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Omar Sharif, el perfecto secundario en el cuerpo de un ídolo de cine

El actor egipcio logró conquistar la gran pantalla gracias a una mítica escena en ‘Lawrence de Arabia’ sin pronunciar una palabra

Omar Sharif, originario de Egipto, saltó a la fama por su papel de Sherif Ali en 'Lawrence de Arabia'
Omar Sharif, originario de Egipto, saltó a la fama por su papel de Sherif Ali en 'Lawrence de Arabia'Diego Gómez (EFE)
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Pocas veces en el cine alguien dejó una huella tan profunda sin decir una palabra. Así se hizo famoso Omar Sharif, interpretando al guerrero árabe Sherif Ali en la imprescindible película Lawrence of Arabia (1962), en la que apareció como un pequeño punto en el horizonte del desierto que iba creciendo a medida que su camello galopaba junto a Peter O’Toole y que significó su primera película en inglés.

Tal vez fueron sus ojos oscuros y brillantes, o quizás su cabello negro rizado, su bigote prominente, su apariencia de granuja, sus rasgos refinados y su sonrisa dulce, el caso es que Sharif dejó millones de corazones femeninos aleteando siempre a su alrededor para cumplir una tradición de las estrellas de cine masculinas.

Es cierto que no siempre le favorecieron la calidad de los guiones que interpretó, pero Omar Sharif fue siempre una atracción en la taquilla, dando muestras, incluso en los peores papeles, de su personalidad cinematográfica, siempre cálida, sincera y cortés, y de forma especial destacable en éxitos taquilleros como La caída del Imperio Romano, Doctor Zhivago y Funny Girl.

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Hijo de un adinerado comerciante de madera de origen libanés y sirio, Michael Demitri Chalhoub, su verdadero nombre, nació en Alejandría el 10 de abril de 1932. Tuvo una educación esencialmente europea en el Victoria College de El Cairo, donde estudió Matemáticas, Física e Inglés, idioma con el que se ganó después la vida en el cine. Tras trabajar cinco años como vendedor en el negocio de importación de madera de la familia, fue descubierto para el cine por un viejo amigo de sus padres, el maestro Youssef Shahin, considerado uno de los mejores directores de cine de Egipto. El público lo aceptó rápidamente como galán de moda y así llegó a protagonizar hasta 18 películas seguidas.

Omar Sharif consiguió licenciarse en la Universidad de El Cairo en Matemáticas y Física pero le llamaba más la atención la escena que la empresa familiar, por lo que empezó a estudiar arte dramático en la Royal Academy of Dramatic Art de Londres. No solo su presencia y su carisma interpretativo le hicieron destacar, sino que también su don para los idiomas le facilitaron el camino, ya que dominó lenguas tan distintas como el árabe, el español, el inglés, el italiano, el griego y el francés.

Cartel de la película Lawrence de Arabia
Cartel de la película Lawrence de Arabia

Debutó en el cine en Egipto en 1954 y en esa década se convirtió en una estrella de su país, consiguiendo incluso acudir al Festival de Cannes con alguna de sus películas. Sin embargo, a pesar de no dejar de trabajar en los años siguientes, su gran oportunidad para darse a conocer fuera de las fronteras egipcias llegó con Lawrence de Arabia y el director David Lean, quien en 1962 le ofreció el papel del beduino Sharif Ali, con cuya interpretación consiguió su primer Globo de Oro y su única candidatura a los Oscar. Pero fue en ‘Doctor Zhivago’ (1965), dirigida por el mismo director, con la que consiguió su segundo Globo de Oro y el estrellato en Hollywood.

Entre su filmografía en los prolíficos años 60 destacan La caída del Imperio Romano, El Rolls Royce Amarillo, Genghis Khan, La noche de los generales, Funny Girl, El oro de McKenna y ¡Che!, en las que hizo de galán, participó en westerns, tuvo que interpretar a dos personajes tan opuestos como Genghis Kan y el Che Guevara y hasta se atrevió con un musical.

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En la década los 70 Omar Sharif fue, poco a poco, abandonando el cine para dedicarse a jugar al bridge de forma profesional y adelantaba o retrasada rodajes en función del calendario de partidos. Participó en series de televisión y en algunas películas como El último valle, El enigma se llama Juggernaut, Funny Lady y La pantera rosa ataca de nuevo.

En 1999, junto a Antonio Banderas, Omar Sharif protagonizó El guerrero número 13, y su filmografía, cercana a los cien títulos, acabó estando llena de altibajos, si bien en los últimos años tuvo un nuevo impulso gracias a El señor Ibrahim y las flores del Corán, por la que Sharif recibió diversos premios.

Cristiano de nacimiento, Omar Sharif se convirtió al Islam para casarse con la actriz Faten Hamama, con quien participó en algunas películas en su primera etapa. El matrimonio se celebró en 1955 y la pareja se divorció en 1974. Con ella, a la que consideró siempre el amor de su vida, tuvo a su hijo Tarek. Años más tarde, tuvo a su segundo hijo, Ruban, con la periodista italiana Lula de Luca.

Tampoco es demasiado conocida la actividad política de Omar Sharif, que en enero de 2011 mostró en público su descontento con el presidente egipcio Hosni Mubarak, ni que su afición al juego le hizo arruinarse y enriquecerse en diversas ocasiones, o que pasó un mes en prisión por agredir a un policía a la salida de un casino en Francia. Sin embargo, en la memoria siempre quedarán su refinada manera de vestir y su inolvidable papel en Doctor Zhivago.

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Omar Sharif, un excelente actor de reparto empujado a una posición de estrella en la que no siempre se sintió bien, falleció el 10 de julio de 2015 en Alejandría a las edad de 83 años víctima de un infarto y cuando ya se sabía que sufría alzheimer. Sus restos mortales reposan en el cementerio Sayeda Nafisa de El Cairo, mientras que su recuerdo se mantiene muy vivo como el líder romántico, elegante y con glamour que siempre supo infundir a sus papeles, en algunos casos hasta emocionar.

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