La justiciera mexicana de la Wikipedia
La artista y activista Mónica Mayer organiza un segundo 'editatón' para crear entradas de mujeres artistas en la plataforma enciclopédica con motivo del Día de la Mujer
Mónica Mayer (Ciudad de México, 1954) ha alcanzado el sueño de muchos: aunar su pasión con su profesión y que además le paguen por ello. Aunque su título oficial sea el de licenciada en Artes Visuales, es también feminista y activista, a menudo hace de pedagoga y hasta de psicóloga. La disciplina del arte es el lugar desde el que entiende el mundo esta becada del Sistema Nacional de Creadores del Gobierno mexicano. Tras cuatro décadas de carrera a sus espaldas, continúa realizando proyectos artísticos que buscan sensibilizar sobre los retos de las mujeres y se siente optimista: "Hay muchos colectivos feministas en México que están haciendo un muy buen trabajo. Consiguen escandalizarme y eso me encanta".
Inspiradas en un editatón –palabra que juega con el término maratón y que designa la edición en grupo en Wikipedia– sobre mujeres artistas que se celebra desde hace cuatro años en Nueva York, Mayer y la curadora estadounidense Karen Cordero organizaron en 2016 el primer wikitón –otra manera de expresar el concepto– del mismo tipo en México. Para ello convocaron a artistas e historiadores de distintas universidades, quienes aprendieron el funcionamiento de la mayor plataforma enciclopédica online y prepararon las investigaciones sobre un centenar de creadoras mexicanas. El día pactado se subió a la red toda la información recopilada. "Como pasa con las científicas, con las escritoras, con las mujeres de negocios, se invisibiliza el trabajo de las artistas, porque existe la creencia generalizada de que es menos importante que el de un hombre", denuncia Mayer. El 11 de marzo tendrá lugar su segunda edición.
En México, declararse feminista está mal visto, apunta la activista. Después de 40 años sensibilizada con el movimiento, percibe que hoy en día falta confianza en las jóvenes creadoras: "En nuestra época no nos faltaba, porque éramos conscientes de que era un problema de la sociedad. Ahora me voy a hacer rica dando cursos de empoderamiento", bromea.
Tras muchas conferencias y talleres, exposiciones y viajes, Mayer aún recuerda el momento en que se involucró en el feminismo. Fue en clase de arte cuando sus compañeros, que habían participado en las revueltas de mayo del 68, "los progresistas", apunta, "dijeron que las mujeres éramos menos originales porque en la maternidad perdemos nuestra creatividad". Poco a poco, la activista empieza a elevar el tono de voz, pero sin borrar en ningún momento la sonrisa de su cara. "Ahí me di cuenta de que o hacía algo para cambiar esto o mejor me iba a mi casa, porque nunca se iba a tomar en serio mi trabajo". Había que transformar el mundo primero.
Un 69% de los mexicanos asegura que se siente inseguro al ir en transporte público
A la gran causa, Mayer contribuye con granitos de arena en forma de obras de arte conceptuales. El Tendedero surgió de manera espontánea. En él, colgó papeles de color rosa con distintas reflexiones sobre el hecho de ser mujer en Ciudad de México. Los visitantes de la exposición empezaron a escribir en las cuartillas sus comentarios. La respuesta más común a la pregunta: "Como mujer lo que más detesto de la ciudad es..." fue "el acoso". Precisamente esa lacra le había llevado a colgar la frase en el tendedero. En estas cuatro décadas, asegura que lo único que ha cambiado es que ahora al menos se habla de la violencia y difiere de las políticas públicas que se han implementado para erradicarla. Solo un 30,8% de los mexicanos se siente seguro cuando utiliza el transporte público, frente a un 69% que afirma sentirse inseguro, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública de 2016. "Un vagón de metro solo para mujeres es muy cómodo, pero naturaliza el acoso. A los hombres se les está diciendo que son unas bestias peludas que no se pueden controlar y a las mujeres se nos está diciendo que somos unas inútiles que no nos podemos defender", sentencia Mayer.
Es inevitable pensar en la componente pedagógica, de denuncia e incluso psicológica de la obra: "Algunas amigas me dijeron: 'En tu tendedero escribí algo que no había contado antes". Reconoce que El Tendedero es una pieza dura cuando se leen las notas. "Alguna vez contestaron al interrogante '¿Cuándo fue la última vez que te acosaron?' 'De camino al museo", cuenta con gesto incrédulo y moviendo ligeramente la cabeza de un lado a otro.
Las obras que cuelgan de las paredes, los archivos con artículos de prensa y los libros amontonados en las estanterías atestiguan toda una vida dedicada al arte y al activismo. Durante 25 años, Mayer y su pareja, Víctor Lerma, han recopilado unos 40.000 artículos de opinión sobre arte de 34 publicaciones de la Ciudad de México –de los cuales solo 1.830 son sobre mujeres, menos del 5%–. Un archivo fundamental para la historia del arte contemporáneo mexicano. Además, con una sonrisa pícara, para burlarse, según dice, de "las recopilaciones de obras maestras en las que los artistas son siempre hombres, blancos y europeos, invariablemente; en las que como mucho podría colarse Diego Rivera", Mayer realizó el proyecto Obras maestras del arte feminista en México. La pieza se encuentra en el armario de su estudio. Es una suerte de Wikipedia en papel: un archivador negro en el que guarda con esmero fichas plastificadas de artistas mexicanas.
Babelia
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