Mejor cómic del año, según los lectores de EL PAÍS: ‘Los surcos del azar’, de Paco Roca
En 'Los surcos del azar' el historietista reivindicación a los exiliados republicanos españoles que terminaron ayudando a liberar París
Pocas carreras artísticas están demostrando la coherencia y solidez que la que se ha construido Paco Roca, con un planteamiento tan sencillo como casi utópico de llevar a la práctica: que cada obra sea los cimientos de la siguiente. La teoría es simple, pero mantener el nivel, conseguir que realmente cada nuevo trabajo sea un reto y, sobre todo, superarlo, no está al alcance de cualquiera. Tras trabajos como Arrugas o El invierno del dibujante, cualquier otro autor, incluso con las mismas autoimposiciones, se hubiese concedido el derecho a un merecido descanso. Sin embargo, Roca permanece fiel a su criterio y se atreve, de nuevo, con el más difícil todavía, componiendo una obra que no admite otro calificativo que el de magistral.
Aparentemente, Los surcos del azar (Astiberri) es una justa y necesaria reivindicación de aquellos exiliados republicanos españoles que salieron de una guerra propia para entrar a formar parte de una ajena. Que se convirtieron en héroes en tierra extraña por ser los que liberaron París de los nazis, pero siguieron siendo olvidados en su patria. A través de una labor exhaustiva de documentación e investigación, Roca no sólo reconstruye fidedignamente la historia, sino que entrega al lector una vivencia, confeccionada con los silencios y sufrimientos de personas que vieron cómo su guerra se convertía en eterna e inacabada.
Sin embargo, esta narración es tan sólo una parte de la obra. La viñeta se convierte en marco privilegiado por el que Roca deja ver al lector las bambalinas de la creación, el proceso de búsqueda y de reflexión que lleva a cada plano, a cada escena. Se sirve de la larga entrevista con uno de los protagonistas de la historia para desarrollar un ejercicio de sinceridad total hacia el lector, que más allá del juego metalingüístico entra en la sutil relación entre la realidad y la ficción, en la forma en la que el autor canibaliza a la persona para convertirla en personaje, en una autocrítica despiadada, la cuál es el derecho del autor sobre la vida de la que se apropia. La imbricación de las dos narraciones no genera dos niveles de lectura, sino infinitas posibilidades de reflexión, que obligan a la relectura constante para descubrir hasta que punto Roca ha tejido magistralmente lo real con lo inventado.
Los surcos del azar es, sin duda, el mejor tebeo español de un año que ha destacado por el impresionante nivel de la producción patria, pero no lo duden: está llamado a ser uno de los mejores tebeos españoles de la historia.
* Los surcos del azar. Paco Roca. Editorial Astiberri. 328 páginas. 25 euros.
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