Elogio de lo inesperado

Dado el ahínco con el que la moda contemporánea se ha instalado en el sobresalto, lo único que parece fiable esperar del año que empieza es lo inesperado. A pesar del gusto por la inestabilidad de esta industria en los últimos tiempos, algunos temas y citas marcarán la agenda de 2014.

La ralentización del crecimiento del sector del lujo en 2013 va a provocar cambios en la estrategia y mucho movimiento. Estados Unidos ha recuperado su supremacía como el mayor mercado mundial de estos productos gracias a un incremento del 4% en el año que termina, según un estudio de Altagamma y Bain & Company publicado por The Financial Times. En cambio, China ve cómo su ritmo se frena. Sigue subiendo pero no tan rápido. Si el incremento de este dato en 2012 fue del 7%, este año se ha quedado en el 2,5%. Para mantener sus inverosímiles y exigentes crecimientos, la industria apura los confines del planeta. Su mirada está puesta ahora, sobre todo, en Tailanda, Vietnam, Malasia, África, Australia y Canadá.

Una nueva hornada de diseñadores desembarca en firmas históricas

No sólo de nuevos países se alimenta la máquina. También son necesarias marcas que permitan contrarrestar la falta de brío de las grandes locomotoras de los conglomerados. Por eso, el foco estará en las compañías que aún permanecen independientes y que podrían ser absorbidas. En Italia, quedan unas cuantas. Desde Armani hasta Brunello Cucinelli pasando por Dolce&Gabbana o Zegna. Aunque ya no solo los grupos de siempre juegan en esta partida. Los fondos de inversión y el dinero catarí ganan peso con cada adquisición.

Unos y otros requieren una nueva hornada de diseñadores que aviven las etiquetas históricas. El capítulo de estrenos de este año estará liderado por la primera colección de Nicolas Ghesquière para Louis Vuitton, que se presentará durante la semana del prêt-à-porter femenino de otoño/invierno 2014 en París. En esa misma cita veremos como otro creador experimentado, Alessandro dell’Acqua, debuta en Rochas. En enero, en la cita con la alta costura, se mostrarán dos experimentos atrevidos: las creaciones de Marco Zanini y Hussein Chalayan para casas tan legendarias como Schiaparelli y Vionnet. Los primeros diseños de David Koma, de 28 años, para Mugler se presentarán en junio durante las precolecciones y se espera que en una fecha indeterminada lo hagan los de Jonathan Anderson para Loewe. París no es la única capital de la moda que maneja un calendario de estrenos. Milán asistirá en febrero al bautismo de Jeremy Scott en Moschino y Nueva York, al de Jason Wu en Hugo Boss.

Un asunto curioso son las exposiciones previstas para este año. Tras años de apuestas de gran impacto mediático (David Bowie, el punk…), los grandes museos parecen haberse replegado hacia temas más relacionadas con el oficio de la moda y un poco menos con todo lo demás. El Museo de las Artes Decorativas de París inaugurará en marzo una peculiar retrospectiva que explora la obra del creador belga Dries van Noten (Amberes, 1958) y la pone en relación con los exuberantes fondos de la institución, así como con otras piezas contemporáneas. Un pequeño anticipo ya se puede ver en la colección masculina de Van Noten para primavera/verano 2014 que incorpora tejidos florales del siglo XIX hallados en el proceso de investigación.

El Museo Metropolitano de Nueva York también se aleja de los fuegos artificiales y las conversaciones imposibles de años precedentes para dedicar su gran exposición de moda, en mayo, al trabajo del reverenciado modista Charles James (1906-1978). A diferencia de lo que ha ocurrido en otras ocasiones, no se ha sentido la necesidad de colocarle un creador actual como pareja de baile. “Uno de los motivos para elegir este tema fue que todo especialista en moda conoce a James, pero para el gran público es un nombre olvidado, ya que no tiene una etiqueta que le haya sobrevido”, explica Harold Koda, comisario de la muestra. En Londres, el Museo Victoria&Albert desafiará la guerra abierta que hoy mantienen las pasarelas británicas e italianas con una exposición en abril que rinde tributo al “glamour de la moda italiana” desde los años cuarenta hasta la actualidad.

Las grandes exposiciones se centrarán en el oficio del vestir

Hace meses que las pasarelas lanzaron sus predicciones sobre la ropa que llevaremos en 2014. En el caso de los hombres, se tiende a una estética más relajada que la de temporadas precedentes y que ya cuenta con su pertinente neologismo: smasual. La contracción de “smart” (listo, en inglés) y “casual” (informal, en inglés) quiere definir un estilo que escapa del influjo de Mad Men y otros devaneos nostálgicos para buscar un espacio más contemporáneo en el que el vestuario masculino se atreve con las flores y los colores dramáticos para verano. En el caso de las mujeres, la oferta es una batería de referencias que parece disparar en todas las direcciones posibles. Desde los metalizados de Lanvin hasta los grafiti de Céline a partir de imágenes de Brassaï, pasando por las túnicas drapeadas de Givenchy, el insólito sentido atlético de Gucci y Prada o el retorno de los logos y otros tics de los años noventa en Alexander Wang. Semejante ensalada de referencias parece hecha a la medida de un año en el que cualquier cosa podría ocurrir.