Sentimiento en obras sobre el desamparo de la primavera árabe
Una muestra acoge en Algeciras más de 50 piezas de 21 artistas de nueve países
Dentro de contenedores colorados, de los que atraviesan océanos y mares con miles de millones de objetos y alimentos, aguardan más de 50 obras que 21 artistas de nueve países del Mediterráneo, Europa y Brasil han plasmado en una exposición colectiva titulada Tiempos de desamparo en la que las consecuencias de las revueltas árabes asumen el protagonismo de la historia. La peculiaridad de estos contenedores colorados es que permanecen estáticos, descansando sobre la dársena del Saladillo de Algeciras. Estos boxes son la base de operaciones de la asociación Alcultura, coordinadora del proyecto que se inaugura este viernes, a las 20.30, y que podrá visitarse hasta el próximo 31 de agosto, después viajará Suiza y Alemania.
Esta iniciativa surge cuatro años después de que varios de los componentes reunidos en esta muestra celebraran en 2012 otra exposición en España y Suiza sobre la situación tras las revoluciones árabes titulada Tiempos de alegría. "Fuimos demasiado optimistas, la gente echó del poder a los corruptos de una forma nada sanguinaria, representamos una expresión de alegría. Después de que haya pasado el tiempo, teníamos que hacer algo relacionado con la transformación de los eventos", apunta Simeon Saiz, comisario de la exposición junto a la alemana Mónica Anselment.
Las inquietudes de estos artistas se plasma en esta continuación de sentimientos en distintos formatos que van desde la pintura, la fotografía, los audiovisuales, dibujos e incluso cerámica. "Cada uno ha interpretado la temática de forma libre, aunque se ha procurado evitar la violencia y ofrecer imágenes alternativas a las vinculadas con estos episodios", añade Saiz, que enumera que entre los artistas hay directores de cine, documentalistas, fotógrafos, pintores... que vienen de países como Túnez, Libia, Turquía, Francia, Polonia o Brasil.
Los comisarios han considerado que Algeciras, en el extremo oeste del Mediterráneo, es un punto estratégico para hacer la inauguración absoluta de esta exposición. "El cónclave tiene un potencial simbólico inmejorable", apunta Simeon, cuya exposición está diseñada con unas vallas, en alusión a las concertinas dispuestas por Europa para disuadir a los refugiados y migrantes y que dividen el contenedor creando dos puntos de vista de una misma muestra. "En un momento se conforma un pasillo estrecho en el que la gente se encuentra atrapada, separada de un lado y de otro por milímetros", apunta Magda Belloti, vocal de la asociación Alcultura, que acumula seis años de imparable recorrido.
La muestra, para la que se ha diseñado un catálogo, ha contado con la colaboración de la Casa de Suecia. "Es una de las exposiciones más complejas que hemos traído hasta el momento, tanto por la disposición como por la temática, tan sensible y que gira en torno a temas en los que los políticos deberían de ponerse a trabajar", reclama Belloti.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.