La diáspora nazi
Película de caminos, de búsqueda, de asimilación y de reconversión moral, el filme se ocupa de esa Alemania que no sabía
La diáspora es un concepto normalmente asociado al pueblo judío que, sin embargo, puede determinar la dispersión de cualquier grupo étnico o religioso. Por ejemplo, y en una extensión paradójica de la idea, la de los alemanes integrados en el régimen nazi que, tras la pérdida de la II Guerra Mundial, hubieron de diseminarse con una huida hacia adelante que les obligó a convivir con gentes ajenas a su credo, por temor a encarcelamientos, juicios y venganzas, e ingiriendo su propia medicina. Un aspecto del nazismo no demasiado tratado por el cine y al que se ha acercado la australiana Cate Shortland con Lore, coproducción entre su país y Alemania, centrada, sobre todo, en los desamparados hijos de un gerifalte de las SS, que deben cruzar solos el país de punta a cabo en busca de refugio.
LORE
Dirección: Cate Shortland.
Intérpretes: Saskia Rosendahl, Nele Trebs, Ursina Lardi, Kai Malina, André Frid.
Género: drama. Australia, 2012.
Duración: 109 minutos.
Película de caminos, de búsqueda, de asimilación y de reconversión moral, Lore se ocupa de esa Alemania que no sabía, o no quería saber, mientras apela en su tratamiento dramático a que los que fueron educados como nazis experimenten en su propia piel lo que pudo significar ser judío. Un planteamiento que funciona medianamente bien en el guion, pero no tanto en la puesta en escena, tan deudora del cine de Terrence Malick que, al tratarse solo de un sucedáneo, pierde la oportunidad de convertirse en una película realmente auténtica. El efecto Malick, rayos del sol contra el objetivo, manos que acarician las plantas, música constante, steadicam alrededor de los personajes, To the wonder como síntoma, quizá esté agotado incluso para el propio Terrence.
Babelia
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