Silvia Giorguli: “Quiero proyectar al Colegio de México al siglo XXI”
La nueva presidenta del centro de estudios busca conectar la academia al debate público
El Colegio de México es el buque insignia de las Humanidades y las Ciencias Sociales en México. Se nota en la geométrica y sobria corpulencia de su sede, un impactante edificio brutalista diseñado en los setenta por Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky. A la entrada, un césped cuidado con tino británico. Con cerca de 500 alumnos entre licenciaturas, maestrías y doctorados, ha cumplido 75 años desde su fundación en 1940 en torno a intelectuales españoles exiliados. Y acaba de cambiar de mando: el historiador Javier Garciadiego ha sido sucedido por la demógrafa Silvia Giorguli, séptima presidenta del Colegio, primera mujer en toda su historia.
“Es una responsabilidad”, afirma. “En las últimas décadas México ha reducido la brecha en acceso a la educación entre hombres y mujeres pero eso no se ha traducido en oportunidades equiparables. Hay mucho que hacer, y espero que dentro de algunos años tener a una mujer al frente de una institución como esta no sea una sopresa”. Giorguli (Ciudad de México, 1970), de apellido de origen griego, asume el reto de acoplar la calidad tradicional de la investigación en el Colmex, referencia imprescindible, entre otras materias, en los estudios sobre historia de México, a los retos del siglo XXI.
“Nuevas formas de investigación, de docencia, de difusión”, relata. Explica que el Colegio, además de esa transición “exterior” a la actual era del conocimiento, afronta la transición “interior” del relevo de una generación cerca del retiro por otra que se incorpora. “Lo que queremos es que dentro de esta renovación se mantenga la fortaleza tradicional”.
Las Humanidades y las Ciencias Sociales tienen un enorme potencial de influencia
Otro de sus objetivos es jugar un papel fuerte en la agenda de debate. Giorguli hace hincapié en que el Colegio de México debe tener capacidad para adaptar su trabajo a una agenda de investigación que cambia cada vez más rápido. “Cuestiones como el medio ambiente, la pobreza, la desigualdad, que no son nuevas pero adquieren un ímpetu mayor, otra intensidad. Por ejemplo el tema de la violencia, del que desafortunadamente se ha oído cada vez más en México. El Colegio tiene que poder tener cosas que decir sobre los temas coyunturales”.
Para ella las Humanidades y las Ciencias Sociales no son ámbitos académicos arrinconados sino armas de conocimiento para el presente. “Tenemos la función de mantener la memoria histórica, de lo que ha pasado, pero también la obligación de tener un diálogo continuo con lo que está pasando a nuestro alrededor, para entenderlo y manifestarlo de forma autónoma y propositiva, orientada a la discusión de los mecanismos que se necesitan para enfrentar los problemas sociales. Se dice que nuestros campos no influyen en quienes toman decisiones. Yo creo que sí tenemos un potencial enorme para influir, presentando diagnósticos rigurosos sobre los temas que están en la agenda pública e interactuando con otros sectores de la sociedad civil”.
La evolución de la educación en México es una de sus preocupaciones. “Hemos tenido avances importantísimos en cobertura educativa pero hay rezagos, como el problema nodal de la alta deserción escolar en educación media superior, que es todavía un eslabón débil, y el hecho de que muchos que llegan a la educación superior no tienen acceso a las universidades públicas. Se siguen generando, o reproduciendo, formas de desigualdad educativa, y uno de los grandes retos de México es capitalizar la gran concentración de población que tiene en edad laboral. Se deben generar condiciones de formación y mercado de trabajo para aprovechar el potencial de todos estos jóvenes y procurar evitar que estudien para terminar trabajando al final en lo mismo que han trabajado sus padres”.
Una fábrica intelectual
-La institución tiene sus orígenes entre 1938 y 1940 con la fundación de la Casa de España, refugio de intelectuales españoles exiliados después de la Guerra Civil.
-En 1940 se crea el Colegio de México, impulsado por el presidente Lázaro Cárdenas. Su primer director fue el escritor y pensador Alfonso Reyes, de 1940 a 1959, al que sucedió, hasta 1962, el economista e historiador Daniel Cosío Villegas.
-En 2001 el Colegio recibió el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales junto al jurista español Juan Iglesias Santos. Cuenta con tres licenciaturas y 14 programas de posgrado.
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