Viaje a los orígenes de un bebé robado
'Cine', una obra teatral de la compañía 'La Tristura' sobre los bebés robados en España, vuelve a los Teatros del Canal
Pablo no conoce su verdadera fecha de nacimiento, ni su signo zodiacal. Su madre no es su madre, desconoce cuál es la verdadera. En su partida de nacimiento faltan datos, otros más parecen indicar lo mismo que le sucedió a 300.000 personas en España: que fue un bebé robado. Pablo ha iniciado un viaje. Al tiempo que recorre algunas ciudades de España, Francia e Italia, transita por caminos internos. ¿Su destino? Alguna ciudad al norte de Italia en la que una persona le puede aclarar quién es y de dónde viene.
Pablo es el protagonista de Cine, una obra que trata del drama de los bebés robados en España durante y después el franquismo, un episodio no resuelto de la historia reciente por el que será juzgado el doctor Eduardo Vela, exdirector de la clínica San Ramón de Madrid, por sustracción de menores, el próximo 26 de junio. La obra se estrenó este miércoles en los Teatros del Canal en Madrid y estará en escena hasta el próximo domingo –donde habrá un encuentro con El Niño de Elche–, antes de tocar el escenario del Théâtre de la Ville de París el próximo fin de semana.
Cine es como ir al teatro a ver una película, una road movie, donde el escenario se convierte en una pantalla, en la que los diálogos se escuchan a través de unos auriculares –recurso mediante el cual los directores buscan crear una sensación de intimidad, un susurro al oído–. "El cine hace los primeros planos con imágenes, el teatro con el sonido", precisa Celso Giménez, uno de los directores de la obra, quien junto a Itsaso Arana y Violeta Gil componen la compañía madrileña La Tristura.
Cine es una obra escrita a cuatro manos y dirigida por Arana y Giménez de la compañía con 13 años de existencia. El cantante Pablo und Destruktion da vida al protagonista, Arana es Alejandra, profesora de niños y nieta del juez, y Fernanda Orazi es la investigadora que ayuda a Pablo a descubrir su origen, al mismo tiempo que la camarera del bar turinés y el juez responsable de las adopciones ilegales.
La obra está inspirada en un caso real, en la historia de un amigo de los directores, pero poco a poco se adentra en la ficción. El decorado del escenario, que busca crear un efecto de cine, y la elección del protagonista, que no es un actor profesional, fueron elegidos por la compañía para "dar ese toque documental", explica Giménez.
A partir del caso de Pablo, de su viaje solitario por la búsqueda de su identidad, de indagar "cómo te cambia la vida saber que nunca vas a saber tu origen", en palabras Giménez, La Tristura busca hacer visible una de las "injusticias más terribles de la historia reciente", sin hacer de la obra un panfleto político. "No queríamos entrar en la parte morbosa del drama, hacer llorar por hacer llorar. Es importante que no fuéramos maniqueos con el bien y el mal", precisa Giménez. "¿Se puede seguir indagando en un lenguaje propio cuando lo que quieres decir es tan pesado y concreto?", este sigue siendo uno de los retos de la compañía.
Babelia
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