Paloma San Basilio estrena “el papel de su vida” como Norma Desmond
'Sunset Boulevard', la adaptación musical de la película 'El crepúsculo de los dioses', será la despedida de la cantante como actriz de musicales
El auditorio de Tenerife fue el lugar escogido ayer para el estreno mundial en español del musical Sunset Boulevard, protagonizado por Paloma San Basilio y que será, según ha anunciado ella misma, su despedida de los musicales. La cantante que dio vida a Evita y a Elisa Doolittle en My Fair Lady, ha dicho sobre el papel que le ha hecho volver a los escenarios: “Después de Norma Desmond no puedo pensar en otro personaje que quisiera interpretar, es tan maravilloso e intenso que me retiraré de los musicales siendo Norma”.
Aunque a Paloma San Basilio puede ocurrirle como al personaje protagonista de esta adaptación musical de la película homónima de Billy Wilder –en España se tituló El crepúsculo de los dioses– y cambiar de opinión eternamente porque como afirma la histriónica Norma “las estrellas no tienen edad”. De momento, este es solo el rutilante comienzo de un proyecto dirigido por Jaime Azpilicueta, que ha podido salir adelante gracias al apoyo del Cabildo de Tenerife que, desde hace cuatro años, realiza musicales de producción propia para crear en la isla canaria tejido empresarial en torno a la industria cultural.
“Hace más de 15 años que Paloma y yo tenemos esta idea en la cabeza”, afirma Azpilicueta, “y después de casi 40 años trabajando juntos en distintos proyectos repito sin pudor lo que le he dicho a ella: ‘Es lo mejor que has hecho en tu vida’. La calidad de Paloma como cantante ya se conoce, pero la gran sorpresa es la actriz que lleva dentro”. Todo un halago viniendo de un experto en la dirección de musicales que cuenta en su haber con títulos como Jesucristo Superstar, Barnum, Evita, Fama, Victor/Victoria o My Fair Lady.
El cantante que da réplica a San Basilio en el papel que interpretó William Holden en la que se calificó como “la mejor película jamás hecha en Hollywood sobre Hollywood”, es Gerónimo Rauch, otro peso pesado del género que ya ha llenado durante más de dos años el teatro en el que se representó El Fantasma de la Ópera, en Londres. “Esta obra era una cuenta pendiente para mí. Admiraba artísticamente a Paloma”, afirma Rauch, “pero como persona es aún más fascinante. Creo que este es el personaje que ella estaba esperando interpretar en este momento de su vida y se nota que las palabras de Norma Desmond (el personaje que en el cine corrió a cargo de la mítica Gloria Swanson y al que dio vida Glenn Close en Broadway) le calan profundamente”.
En esta versión, que de momento solo tiene confirmadas ocho funciones en el Auditorio de Tenerife, el montaje sigue siendo espectacular pero la simplificación de escenarios hace que la historia se convierta en la principal protagonista. Algo que el espectador puede llegar a agradecer dada la fuerza de la historia: la enfermiza relación entre una estrella del cine mudo que se resiste a dejar de serlo y un guionista sin mucho futuro demasiado apegado a los bienes materiales, que encuentran el uno en el otro la solución momentánea a sus obsesiones y miserias.
La obra mueve cada día alrededor de 160 personas y su montaje ha costado alrededor del medio millón de euros. “Se trata de un producto gourmet”, explica Enrique Camacho, director de producción del Auditorio de Tenerife, “todavía no hay nada cerrado definitivamente y de momento no queremos desvelar nada, pero la obra recorrerá distintas ciudades españolas y acabará en Madrid. Prevemos dos años de gira, pero nunca en temporadas largas”. Tanto Camacho como Azpilicueta cuentan que el musical ha despertado también un enorme interés en distintos países latinoamericanos, donde Paloma San Basilio se ha labrado un gran prestigio a los largo de sus años de carrera.
Cuando se le pregunta a Gerónimo Rauch qué piensa sobre que este sea el último musical de Paloma San Basilio, él responde bromista pero convencido: “Me encargaré de que no sea pronto”. A tenor de las declaraciones de sus compañeros de aventura en este ambicioso proyecto, la cantante parece que tiene todavía una larga temporada por delante. Y podrá repetir muchas noches, la frase que inmortalizó Swanson en la película cuando a punto de detenerla por asesinato creía estar en un plató para empezar su anhelado nuevo filme: “Muy bien señor Demille, estoy lista para mi primer plano”.
Babelia
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