Segunda parada en el kilómetro 31
El estreno de la secuela de la famosa película de terror mexicana es una buena ocasión para revisar la cinta original, disponible en Filmin Latino
El terror a la mexicana inundará las pantallas de México este fin de semana con el esperado estreno de la segunda parte de KM 31, la secuela de la famosa película de Rigoberto Castañeda (México-España, 2005) que ha generado muchas expectativas y tiene muchos retos por superar 10 años después de la primera. En la original, que se puede ver como anticipo en Filmin Latino, Catalina y Ágata son hermanas gemelas que comparten una conexión telepática. Una noche, Ágata sufre un accidente que la deja en coma. Su hermana buscará la manera de resolver el misterioso percance para salvarla, sin saber que se enfrenta a un mundo sobrenatural.
Castañeda se reveló como uno de los grandes éxitos de 2006, con más de tres millones de asistentes, lo que se explica gracias a una suma afortunada de factores: un eficaz manejo de efectos visuales y sonoros; un guion que integra tanto una leyenda mexicana, en este caso La llorona, con los elementos del suspenso del horror tradicional, es decir, desde apariciones espectrales combinadas con una investigación policíaca; así como una impecable dirección que logró que más de un espectador saltara de su butaca.
Ese miedo a lo sobrenatural planea sobre la obra de muchos directores mexicanos en el género de terror, lo que da un sello distintivo a sus películas como sucedió con Fernando Méndez, quien con su díptico El vampiro y El ataúd del vampiro, consiguió una de las mejores aproximaciones a la cultura vampírica, a finales de los años cincuenta.
Con la irrupción del cine de luchadores, El Santo, Blue Demon y otras estrellas del cuadrilátero tuvieron que enfrentar lo mismo a hombres lobo, mujeres vampiro, momias, extraterrestres, monstruos, personajes que formaban parte de una ilustre galería del terror en una combinación de cine fantástico, policíaco, comedia, aventura; cintas que hoy son consideradas obras de culto y que durante los años sesenta y setenta alimentaron la industria nacional.
Otro nombre de referencia en el cine de género es el de Carlos Enrique Taboada con sus cintas como Hasta el viento tiene miedo, El libro de piedra, Más negro que la noche y Veneno para las hadas, se convirtió en uno de los directores más importantes, quien supo explorar en la raíz de los temores más inquietantes. En los años noventa y en el contexto del nuevo cine mexicano, Guillermo del Toro presentó Cronos, un relato sobre la transformación de un hombre en vampiro y su dilema existencial. Una película que catapultó a su realizador al plano internacional.
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