La película que salvará un teatro
El rodaje en Alhama de Aragón de la nueva comedia de Nacho García Velilla, con Carmen Machi, provoca la rehabilitación de un escenario abandonado en el balneario del pueblo
Los 32 grados centígrados al aire libre de su lago termal, aliviaron la artritis del emperador Antonino Augusto y su guardia pretoriana. Los árabes le dieron nombre: Al Hama (baño de aguas calientes). Algunos siglos después, con un palacete a su orilla y una estación de tren levantada ex profeso, el consorte Francisco de Asís, marido de Isabel II, y su cuñado, el duque de Montpensier, utilizaban el lugar como escondite de correrías. Más tarde, calmó los nervios de Juan Ramón Jiménez y, hasta hace poco, el economista, narrador y académico, José Luis Sampedro, lo frecuentaban ritualmente para finalizar sus novelas…
Toda esa cascada de energía propicia a prueba de centurias ha debido ser lo que actualmente seduce al equipo de Villaviciosa de al lado. Es la nueva comedia que rueda allí Nacho García Velilla, junto a un reparto en el que sobresalen Carmen Machi, Concha Velasco, Leo Harlem, Arturo Valls o Yolanda Ramos. Aunque sin duda, a ellos les habrá pesado más en sus motivaciones que fuera el mismo plató que en su día utilizó Luis García Berlanga para su película Los jueves, milagro. Y es que algo parecido es lo que han conseguido los nuevos inquilinos: el magnífico teatro que data de 1919, actualmente abandonado, escondido dentro del balneario Termás de Pallarés, les ha seducido tanto que lo han elegido como parte del rodaje. Hasta el punto de resucitarlo. Ahora, el dueño de los baños, con el dinero que le suponga el alquiler de sus espacios para la película, ha decidido rehabilitarlo.
Cuando un actor descubre un escenario muerto, hace cuánto queda en su mano por resucitarlo. Se conjuran, rezan aquellas oraciones de las que se acuerdan, ponen velas a santos, remueven despachos, levantan producciones, se meten hasta el tuétano en créditos… O hacen una película con Nacho García Velilla, autor de Que se mueran los feos y Fuera de carta. “Buscábamos un lugar con magia, donde vislumbras que se concentra una energía capaz de trasladarnos a otro tiempo. En las películas nos gusta encontrar espacios nada comunes ni habituales de ver. Este es el caso”, apunta el director.
Además, el argumento guarda cierta relación: a unos amigos les toca la lotería en un club de carretera. Con lo que ganan, deciden rehabilitar un balneario en su pueblo y salvar el lugar. Para hacerse con Termas Pallarés, el empresario Miguel Mirones no se jugó ningún décimo en según qué antros. Pero sí se metió hasta el cuello en la puesta a punto de un espacio que comprende tres hoteles y un lago natural cuya agua bien templada se renueva de forma regular cada 20 horas.
Estoy deseando verlo renovado. Pero, es más, vendré a representar una función, seguro. Me veo aquí. Claro que lo haré”, dice Carmen Machi
Y, además de todo eso, un teatro, con cerca de 500 plazas en un pueblo apartado de la provincia de Zaragoza, a escasos kilómetros del Monasterio de Piedra. Se hizo la firme promesa de reabrirlo. Llevaba cerrado desde 1980 tras seis décadas de funcionamiento. Por él pasaron espectáculos de varietés, zarzuelas, diferentes títulos de obras y congresos. Permaneció activo para el pueblo y los clientes que se quedaban un tiempo a tomar las aguas. “Ahora queremos rehabilitarlo respetando su estructura al máximo y que esté listo para poder estrenar aquí la película”, se compromete.
No le faltará en cartel Carmen Machi. “Yo entré un día sola. Abrí la puerta y me encontré esto. En su decadencia y desvencijado, aun con todo ese encanto, estoy deseando verlo renovado. Pero, es más, vendré a representar una función, seguro. Me veo aquí. Claro que lo haré”, asegura la actriz, parte fundamental del reparto. “Los teatros tienen algo curioso, las energías acumuladas son increíbles. No sé si lo captáis, yo sí que lo capto”, insiste Machi.
Otra intérprete que seguramente pisará algún día el escenario de Alhama es Yolanda Ramos: “Muchas veces, de los rodajes, se puede sacar otra película que puede llegar a ser mejor. Qué sorpresa cuando al ver este teatro nos dice el dueño que cuanto saque de nuestro paso lo va a utilizar para rehabilitarlo. Eso me hace volver a creer en nuestro mundo, realmente”.
Babelia
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