Latinoamérica se presenta en corto en el Festival de Cine de Toronto
Tres producciones, dos de Colombia y una de Brasil, aspiran al premio Short Cuts
El Festival de Cine de Toronto, en Canadá, es considerado uno de los más abiertos, inclusivos y como una plataforma para que nuevos talentos puedan darse a conocer. Con más de 40 años en su espalda y una capacidad de congregar a más de 480.000 personas cada edición, la revista Variety reconoció a esta cita cinematográfica como la segunda de más importancia, después de Cannes, en términos de presencia de estrellas y de actividad económica. Este año, el filme argentino La Cordillera, protagonizada por Ricardo Darín; la mexicana Las hijas de Abril, premiada en Cannes; la cubana Sergio & Sergei, de Ernesto Daranas o el documental boliviano Cocaine prison,son algunos de los largometrajes de ficción y no ficción que representan a Latinoamérica en este importante evento.
Latinoamérica dice también presente en corto y aspira a que uno de sus representantes se haga con el premio Short Cuts del festival. La casa del árbol, Damiana y Namoro `a distancia, dos producciones colombianas y una brasileña, respectivamente, presentan una pequeña muestra de las historias diversas que se van gestando en el audiovisual de la región con una duración inferior a 35 minutos.
Una búsqueda en la selva
El director bogotano Andrés Ramírez se fue a vivir a Ibagué y llegó a esa ciudad con ciertas inquietudes sobre la adolescencia. Fue en sus paseos por la periferia selvática que nació El Edén, su primer cortometraje, y la concepción de Damiana. Su más reciente corto se sumerge en lo más hondo de la jungla, donde un grupo de adolescentes está encerrado bajo vigilancia. A pesar del abandono y la hostilidad, Damiana espera poder entrar en contacto con su padre. “Damiana nace primero de una inquietud mía, que es cómo transitar en la adolescencia o cómo vivir la adolescencia con cosas dolorosas o fuertes que hemos vivido en nuestra infancia”, explica el realizador vía Skype.
Ramírez, que ya participó en Cannes con este mismo cortometraje, logra crear atmósferas cargadas de imágenes, de texturas que narran ese momento. Muestra los conflictos que se presentan para sus personajes, en medio de todo lo simbólico que puede sacar la selva de cada una de sus protagonistas. “Me interesa que la imagen y el sonido se expandan, que se introduzcan en una atmósfera, en un mundo que se logra a través de los elementos que ofrece el cine, la imagen, el sonido y elementos metafóricos”, precisa Ramírez.
Todo puede pasar en Brasil
En Brasil están pasando “cosas absurdas”, tanto en lo político como en lo social. Es lo que siente la realizadora paulista Carolina Markowicz. Con Namoro `a distancia, que se mostrará por primera vez en Toronto,encontró un modo de criticar estos sucesos “raros” que están pasando en su tierra natal. Fue así que imaginó la historia de un hombre que está obsesionado con tener relaciones sexuales con un extraterrestre, motivo por el cual entra a un programa de sexo telefónico con alienígenas que se realiza en Varginha, una de las microrregiones del estado de Minas Gerais. “Estaba tratando encontrar una forma de divertirme con mis propias fobias y miedos y necesitaba pensar en crear algo realmente anormal que haga ver a todo lo demás como normal. Fue una forma de criticar y decir que todo es posible en Brasil, incluso eso”, cuenta Markowicz en una comunicación vía Skype.
Namoro `a distancia es el cuarto cortometraje de Markowicz, con el cual aborda una temática con un toque de humor negro y una mirada sarcástica. Dice que lo suyo es la imagen real cuando trabaja con la imagen, pero por la temática de esta producción se ayudó con elementos de animación para ayudar a mostrar el viaje del personaje. “Pensé que la animación podría ser una buena manera de convertir en algo real lo que es solo imaginación, que creo que no existe, a pesar de que todo es posible”, afirma la realizadora.
Una historia de amor en eterno retorno
La casa del árbol presenta a una pareja de jóvenes de Bogotá que, cuando deciden vivir juntos, empiezan a entender lo que les une como pareja, pero también lo que los separa. Este cortometraje tiene una temática de amor agridulce y juega con la temporalidad psíquica, según explica el director Sebastián Quebrada. Muestra una faceta de la vida de dos personas y cómo esta puede estar enclaustrada en un eterno retorno. “Creo que había algo que yo intentaba buscar. Era como esta cuestión de esas imágenes que te sacan de cierta temporalidad. Es una pareja que termina, pero puede volver a empezar , siempre como en el mismo loop. Hay como imágenes del futuro, del pasado, como que un poco así trataba de generar algo cíclico”, dice Quebrada vía Skype.
El cortometraje de Quebrada tendrá su estreno mundial en las pantallas de Toronto. El director cree que el cine tiende a idealizar el amor y la relación en pareja, por lo que desde su anterior trabajo -el largometraje Días extraños-, decidió jugar con estos elementos y romperlos. “Es como una fábula dentro de otra. Ellos viven con la nevera, con el sofá. Tratamos de una manera de meterlos como a una especie de fábula donde están viviendo, esa casa, el árbol, despegarlos un poco de la realidad y meterlos a esa cosa más idílica, que en ultima instancia se desvanece”, agrega el director.
Los tres directores ven con buenos ojos el estado actual del cortometraje, aunque este trío se prepara -cada uno su modo- a continuar su producción en el formato de larga duración. Ramírez considera al corto como el primer paso para las personas que quieren llegar a la realización. Dice que en el formato de corta duración se puede descubrir, arriesgar más y buscar un camino que pueda ser interesante creativamente. “Creo que los cortometrajes latinoamericanos están pasando por una muy buena fase. Están siendo aplaudidos en distintos festivales por todo el mundo, es un buen momento para el cine latinoamericano, en general, y también para los cortometrajes de la región”, finaliza Markowicz.
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