La inspiración literaria del otoño
Dieciséis escritores en español que protagonizarán la temporada, recuerdan cuándo, cómo y dónde brilló el primer fulgor de su nuevo libro Gamoneda, Cercas, Puértolas, Landero, Rivas, Goytisolo y Pérez-Reverte son algunos
…Hombres, dioses… dioses, hombres… hombres, dioses…
Esa es la letanía pendular que pretende señalar dónde nace o de dónde procede la inspiración. Ese primer fulgor donde el creador artístico vislumbra, por primera vez, su obra. Cuando, muchas veces, en un momento inesperado y en un lugar impensable se le revela su obra futura. Mientras para algunos la inspiración no existe, o simplemente es el fruto del trabajo diario, la paciencia y la dedicación, para otros ese primer soplo lo dan los dioses.
Más allá o más acá de este debate bizantino, trece de los escritores en español más destacados que publicarán libros esta temporada desvelan cuándo, dónde y cómo fue ese encuentro y revelación con la idea de su nuevo libro.
¿Inspiración o talento?
"La inspiración es la ocasión del genio", aseguró Honoré de Balzac sobre uno de los misterios de la creación artística y literaria.
Unas décadas más adelante Joseph Conrad "desdivinizó" la inspiración al afirmar que "proviene de la tierra y la tierra tiene un pasado, una historia, así como un futuro; la inspiración no proviene del cielo frío e inmutable".
Medio siglo después William Faulkner aclararía la cuestión diciendo que el escritor sólo necesita tres cosas: "Experiencia, observación e imaginación".
Hasta que a finales del siglo XX Gabriel García Márquez resumió estas y otras ideas: "La inspiración no la concibo como un estado de gracia ni como un soplo divino sino como una reconciliación con el tema a fuerza de tenacidad y dominio".
Sus palabras remontan un pasaje de sus vidas para contar la historia de la intrahistoria de su última creación. Una especie de cartografía del Helicón de la inspiración literaria en lengua española; de la evocación de un momento que desconocen los lectores pero que nunca olvidan sus autores.
Historias que estarán en las librerías en medio de las también atractivas narraciones en otros idiomas; de la poesía que este otoño traerá la vuelta de poetas como Antonio Gamoneda y mostrará el registro en ese género de narradores como Paul Auster y Michel Houllebecq; y de títulos de ensayo marcados por los temas económicos, sociales y metaliterarios. Entre medias, biografías, memorias y cartas de personajes esenciales.
Para abrir este viaje coral hacia los orígenes de estos libros, lo mejor es empezar con un poeta. Por uno de esos autores en perpetua búsqueda de inspiración para cada poema, para cada verso. Venga de donde venga: ...dioses, hombres... hombres, dioses... dioses, hombres...
ANTONIO GAMONEDA
Canción errónea (Tusquets)
“He dejado irse casi ocho años sin apenas escribir poesía, dispersándome en viajes y autobiografiándome. Mientras tanto, me he hecho octogenario y mi vejez ha empezado a aconsejarme alguna serenidad ante la muerte. Canción errónea quizá representa mi última pasión: la indiferencia. Permanecer algún tiempo, sin miedo ni esperanza, en este accidente, este error, esta extraña interrupción del no-hecho natural, que es, lógicamente, la inexistencia. No cierro por ello mi conciencia a los pequeños hechos existenciales/accidentales: el sufrimiento, el placer, el amor, la amistad, los crímenes sociales. Están ahí. Y no me preocupa la naturaleza de mi lenguaje: ¿realista, irracionalista? Me es también indiferente”.
JOSÉ MARÍA MERINOEl río del Edén (Alfaguara)“Siempre me ha interesado la contraposición entre lo que llamamos “los espacios naturales” y nuestra propia condición sentimental y moral. ¿Somos los seres humanos “espacios naturales”?. Hace cuatro años una idea brumosa me andaba rondando, pero aquel escenario hizo que cristalizara. Hice una excursión al Alto Tajo y a la laguna de Taravilla —donde el traidor Conde Don Julián, causante mítico de la invasión árabe, arrojó sus tesoros— y aquellas aguas glaucas, tan misteriosas, me sugirieron una historia de amor, traición y arrepentimiento”.
