El armario visto desde fuera

En tres o cuatro semanas, el tiempo que duró una baja laboral por una operación en la boca, el químico y periodista de EL PAÍS Emilio de Benito aprovechó para escribir, hace dos años, una novela que siempre le había rondado la cabeza. Siguiendo la evolución de la literatura LGTB de los últimos tiempos, Diario de Juan (Egales, 2017) ya no se centra de forma autobiográfica en el conflicto de una salida del armario, sino en un tema lateral: la reacción de un testigo heterosexual.

Más información

Orgullo con todas las letras

“Quería que mi personaje fuera hetero para distanciarme, para contar las cosas desde el otro lado”, explicó De Benito, que confronta a Juan, un veinteañero recién llegado del pueblo, con los “horrores” del ambiente gay por el que transita su primo Carlos, que se acaba de declarar públicamente homosexual. “Hasta acaba en un cuarto oscuro. En el fondo es un buenote e intenta tragar con todo en los dos o tres meses en los que transcurre la novela”.

“Hoy es un día muy raro para mí. Hace justo 20 años que murió Fede, que fue mi primera pareja. Y se me ha juntado todo”, comenzó, ayer viernes, emocionado De Benito la presentación de su novela en una céntrica librería del barrio de Chueca que en algún momento fue discoteca. “Se  llamaba Duplex, tú no habías nacido”, bromeó el escritor con Rubén López, miembro fundador de la asociación LGTB Arcópoli, con quien debatió sobre el libro. “Me he sentido muy identificado con lo que pasa en la novela”, afirmó López, de 35 años, a quien le pareció interesante cómo las dos culturas —la gay y la heterosexual— se confrontan en la obra. "Refleja que hay una culpabilización con el gay si no usa condón, pero no con el hetero", dijo sobre una obra repleta de encuentros sexuales explícitos, como reconoció el autor: “Entre chicos, entre chicas, entre chicos y chicas y en solitario. Porque a los 20 años es en lo que piensas".

En Diario de Juan también se reflejan otros prejuicios comunes hacia la homosexualidad, como “el miedo del heterosexual a convertirse en gay si vive con uno de ellos”. “El personaje es hetero y refleja el punto de vista de un hetero que lucha contra sus propios miedos”, aseguró De Benito, para quien su novela recoge un puente entre dos mundos todavía muy distanciados que, en el ámbito afectivo y familiar, no tienen más remedio que terminar conociéndose. “Ese personaje yo lo he vivido con primos, amigos, hermanos… Como al principio te vas con grupos de heteros, siempre en esa pandilla hay alguien que es quien te acompaña al principio”, cuenta sobre Juan, el confidente de su primo Carlos hasta que se decide a contar su secreto a toda la familia. “Y cuando sales del armario les formas un follón, porque les obligas a pasar por una serie de cosas”.

“Los gais montamos una familia paralela muy fuerte que está oculta a la familia de sangre. Y que la familia heterosexual no entiende”, reflexionó De Benito, para quien la opresión del colectivo, a veces latente, se sigue reflejando en las circunstancias cotidianas. “A mí en un bar hetero no se me ocurre ni mirar a otro tío. Que igual es gay, pero estoy como cohibido”, admitió el escritor, que aseguró que la homosexualidad es algo que hay que reconocer constantemente. “Cada vez que cambias de curro, que te presentan a alguien…Te pasas la vida saliendo del armario”. De Benito desveló algún detalle de una nueva novela en la que trabaja: “Probablemente sí habrá armarios. Pero será totalmente distinto, porque es sobre gente madura, ya me voy acercando a mi edad… Necesitaré otra baja para terminarla”.