida ha estado dirigido por dos mujeres, en una época en la que era poco habitual. Joaquina Egüaras Ibáñez, primera profesora de la Universidad de Granada, estuvo al frente de la institución entre 1931 y 1967 y fue quien modernizó la visita, dándole un cierto sentido a lo que se mostraba en cada dependencia. Le sucedió Ángela Mendoza, que dejó el cargo en 1988.
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