Novedades de narrativa en español
Federico en su balcón. Carlos Fuentes (Alfaguara)
Mala índole. Cuentos aceptados y aceptables. Javier Marías (Alfaguara)
Las leyes de la frontera. Javier Cercas (Mondadori)
Cabeza en llamas. Luis Mateo Díez (Galaxia Gutenberg)
Mi amor en vano. Soledad Puértolas (Anagrama)
El tanto de la guardia vieja. Arturo Pérez-Reverte (Alfaguara)
El río del Edén. José María Merino (Alfaguara)
Cruces de piedra. Domingo Villar (Siruela)
Absolución. Luis Landero (Tusquets)
Misión olvido. María Dueñas (Temas de hoy)
El lago en las pupilas. Luis Goytisolo (Siruela)
Papeles en el viento. Eduardo Sacheri (Alfaguara)
Lo que no está escrito. Rafael Reig (Tusquets)
Las voces bajas. Manuel Rivas (Alfaguara)
Los sordos. Rodrigo Rey rosa (Tusquets)
Hot sur. Laura Restrepo (Planeta)
Me hallará la muerte. Juan Manuel de Prada (Destino)
Medusa. Ricardo Menéndez Salmón (Seix Barral)
Muerte en primera clase. José María Guelbenzu (Destino)
Donde se alzan los tronos. Ángeles Caso (Planeta)
El lenguaje del juego. Daniel Sada (Anagrama)
Lo que cuenta es la ilusión. Ignacio Vidal-Folch (Destino)
Hablar solos. Andrés Neuman (Alfaguara)
Ayer no más. Andrés Trapiello (Destino)
LUIS LANDEROAbsolución (Tusquets)“Supongo que el primer vislumbre del relato surgió cualquier día de la primavera de 2010, paseando acaso por la calle de Bravo Murillo de Madrid. Me imaginé el desenlace feliz de una novela (un hombre que, tras muchos intentos fallidos, consigue al fin la dicha), y esa fue quizá la intuición inicial: una novela que empieza con un final feliz”.
MARÍA DUEÑASMisión olvido (Temas de hoy)“Recorríamos, en 2005, el valle de Sonoma, en California, sin más objetivo que probar el pinot noir y el syrah de sus bodegas. Hasta que, casi por pura casualidad, nos salió al encuentro la misión. Simple, blanca, austera. El último exponente del legendario Camino Real fundado por los franciscanos; el resquicio más remoto e imprevisto de la presencia española en California. Qué historia más hermosa, pensé. Qué lástima que nadie nos la haya contado nunca. Una copa de vino después, saltó la chispa. Si hasta ahora nadie ha escrito sobre ella… ¿por qué no lo hago yo?”.
LUIS GOYTISOLOEl lago en las pupilas (Siruela)“Para mí, una novela empieza a existir a partir de la relación entre tres o más elementos; algo parecido a esa línea imaginaria que trazamos de una estrella a otra al identificar una constelación determinada. En el caso de El lago en las pupilas: el desarrollo de un personaje mencionado ya en la parte final de Antagonía; una evocación de la libertad sexual proclamada a finales de los años sesenta; y la dificultad de llegar a conocer, no ya lo que realmente sucedió, sino lo que está aconteciendo a nuestro alrededor. Un tema éste que no he cesado de desarrollar en mis últimas obras”.
LUIS MATEO DÍEZCabeza en llamas (Galaxia Gutenberg)“Me vino tras releer el cuento de Dostoievski El sueño de un hombre ridículo en mi casa de Cercedilla hace tres veranos. Tuve la primera idea de un muchacho capaz de desbaratar el orden de la familia y, a la postre, de la vida. Un incendiario de la existencia. Y, en seguida, se unió la de un hombre melancólico que confunde las ensoñaciones con los recuerdos, y necesita transmitir el legado de sus confusas emociones y sentimientos. Entonces sobrevino la idea del encuentro de una extraña pareja que comparte el secreto de un gusto por la infelicidad, como si la desgracia fuese su mayor aliciente. Y, al fin, quedaba la idea de unas memorias escolares, espejo de un aprendizaje entre la subversión y la indefensión. Cuando las cuatro se juntaron, me di cuenta de que se trataba de un libro muy revelador de los setenta años que voy a cumplir”.
