La terapia alegre de Los Caligaris
La banda argentina de cuarteto recorre España y Latinoamérica junto al grupo La Pegatina
Argentina, 1999. Una gran dosis de buen humor, instrumentos por doquier y circo. Cuando Los Caligaris comenzó a gestarse, a sus miembros les pareció que bastaban esos ingredientes. Al principio eran 10 y muchos se habían criado bajo una carpa roja y blanca, hasta que completaron el círculo de los 12. Si la tónica sería la diversión, el optimismo sería la esencia. Tras 16 años de estela y siete discos, el grupo argentino pasea ahora por América Latina su espectáculo de ritmos circenses junto la banda catalana La Pegatina. Los Caligaris llevan banda sonora propia: Circología (2015), su último disco.
Diego y Martín Pampiglione, Mauricio Ambrosi y Agustín Cuadrado hablaron en Madrid de su trabajo, y, aunque preferían no definirse, como quienes tienen miedo a encorsetarse, sus canciones beben del rock, el pop, la cumbia, el ska y el reggae. Un abanico amplio; tanto, que no saben si es bueno o malo.
Es difícil gestionar un grupo tan grande. La convivencia ha pasado por varias etapas y, aunque afirman que se llevan bien, Circología nace de una terapia de grupo después de 17 años juntos. "Surgió por casualidad. Nuestro asesor también era psicólogo y nos sugirió hacer este experimento para limar asperezas", cuentan en las oficinas de Sony, en Madrid. El objetivo era superarse a sí mismos. Incluso “llegar hasta la luna”, bromearon.
Capacidad creativa
El grupo no para de componer. Solo para Circología, Los Caligaris tuvieron que elegir entre 100 canciones propias. Casi ocho de ellos compone; unos en la música y otros en las letras, si bien Martín Pampiglione —vocalista y guitarrista— es el que más peso tiene en ordenar las canciones y Valentín Scagliola —tecladista—, el que ayuda más en la parte musical.
Aunque predican sobre todo en Argentina, su país, en México hacen lo propio, donde tienen admiradores muy fieles. Allí optan al premio Lunas del auditorio por el Mejor Espectáculo Alternativo con su último disco. De su paso por España están contentos: “Nos ha encantado estar entre un público tan festivo. Además, somos argentinos descendientes de españoles”.
Para la creación de Circología han contado con la colaboración de Martín La Mosca y Mariano Franceschelli, de los Auténticos Decadentes y fue el manager Mundy Epifanio —conocido por llevar a Europa el rock argentino— quien les puso en contacto con La Pegatina. "Esto es un mero intercambio. Ellos nos presentan en España y nosotros a ellos en Latinoamérica. El ego no existe”, sostuvieron.
Los representantes del cuarteto lamentan el ocaso de la industria. Aunque hace 17 años desde sus inicios, reconocen estar acostumbrados a vivir sin grandes ventas. "Somos artistas, y hacemos esto porque nos gusta, sin ostentaciones. Quizás preferimos estar comiendo un sándwich a la milanesa en la ruta de la tapa a estar en una oficina". Entonces miran alrededor y observan la ciudad madroñal desde la novena planta. Hay una pausa. Ríen: “Bueno, tampoco nos importaría trabajar en un edificio como este. ¿Dónde puedo dejar el currículum?”.
Conversan sin que parezca que tengan prisa, hablan de sus influencias, y nombran a Miliki, Los maravillosos Cadillac, a Mano Negra, Manu Chao y a Zapato Veloz: “Tengo un tractor amarillooo…”, cantan al unísono. Los Caligaris se cortan unos a otros cuando hablan.
- Y acá en España estamos aprendiendo mucho. Rumba, fandango...
- ¡Y descubrimos que también hay tango! Que no tiene nada que ver con el argentino.
En la entrevista solo había cuatro, pero cuando se juntan todos son un torbellino. Recurren a sus letras para definirse una vez más: “'Somos un ejemplo del desastre, así que habrá que potenciarlo”. “Estamos ¡Todos locos!”, añaden. Y, tras más de una hora con ellos, se antoja fácil creerles.
Babelia
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