Jorge Macchi: “Me gustaría tomarme un café con Houellebecq”

Jorge Macchi (Buenos Aires, 1963) está dentro y fuera de Arco, la feria de arte contemporáneo que se celebra en Madrid hasta el próximo domingo. Su arte entre conceptual e ilusionista, además de en galerías en el recinto de Ifema (núcleo ferial de Arco), puede verse en la localidad de Móstoles, dentro del circuito paralelo de exposiciones con las que Argentina pretende tomar la capital española. Su exposición, visible en el Centro de Arte Dos de Mayo, lleva por nombre Perspectiva, en contraposición al concepto de retrospectiva pues, aunque conmemore los 25 años de trabajo de Macchi, él considera que las retrospectivas llegan al final, y se ve a sí mismo en la mitad de su carrera. Un momento perfecto para adquirir, precisamente, perspectiva de lo logrado. Y de lo que le espera.

De pequeño quería ser…

Veterinario

¿Qué cambiaría de usted mismo?

La espontaneidad. Me gustaría ser más espontáneo.

¿Cuál es el mejor consejo que le dio alguno de sus padres?

(Se lo piensa) La perseverancia.

¿Con quién le gustaría quedar atrapado en un ascensor?

Mmm… Con Larisa.

¿Quién es Larisa?

¡No te lo voy a decir! (ríe)

¿Algún sitio que le inspira?

El sur de Argentina.

"Soy muy optimista con respecto al arte argentino. No tanto con su difusión"

¿Para qué sirven los premios?

Para seguir trabajando.

¿Cuál es el último libro que ha leído?

Estoy leyendo Limónov, de Emmanuel Carrére. Y, justo antes, leí Una semana en la nieve, también de Carrére. Es un fenómeno.

¿Quién sería el perfecto espectador de sus obras?

El espectador perfecto, para mí, sería uno al que reniegue de las categorías, que se abra ante la obra y la contemple del todo antes de juzgarla. Que no tenga prejuicios, ni una visión cerrada del arte.

¿Qué la hace suspirar?

Muchas cosas… una obra de arte impresionante, el amor…

¿Qué música le sirve para trabajar?

Cada vez escucho menos música. Hubo un tiempo en que me ayudaba, pero ahora veo que me concentro mejor en mi trabajo en silencio.

¿Qué le satisface más: pintar, dibujar, crear espacios, modelar objetos…?

Cada proceso implica una especificidad. Yo me siento como siempre que el soporte que he elegido veo que está de acuerdo con la imagen que pretendo contar.

En una fiesta de disfraces, ¿de qué se disfrazaría?

No se puede decir (ríe).

¿Dónde no querría vivir?

En Londres.

¿Tiene algún sueño recurrente?

Ninguno, que yo recuerde.

"A Macri le diría que deje de pedir perdón"

¿Con quién le gustaría tomarse un café?

Pues siguiendo ya que hablábamos de escritores franceses, me encantaría tomar un café con Michel Houellebecq. Pero claro, hablando los dos el mismo idioma.

¿Qué le diría al presidente Macri?

Le diría que no pida perdón. Mejor dicho: le diría que deje de pedir perdón, que no es lo mismo.

¿Comparte su optimismo y el del ministro de Cultura argentino, Pablo Avelluto, en cuanto al arte de su país?

Bueno, yo soy muy optimista con respecto al arte argentino. No tanto con su difusión. Es decir, yo veo artistas muy buenos en Argentina, pero no una política de difusión destinada a fomentar su trabajo. Esto que hace Argentina aquí en Arco está muy bien si se prolonga en el tiempo. Si es puntual, no tiene sentido.

¿Qué siente cuando ve una foto suya en los diarios?

No me gusta.

¿Cuál es la noticia que siempre ha esperado leer?

Que en Argentina la pobreza se ha erradicado.

¿Qué obra le hubiera gustado firmar?

Las Meninas.