Una historia delirante
'Animales domésticos' de Jean Lecointre merece ser disfrutado por lectores de todas las edades
Infantil. El elegante matrimonio Archibaldo tiene una hermosa casa con un gran jardín, amigos ricos y una gran afición a dar fiestas. Sin embargo, todas sus celebraciones acaban mal a causa de su peculiar servicio doméstico. Cuentan con un mayordomo de enormes orejas, aficionado a orinar en el jardín para marcar su territorio, y una criada con grandes ojos negros que gusta de meter los pies desnudos en la sopera. Nada extraño si se tiene en cuenta que son un sabueso y una mosca. Además de ellos, los Archibaldo tienen a su servicio un gato muy irritable que abandona la casa a la mínima ofensa, dejándola a merced de los ratones, y un sapo, muy útil para desembarazarse de los mosquitos, pero incapaz de convertirse en príncipe por más que le bese la princesa que ha acudido a una de las fiestas de la pareja para conocerlo. Los Archibaldo ven con tristeza que sus invitados siempre se marchan indignados a mitad del cóctel, la recepción o la fiesta. Ellos, que son unos juerguistas, se lamentan de su suerte cuando aparece en su casa una polilla a la que solo le queda una noche de vida. Y todo cambia.
Animales domésticos, de Jean Lecointre, narra una historia delirante, irónica y muy divertida. Utilizando el collage y el fotomontaje, y combinando el cine, la publicidad y la imaginación con su espíritu libertario, Lecointre crea una estética que evoca la Costa Oeste de Estados Unidos en los años cincuenta y sesenta. Los Archibaldo, con sus trajes de colores y sus peinados cardados, podrían ser actores de El guateque o de El graduado, y la loca arquitectura de su casa no desentonaría en Beverly Hills.Aficionado a jugar con híbridos de animal y humano, los personajes de Lecointre resultan tan llamativos como verosímiles. Quizá porque, como él mismo ha declarado, hay en su obra referencias directas al psicoanálisis. El artista sigue la máxima que repetía su profesor, el innovador diseñador gráfico Roman Cieslewizc: ¡la imaginación tiene todos los derechos! Lecointre es además un narrador auténtico. Animales domésticos hace reír y la historia mantiene la tensión de tal manera que es imposible no pasar las páginas con expectación para conocer el final de los desdichados Archibaldo.
Lecointre, muy conocido en Francia, colabora con el diario Libération y ha realizado la serie de animación Turkish Delights para Canal+. En Animales domésticos están los principales rasgos de su trabajo como ilustrador gráfico: la fotonovela, el gusto por el collage y las asociaciones surrealistas, el universo de la periferia acomodada americana de los años cincuenta y la brillante sátira sobre la sociedad de consumo. Este álbum se publicó en Francia en 2007 y, aunque tarde, por fin aparece en España. Esperemos que pronto se publiquen otros álbumes de Lecointre como Les dents du loup y À la mode. Animales domésticos, como todos los buenos libros, merece ser disfrutado por lectores de todas las edades, incluidos adolescentes con las hormonas enloquecidas.
Animales domésticos. Jean Lecointre. Traducción de Teresa Durán. Ediciones Ekaré. Barcelona, 2013. 64 páginas. 15,60 euros
Babelia
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