Adam Mckay: “Quería que la gente se enfadara de nuevo”
El cineasta cree que vivimos en un tiempo fascinante y terrorífico que Hollywood no debe obviar
The big short (La gran apuesta) es el best seller sobre la crisis financiera en la que Michael Lewis relató, cargado de humor negro, cómo unos pocos que vieron venir el desastre de las hipotecas basura se forraron y explica muy didácticamente cómo funcionaron los instrumentos financieros que hacían posible esos entramados (las obligaciones de deuda colateral o los seguros de impago). Sobre esta obra, Adam McKay (Filadelfia, 1968) ha dirigido una trepidante película que se estrena este viernes en España. Christian Bale, Steve Carell, Ryan Gosling y Brad Pitt encarnan a algunos de esos jugadores, que existieron en la vida real y que, a diferencia de otros filmes de la crisis, no parecen ni héroes ni villanos. “No hay héroes puros”, explica McKay durante la entrevista en una suite del lujoso Mandarin Hotel de Nueva York. Hollywood examina a Wall Street a su manera.
Pregunta. Mucha gente que vaya a ver su película saldrá enfadada del cine. ¿Es lo que esperaba?
"No hay héroes limpios. No puedes vivir tu vida en la perfecta pureza"
Respuesta. Bien, bien… Sí, quería que la gente se enfadara de nuevo al ver la película y empujara a sus representantes políticos y a los medios, quería que la gente se sintiera libre para hablar de estas cosas. Porque, no sé en España, pero en Estados Unidos lo que ocurrió que mucha gente creía quera demasiado ignorante para hablar de estos temas, que eran complicados conceptos financieros, pero no es así: lo hacen difícil, pero solo es mover el dinero de un lado a otro.
P. Es impresionante el trabajo de Christian Bale y, en sí, el personaje al que encarna, Michael Burry (quien previo la bomba hipotecaria y compró cantidades enormes de los seguros a Goldman Sachs). ¿Cómo le ayudó a definir el papel?
R. Es muy muy cercano a la persona real, Christian Bale sabía perfectamente lo que debía hacer. La única conversación que tuvimos es cuánto debía representar a la persona real y cuánto hacer su propio personaje y él solo pidió pasar tiempo con el verdadero tipo. Lo hizo y le encantó y encarnó a ese tipo. Lleva incluso su verdadera ropa, la de Burry. ¿Sabe esa camiseta azul de la película? Es la que el tipo llevó durante un año.
P. ¿Lo que usted ha hecho puede considerar cine político? ¿Cree que Hollywood se encarga más de esto ahora?
R. Vivimos en un tiempo fascinantes y a veces terroríficos que no hemos visto antes, en la era moderna. Si ignorara estos asuntos como cineasta sería estúpido. también creo que debemos empezar a cambiar nuestra definición de lo que es político, porque la banca es un asunto político, no es de derecha o izquierdas, es dinero y lo que la gente rica hace con su dinero… Quién va a ser un líder, qué grandes decisiones se van a tomar, cómo se va a luchar contra la polución… Se han retratado como temas aburridos, pero no lo son, son fascinantes porque son el lenguaje del poder y hablan de América. Pero este año hay un puñado de buenas películas sobre corrupción, espero que sea una tendencia y no cosa de un año.
P. El mensaje del final de la película es letal: la factura de los excesos la pagan los de abajo. ¿Le preocupa la desigualdad?
R. La desigualdad es uno de los grandes peligros, el otro día leía que hay acumulados 23 billones de dólares en cuentas de la banca a la sombra, y número de millonarios se ha disparado… el incremento de la desigualdad es el resultado de este tipo de corrupción del que hemos estado hablando.
P. ¿Y cómo encaja Hollywood en todo esto? Porque es extraño hablar de estas cosas en un hotel de lujo en el que la noche sale a 1.000 dólares…
R. Cierto, es que no hay héroes limpios, de eso habla la película. No puedes vivir tu vida en la perfecta pureza. ¿Qué puedo decir? ¿Vamos a hacer la promoción y vamos a hacer la entrevistas en el Holiday Inn de Queens? Quiero que la gente vea la película. No hay una forma pura de hacerlo. Creo que la lucha contra la desigualdad tiene más que ver con las políticas que con estos detalles, pero es cierto, es algo extraño.
P. Usted vivió la crisis como ciudadano. Tras hacer la película, ¿cómo ha cambiado su percepción de lo ocurrido?
R. Ahora creo que ahora soy mejor hablando de las soluciones sobre lo que hay que hacer, lo que es de sentido común. Una reforma financiera tendrá que pasar por requerimientos de capital a los bancos probablemente, más control en las cámras de compensación [entidades que registran y garantizan las operaciones financieras de futuros] , alguna tasa en las transacciones… Quizá traer alguna versión de la ley Glass-Steagall [buscaba frenar la especulación y fue derogada en 1999], pero el problema es que estos políticos reciben mucho dinero de los bancos y que la gente no saben demasiado bien lo que es la norma Dodd-Frank [la reforma financiera aprobada por Obama en 2010]… Lo que necesitamos es que haya una brecha menor entre lo que saben los expertos financieros y la gente. El cine no es la solución, pero puede contribuir un poco en el debate.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.