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La muerte anticipada de Cristo

Quito arranca la Semana Santa con un rito romano: 'Arrastre de Caudas'

El rito 'Arrastre de Caudas' en la Catedral de Quito.
El rito 'Arrastre de Caudas' en la Catedral de Quito.EDU LEÓN

La Semana Santa ha arrancado este miércoles en Quito con un rito romano que fue imitado por las primeras comunidades cristianas. Se lo conoce como Arrastre de Caudas y se repite en esta ciudad desde el siglo XVI. En la ceremonia, los canónigos de la Catedral de la capital ecuatoriana, y que rondan los 80 años, asumen el papel de las huestes romanas que se congregaban para enterrar a sus mejores generales. La diferencia en el rito cristiano es que el único general reverenciado es Cristo y la tropa de clérigos aspira impregnarse de su valentía al ser cubierta por la bandera que simbólicamente tocó el cuerpo de su general caído, tal y como hacían los soldados romanos.

El color negro no solo representa el luto, sino también el pecado

Monseñor Luis Tapia, uno de los sacerdotes que participa en este funeral anticipado de Cristo, explica que la ceremonia fue un mandato de la Catedral Sevilla, que alrededor del año 1500 daba las directrices religiosas a las colonias españolas en América, sobre todo a los obispados de Lima y Quito. El clérigo no puede, sin embargo, precisar el inicio de la ceremonia en Quito, pero asegura que actualmente solo se realiza en esta ciudad y se hace cada miércoles de Semana Santa para no entorpecer con los rituales de jueves y viernes santos.

Las caudas son unas capas negras de seis metros de largo que llevan los canónigos. Estas son arrastradas por las naves laterales de la catedral en la parte culmen del rito. El paso de esta procesión lúgubre va acompañado de marcha fúnebre que sale desde un antiguo órgano de tubos. La marcha vuelve al altar, donde los canónigos se postran y esperan que la bandera que tocó a Cristo ondeé sobre ellos.

Alrededor de esta insignia hay una creencia popular macabra que dice que si roza a uno de los canónigos, este morirá próximamente. El arzobispo de Quito, Fausto Trávez, que blandea la bandera, asegura que hay sacerdotes que creen que eso es verdad. “Yo solo digo que si toca, toca. Lo bueno es que nosotros estamos preparados para morir”, dice.

La muerte efectivamente ha sorprendido a muchos de estos clérigos veteranos, hace solo una semana falleció uno que debía participar en el rito de este miércoles santo. Eso redujo el número de soldados clericales en cinco, pero algún día fueron más de 15 los que participaron en la marcha fúnebre en honor de Cristo.

Según una creencia popular, el canónigo que es rozado con la bandera morirá

El color negro que se perpetúa en el Arrastre de Caudas no solo representa el luto, también simboliza el pecado. Monseñor Hugo Reinoso, otro de los participantes en el rito, explica que la ceremonia también es para “reflexionar sobre el pecado, que es dolor y tiniebla”. Pero no a todos los asistentes les atrae el mensaje religioso, muchos son turistas que quieren presenciar este rito único en mundo cristiano.

La promoción turística es tal que este año se ha optado por transmitir la ceremonia en los centros comerciales de Quito y Guayaquil. Además, con antelación se venden folletos a un dólar con toda la historia de la ceremonia, los cánticos, los salmos y hasta la letanía en latín que se recita en ciertas partes del rito.

La Catedral de Quito en un día como hoy alberga a unas 1.000 personas, el doble de su capacidad. Los que tienen asiento han llegado a primera hora de la mañana y se quedan hasta el mediodía, cuando arranca la celebración. Las autoridades locales son las más privilegiadas porque tiene reservadas las filas más próximas a la tropa clerical y son parte de la llamada “asamblea del pueblo” que en un momento del rito es tocada por la bandera negra al igual que los soldados canónigos, con toda la superstición que esto tiene.

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