Los recortes encienden la alerta roja
El tijeretazo del 30% por parte del Gobierno causa indignación en el mundo de la cultura Los productores plantean que se saque el cine fuera de los Presupuestos
El recorte global de en torno a un 30% que el Gobierno aplicará a la industria cultural en los Presupuestos de 2013, y que adelantó ayer EL PAÍS, provocó durante todo el día una intensa oleada de alarma e indignación. En San Sebastián, el presidente de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales de España (Fapae), Pedro Pérez,no ocultó su preocupación por la situación de la industria del cine y los malos augurios que se avecinan. El anunciado varapalo de un 20% al Fondo de Protección de la Cinematografía y de un 30% al presupuesto global del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales (ICAA) estaba en todos los corrillos del Festival de San Sebastián, y el presidente de los productores se mostró grave: “El suelo del cine español se tambalea”.
Pérez dejó la puerta abierta a un nuevo modelo de financiación del sector, mostrándose incluso partidario de que el cine salga de la partida de los Presupuestos Generales del Estado. “Hay muchas maneras para obtener dinero, el cine se puede pagar con los ingresos y los impuestos que el propio cine genera, como se hace en países europeos de nuestro entorno”, dijo. La semana próxima está prevista la primera reunión en la Secretaría de Estado de Cultura para comenzar a dibujar ese esquema con todos los afectados.
A golpe de tijera
-Cero euros para libros en las 52 bibliotecas públicas del Estado, además de un recorte del 60% de sus presupuestos.
-Después de que se barajara un tijeretazo del 50%, y conatos de dimisión mediante, el Teatro Real se ha quedado con un 30% menos de presupuesto.
-Para el Museo del Prado, el recorte de la asignación ha sido de un 30%; el Reina Sofía se ha quedado con un 25% menos y el Thyssen, con un 33%.
-El Instituto de la Cinematografía ha visto descender su partida un 30%, y el Fondo Nacional de la Cinematografía, un 20%.
El presidente de los productores alertó sobre el impago de las ayudas. “Las ayudas automáticas al cine, que se vienen pagando dos años después de los estrenos, son una deuda del Estado... la deuda al cine hay que pagarla y luego ya cambiaremos el modelo”, añadió. Según cálculos de la FAPAE, el dinero necesario para pagar en 2013, vía Fondo Nacional de la Cinematografía, las deudas por películas estrenadas en 2011 asciende a unos 50 millones de euros, cuando, según el primer borrador de los Presupuestos generales, ese fondo apenas llegaría a los 30 millones.
Para el presidente de la Academia del Cine, el productor, distribuidor y exhibidor Enrique González Macho, cunde una preocupante sensación de incertidumbre ante el futuro inminente: “Se ha hablado del mecenazgo, de los incentivos fiscales, de cambios en el sistema de ayuda, pero no hay nada concreto. Nos podemos caer en un agujero. Hay un sector del Gobierno que quiere que el cine avance y otro que no, y que lo único que hace es crear situaciones peligrosas que nos están llevando al límite. El sector del cine es dialogante y prudente pero está viendo cómo, poco a poco, se nos está perjudicando en cosas que no tienen sentido”.
“El suelo del cine español se tambalea”, dice Pedro Pérez (Fapae)
No fue menor el grito de alarma que se produjo ayer en el campo del libro y las bibliotecas. Las 52 bibliotecas públicas del Estado contarán el próximo año con un presupuesto de 0 euros para comprar fondos. “Una biblioteca sin libros se convertirá en un centro de animación cultural... pero dejará de ser una biblioteca”, lamentaba Milagros del Corral, exdirectora de la Biblioteca Nacional.
La Red de Bibliotecas del Estado perderá, sin contar el capítulo de personal, un 60% del presupuesto. “Ni se comprarán libros ni se podrá seguir digitalizando, con ese recorte tendrán dinero para dar la luz”, reprobaba ayer Rogelio Blanco, exdirector general del Libro, Archivos y Bibliotecas. Los ciudadanos se han empeñado en utilizar las bibliotecas más que nunca: uno de cada cinco españoles acudió a una biblioteca en 2011, según la encuesta de hábitos culturales en España. “Este es el momento en el que las bibliotecas tenían que estar más dotadas que nunca”, afirmó Blanca Calvo, que dirige desde hace 31 años la biblioteca pública de Guadalajara, un modelo de participación ciudadana. Son los usuarios de esta biblioteca los que este año han puesto de su bolsillo parte de los fondos públicos que les han recortado. Algunos lectores compran obras para nutrir los fondos de la biblioteca y otros ayudan gratis con las actividades culturales. “Creía que habíamos tocado fondo, pero veo que podemos empeorar”, afirma Blanca Calvo. En 2007 contó con 150.000 euros para comprar material. Este año ha recibido 56.000 euros del Gobierno. Para 2013 la previsión es... cero.
"Una biblioteca sin libros dejará de ser una biblioteca"
En el mundo de las artes escénicas y de la música, la jornada transcurrió con un guion ya leído. El director general del Instituto Nacional de Artes Escénicas y Musicales (Inaem), Miguel Ángel Recio, citó a los responsables de las unidades de este departamento para comunicarles los recortes. Todos los representantes, entre los que se encontraban el director del Teatro de la Zarzuela, Paolo Pinamonti, o el director técnico de la Orquesta Nacional, Félix Alcaraz, acudieron a la cita con resignación ante lo que ya había adelantado EL PAÍS.
Pero el más locuaz fue Gerard Mortier. El director artístico del Teatro Real (que perderá un 30% de la aportación pública en 2013) lamentó los recortes durante un encuentro en el Hay Festival de Segovia, informa Ana Marcos: “Hay que acabar con la idea de que el arte es un lujo y dejar de decir que es difícil dar dinero a la ópera cuando se están cerrando escuelas o quitando camas de hospital. Eso es demagogia. Lo social y lo cultural forman parte de un mismo sistema. Hay que encontrar la forma de repartir el dinero para la educación y el arte sin confrontarlos”, dijo Mortier, quien acabó con una confesión: “Para mí fue muy duro ver cómo el IVA subía para el arte y no para el deporte; la marca España no puede ser solo Ronaldo —que encima esta triste—, porque dos años de subvención del Teatro Real es el sueldo de un año de ese futbolista”.
Babelia
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