Teatro: la hora del postdramatismo
La normalidad de lo alternativo, la fragmentación de la narración y el vocabulario y medios interactivos se han instalado en la escena alemana con nombres propios y compañías muy sugerentes
Textos sin una línea narrativa, montajes multimedia e interdisciplinarios, escenas fragmentadas con carácter de instalación o performance, obras interactivas y en escenarios alternativos, así como un proceso de creación colectivo es el nuevo vocabulario escénico en Alemania. Aun si se trabaja sobre un texto clásico, la puesta en escena es ‘pos-dramática’, término que instauró el crítico y teorético de las artes escénicas Hans-Thies Lehmann (1944) que con el libro del mismo nombre definió el panorama teatral de las últimas décadas del siglo XX hasta ahora. Los grandes teatros alemanes incluyen ya en su programación este tipo de propuestas que en su momento eran consideradas alternativas. Cuatro de los nombres a tener en cuenta son:
Friederike Heller (Berlin, 1974)
Heller se dio a conocer por competir con los grandes directores de teatro al hacer montajes de las mismas obras y al mismo tiempo que estos. Su versión empero sintetizaba de manera irónica los temas centrales de cada texto dramático, lo cual ponía su trabajo por encima de sus colegas veteranos.
She She Pop (1998)
El colectivo She She Pop fue fundado en 1998 por estudiantes de teoría de las artes escénicas. Ninguna de las integrantes de esta compañía, solo femenina, es actriz, directora o autora, sino que definen su trabajo como un cuestionamiento estético y autobiográfico al que encuentran respuestas sobre las tablas.
Philipp Löhle (Ravensburg, 1978)
Löhle es uno de los nuevos dramaturgos alemanes. En sus obras los héroes son los románticos que quieren cambiar y salvar al mundo de la globalización. Sus personajes se mueven entre lo común y corriente del día a día y situaciones absurdas que aunque de carácter cómico muestran una realidad más grave.
David Bösch (Lübbecke, 1978)
Las producciones de Bosch tienen ritmo, comedia, tragedia y la correcta dosis de carga emocional y utilizan todos los elementos interdisciplinarios desde video, hasta comics, en un balance entre montaje teatral e instalación tipo performance. La prensa alemana habla del trabajo de este director como un drama de las emociones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.