Desenterrar el ‘peor’ videojuego de todos los tiempos
Zak Penn ('Los vengadores', 'Pacific Rim 2') desmitifica la leyenda negra del ‘E.T.’ de Atari
Peor videojuego de la historia. Culpable de destruir Atari. Escarnio del mismísimo Spielberg. Autor de millones de juegos sepultados bajo tierra por su ínfima calidad. Con este san Benito y muchos más ha tenido que lidiar Howard Scott Warshaw, el genio diseñador de Atari. El hippie de melena rebelde y barba descuidada que a los veintipocos vendía millones de juegos en la primera edad dorada del medio. El insensato que dijo: “Sí, yo puedo hacer un juego de E.T. El extraterrestre en una semana”.
Ahora, Atari: game over, viene a redimirle de tantas piedras atadas al cuello. Quien quiere levantar este peso es Zak Penn, guionista de películas como Los vengadores, El último gran héroe o la próxima superproducción de Guillermo del Toro, Pacific rim 2. Y director también de documentales como Incident at loch Ness, un filme en el que buscó junto a Werner Herzog los indicios de la mítica y monstruosa Nessie. En este Atari: Game over —documental gratuito ya disponible para la consola Xbox One y PC, y primero de una serie con la que Microsoft pasará revista en alianza con Hollywood a la industria del videojuego— Penn hizo algo muy similar a su imposible caza de la mítica criatura escocesa: “Me fascinan las leyendas urbanas. Cómo el público llega a asumir como cierta una historia y cómo esta se va haciendo cada vez más grande y espectacular. En este caso, que la adaptación de E.T. fue el peor videojuego de la historia”.
Penn cree que no lo fue y sus entrevistados, que incluyen al fundador de Atari Nolan Bushnell o al exitoso escritor y estudioso del videojuego Ernest Cline, también. Para empezar, las circunstancias en las que se forjó E.T. fueron absurdas. Howard Warshaw, su creador y el diseñador de videojuegos más exitoso de su época (cada nuevo título suyo, como Yar’s revenge o la adaptación de En busca del arca perdida, vendía más de un millón de copias), recibió una llamada de teléfono que le planteó hacer el juego en una semana, porque las negociaciones con Universal fueron tardías y se quería sí o sí que ese fuera el juego de las navidades de 1982 para la gran consola doméstica del momento, la Atari 2600. Por supuesto, Warshaw aceptó. Trabajó esa semana, entregó el juego y recibió el aprobado del mismísimo Steven Spielberg. Pero el encuentro con el público fue fatal. Su extrema dificultad y la reciente aprobación de una ley que permitía devolver los videojuegos si tras unos días de prueba uno no estaba convencido, hundió a E.T.
Creo que si hubiera adaptado otra película menos importante, nadie lo recordaría
“Creo que fue esencial que se basara en una película tan famosa y amada. Creo que si hubiera adaptado otro filme menos importante, nadie lo recordaría. Hay alguien en el documental que lo dice: ‘La película era tan buena, que hacía que el juego pareciera peor”. Y a eso hay que sumarle el enterramiento, la gran apuesta de Penn para la película y que consiguió titulares en todo el mundo el pasado mes de agosto. En la ciudad de Alamagordo (Nuevo México), el equipo de producción de la película asistió al milagro de ver desenterrados los cartuchos de E.T. por un arqueólogo local ante una multitud que había venido de todas las puntas del país para vivir ese momento de magia. “Fue una suerte que saliera bien. Imagínate que me toca rodar un montón de caras decepcionadas porque no encontramos nada”. El propio creador del juego estaba entre los espectadores.
En ese desenterrar cristalizó el alma de la película. Howard Warshaw, el hombre que trabajaba desnudo junto a los otros hippies de Atari, que compartió instantes televisivos con Steven Spielberg, que perdió el sueño de su vida después de saborear la gloria, que nunca pudo volver a diseñar videojuegos y fue dando tumbos de trabajo en trabajo hasta renacer como psicólogo, se desploma y llora frente a la cámara. Un artista ante su sueño fracasado. “De eso va la película. Hay alguien que dice: ‘Tener tres vidas fue inventado por una persona. Pilotar una nave espacial fue inventado por una persona’. Y lo que quiere decir es que todas estas bellas ideas de los inicios del videojuego no fueron azarosas. Fueron creadas por alguien. En lo personal, esto es una carta de amor al videojuego con la que digo: Es un arte y quien lo niegue es que no ha jugado a un videojuego nunca”.
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