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Silencio y ovación en la proyección al público de ‘Lasa y Zabala’

La película narra el secuestro, torturas y asesinato que sufrieron dos etarras por la Guardia Civil

Rocío García
El realizador Pablo Malo, en el centro de la imagen, posa junto a los actores, productor y guionista de 'Lasa y Zabala', en San Sebastián.
El realizador Pablo Malo, en el centro de la imagen, posa junto a los actores, productor y guionista de 'Lasa y Zabala', en San Sebastián. Javier Hernández

La proyección al público que ha tenido lugar esta mañana de la película Lasa y Zabala ha terminado con una ovación, silencios y algunos rostros conmocionados. El filme, que narra el secuestro, torturas y asesinato que sufrieron los dos jóvenes etarras por miembros de la Guardia Civil en 1983, durante el gobierno del socialista Felipe González, se ha convertido en la noticia del día en el Festival de Cine de San Sebastián, donde la película, que dirige Pablo Malo, se ha estrenado en la sección oficial fuera de concurso. A un kilómetro escaso del Palacio de la Cumbre, el lugar donde los miembros de ETA estuvieron secuestrados y fueron torturados de manera salvaje durante semanas, la sala del Kursaal 1, con una capacidad para 1.800 personas, ha estado llena a rebosar, con apenas un par de asientos libres. Las entradas al público para esta sesión y para la de la tarde, cuando se estrene de manera oficial, llevan agotadas durante varios días. A la de gala vespertina han anunciado su presencia algunos familiares de Joxean Lasa y Joxi Zabala, los miembros de ETA que se habían refugiado en el País Vasco francés dos años antes de su secuestro, así como responsables de la Diputación de Gipuzkoa, que preside Martín Garitano de la coalición Bildu.

Más tarde, la política ganó claramente al cine en la gala del estreno vespertino de la película. Todo el Kursaal recibió al director, los actores y el equipo con una atronadora ovación y gente puesta en pie. Tal y como estaba previsto, a la proyección asistieron una veintena de familiares de los dos etarras asesinado, el presidente de la Diputación Provincial, Martín Garitano, además del alcalde de la ciudad, Juan Carlos Izagirre, y la consejera de Cultura del gobierno Vasco, Cristina Uriarte.

José Luis Rebordinos, el director del festival, mostraba su satisfacción a la entrada del Kursaal por la normalidad que supone la proyección de una película sobre este tema: “Desde que ETA dejó de matar, se ha abierto la posibilidad de hablar y de convivir. Gusten o no gusten las películas, la proyección de Lasa y Zabala y de Negociador son la viva prueba de la normalidad algo que hace diez años hubiera sido impensable”.

El director, Pablo Malo, se ha confesado esta mañana cansado de llevar semanas hablando de política y no de cine. “¡Qué envidia me dan mis colegas aquí hablando de cine!”, proclamó el realizador en una abarrotada sala de prensa. Malo volvió a reiterar que tenían claro desde un principio el material delicado al que se enfrentaban y que les iban a mirar todo con lupa. “Cuando el productor me ofreció dirigir el guion y se lo contaba a mis amigos me empezaron a dar el pésame. Ya vi entonces el follón en el que nos metíamos. Es una película de ficción basada en hechos probados y reales. La realidad fue mucho más extrema y tremenda, se hicieron barbaridades que parecen inverosímiles, pero no es una película de buenos y malos. Hasta hemos cortado algunas escenas que habíamos rodado que eran totalmente esperpénticas”, ha explicado el director quien aclaró que su posición está en contra de la violencia de todo tipo. “Hemos contado unos hechos determinados, con unas personas determinadas. Nuestra intención ha sido contar esta historia con honestidad y sin maniqueísmos. Yo siempre estaré del lado de la gente que lo pasa mal”.

Sobre las escenas de violencia, Malo ha explicado que tenían claro que no querían mostrar una galería del horror, pero que lo pasó en esas cuatro paredes del Palacio de la Cumbre fue mucho peor de lo que se muestra. “Contad lo que pasó por favor, aunque nosotros no lo podamos ver, hacedlo”, ha dicho el director que le pidieron los familiares de Lasa y Zabala.

La polémica con esta película ha saltado no solo por el tema tratado, considerado el primer caso de los GAL, sino por la ayuda de 100.000 euros concedida por la diputación guipuzcoana, al tratarse de una partida extraordinaria y nominada para esta película en concreto, sin concurso de ningún tipo y con el informe negativo de los auditores forales. La diputación foral concedió también en la misma orden una ayuda de igual cantidad para Amama, un filme sobre el conflicto generacional en el mundo rural rodado en euskera.

Lasa y Zabala está protagonizada por Unax Ugalde, en el papel de Iñigo Iruin, el abogado de las familias de los dos jóvenes, Oriol Vila, Francesc Orella, Aitor Mazo, Pep Tosar, Ricard Sales y Andres Gertrúdix, entre otros. La película recorre el tortuoso camino desde la desaparición de los dos etarras, que habían huido a Francia tras el asalto frustrado a un banco de Tolosa, a la identificación de los cuerpos doce años después, y a la apertura de un largo sumario hasta el juicio que condenó al teniente coronel Ángel Vaquero, los guardias Enrique Dorado y Felipe Bayo, el exgeneral Enrique Rodríguez Galindo y el exgobernador civil de Gipuzkoa, Julen Elgorriaga, a entre 67 y 71 años de prisión. Horas antes del secuestro de los dos jóvenes por miembros de la 513 comandancia de la Guardia Civil de Gipuzkoa, ETA había asesinado a un guardia civil en Oñati, y cuatro días después aparecía muerto con un tiro en la nuca el capitán de Farmacia Alberto Martín Barrios en manos de ETA desde dos semanas antes.

El filme, con guion de Joanes Urkixo, se basa en los hechos probados, juzgados y ratificados por tribunales nacionales e internacionales. La producción ha contado con las ayudas del Gobierno vasco (300.000 euros) y de la cadena de televisión ETB (700.000 euros).

La proyección de Lasa y Zabala se une al estreno esta misma semana en la sección Zabaltegi del Zinemaldia del filme del también donostiarra Borja Cobeaga, Negociador, una tragicomedia en torno a las negociaciones que entablaron en 2005-2006 el político socialista Jesús Eguiguren y el jefe de ETA Xabier López Peña, Thierry. Si Cobeaga proclamaba el otro día el triunfo de que películas sobre el conflicto vasco se puedan proyectar ya con normalidad, hoy Pablo Malo ha añadido: “Después de 50 años de horror en este país por fin podemos convivir y hablar. Si la gente sale de mi película viendo que esto fue terrible como tantas otras cosas que han pasado aquí me doy por satisfecho”.

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