JAVIER CERCASLas leyes de la frontera (Mondadori)“El origen remoto del libro es cuando yo tengo 10 o 12 años y vivo en unos bloques de pisos de clase media recién levantados en el extrarradio de la ciudad, justo al lado del río. Una tarde, el utilero del equipo de balónmano del barrio nos lleva al otro lado del río y desde ahí veo otro mundo. Hay unos barracones donde se vivian miles de personas en una miseria espeluznante. Esa imagen se me queda clavada en la retina. Vi que a unos 150 metros de donde yo vivía había un mundo que no se parecía en nada al mío. Ese es el origen del libro: qué pasaba ahí, en algo tan cerca y tan lejos de mi casa al mismo tiempo”.
EDUARDO SACHERI
Narrativa en otros idiomas
Volver. Toni Morrison (Lumen)
El ángel esmeralda. Don DeLillo (Seix Barral)
Conocer a una mujer. Amos Oz (Siruela)
Antigua luz. John Banville (Alfaguara)
Un sabor a final. Julian Barnes (Anagrama)
Cuentos completos. John Cheever (RBA)
Réquiem por Linda B. Ismail Kadaré (Alianza)
Nostalgia. Mircea Castarescu (Impedimenta)
Mr. Gwyn. Alessandro Baricco (Anagrama)
Hermana mía, mi amor. Joyce Carol Oates (Alfaguara)
Los desorientados. Amin Malouff (Alianza)
Baila, baila, baila. Haruki Murakami (Tusquets)
El palacio de las moscas. Aisling Foster (Pre-Textos)
El atlas de las nubes. David Mitchell (Duomo)
Beach ha vuelto. John Updike (Tusquets)
La gran casa. Nicole Krauss (Salamandra)
Bella María de mi alma. Oscar Hijuelos (Suma de Letras)
Los reyes de lo cool. Don Winslow (Mondadori)
David Mitchell. El atlas de las nubes (Duomo)
Grifo. Charles Baxter (RBA)
Cristal. Sam Savage (Seix Barral)
El invierno del mundo Ken Follet (Plaza y Janés)
El señor Nakano y las mujeres. Hiromi Kawakami (Acantilado)
Los amores de Voltaire. Nancy Mitford (Duomo)
Ciudad abierta. Teju Cole (Acantilado)
Esperando al alba. William Boyd (Duomo)
Papeles en el viento (Alfaguara)
“Desde hace unos seis o siete años me rondaba una imagen: tres hombres, en sus cuarenta años, salen de un cementerio en una tarde de invierno, después de enterrar al mejor amigo que la vida pudo haberles dado. Esa imagen y el deseo de interrogarme sobre cómo hacemos para sobrellevar la muerte de quienes hemos amado, son el núcleo de esta historia. Fue cuando cuando publiqué El secreto de sus ojos. De hecho, durante el período del estreno de la película, el suceso que significó en Argentina, los premios, el Oscar, etc., ansiaba recluirme en Castelar, el suburbio de Buenos Aires donde me he criado y vivo aún, para escribir esta historia”.
SOLEDAD PUÉRTOLAS
Mi amor en vano (Anagrama)
“De estos estados de enfermedad, y de la compañía constante de los perros, sale Mi amor en vano. Escribí la primera versión inmediatamente después de Una vida inesperada (1997), cuyo tema central es también la enfermedad, la limitación. Quería llevarlo al extremo, que todos los personajes vivieran una fuerte limitación y que, a pesar de todo, o, precisamente por eso, vivieran intensamente. Volví a la novela en el verano de 2009, en As Sinas, rodeada de mis perros, gripes que van y vienen y muchas ganas de sacar adelante un proyecto que iba cobrando más y más pasión”.
MANUEL RIVAS
Las voces bajas (Alfaguara)
“Es una novela de la vida, nació con el primer miedo. En la arqueología de la memoria, es también el primer recuerdo que veo con nitidez. Vivíamos en un bajo del barrio coruñés de Monte Alto. Estábamos solos en casa mi hermana María y yo. Mi madre, que era lechera, había salido a hacer el reparto. Jugábamos en el suelo. Oímos música y cohetes. María se levantó y yo fui detrás. De repente, en la ventana aparecieron dos rostros gigantescos, horribles, golpeando con las narices en el cristal. Nos encerramos en el baño. Cuando llegó mi madre, nos explicó: “¡Tontos! Eran los dos cabezudos. Eran los Reyes Católicos”. La vida, si, tenía vocación de cuento”.
RAFAEL REIG
Lo que no está escrito (Tusquets)
“Cada vez que alguien me decía que estaba leyendo mi novela, volvía a leerla. ¿Qué habrá pensado de mí al leer esto? ¿Se habrá reído aquí y le habrá aburrido esta página? Leída desde los ojos de otra persona, era una novela distinta. Que cómo podía volver a leer lo mismo, me regañaba mi novia. ¿No me acuesto con la misma todas las noches?, respondí y entonces se me ocurrió escribir sobre eso. Cada acto de lectura es único, irrepetible: convierte un cuerpo, una novela, en algo distinto, porque siempre leemos “lo que no está escrito” y, al leer, como al escribir, descubrimos algo de nosotros mismos que quizá preferiríamos no saber”.<TH>
LUIS GARCÍA MONTERO
No me cuentes tu vida (Planeta)
“La novela se desencadenó con dos imágenes: unos rumanos se bañan en el río Henares y una criada latinoamericana se despide de su novio en un portal con un beso interminable. Esas imágenes me devolvieron a mi infancia de país pobre. Desde esa infancia escribo sobre un amor, la crisis y la España de mis hijos”.
ANDRÉS TRAPIELLO
Ayer no más (Destino)
“Hace años alguien me relató esta historia: Un niño de nueve años presencia el asesinato a sangre fría de su padre en los primeros días de la Guerra. Setenta años después y de forma fortuita reconoce en una calle de León a uno de los que participó en aquel desmán, un empresario conocido que se niega a confesar dónde enterraron el cuerpo de la víctima. Testigo de ese encuentro entre víctima y victimario es el hijo de este, un profesor y miembro de una agrupación de la memoria histórica que se debate entre su deber como historiador y la lealtad hacia su padre. Este hecho vino a sumarse a otros igualmente reales en una novela que acaso llevo escribiendo toda mi vida".
ANDRÉS NEUMAN
Hablar solos (Alfaguara)
“Desde que tuve una experiencia extrema en un hospital de Granada, hace varios años, que deseaba escribir una novela sobre el rol del cuidador, tan importante como postergado. Un poco a la manera de Tolstói, nuestra atención narrativa suele enfocarse en el enfermo, pero, ¿qué pasa con el que lo asiste? ¿Cómo se transforma su conciencia? ¿Quién cuenta su historia? De esa inquietud nació Hablar solos. Y así fui imaginando al personaje de Elena, que encarna el lado oscuro de estas figuras protectoras, cuya realidad no se agota en la simple entrega, abnegación, sacrificio, etc; sino que también esconde un entramado de miedos, frustraciones, fantasías perversas”. <TH>
LAURA RESTREPO
Hot Sur (Planeta)
“Hace unos años en Tijuana, unos muchachos de barrio me contaron que su deporte era pasar indocumentados por los huecos del muro fronterizo con Estados Unidos, echarse un partidito de fútbol y regresar a casa más tarde. Con tremendos riesgos, claro: jugándose el pellejo contra el Imperio y toda su tecnología, las armas de sus Border Patrols y el racismo asesino de sus Minute Men. Fue un fogonazo que me hizo ver a los latinos en EE UU ya no solo como drama humanitario sino, además, como aventura, como rebeldía, delicioso burleteo a la autoridad y desafío a esa imposición brutal que son los muros y las leyes que dividen a las personas”.
ARTURO PÉREZ-REVERTE
El tango de la guardia vieja (Alfaguara)
Pero estos destellos de inspiración son solo los albores de un libro. Después los escritores se enfrentan con la hoja o pantalla en blanco. Surge, entonces, la pregunta: ¿Cómo es el siguiente paso, una vez la inspiración, la idea, el tema y el argumento se han revelado ante su autor y son sus huéspedes? Una de las pistas las está dando, desde el pasado 20 de abril, Arturo Pérez-Reverte que comparte el proceso de creación y metamorfosis de su nueva obra en la web novelaenconstruccion.com. Este es un asomo:
“Abril 20 de 2012. Seguirán en los próximos meses, sin método ni periodicidad fija, algunas de mis notas breves sobre el trabajo en curso. Se trata de una novela no histórica, empezada el 7 de enero de 2011 (aunque su origen sea muy anterior), que poco a poco parece encaminarse a su recorrido final”.
“Abril 20: Básicamente es una historia de amor. Peligrosa y turbia, creo. Un hombre y una mujer se encuentran tres (breves) veces en su vida. Una aventura que empieza en 1928, sigue en 1937 y termina en 1966. O eso creo. Salvo que se me cruce algo que lo complique más. Cosa que, a estas alturas, me parece improbable. Supongo que se sostendrá esa estructura de trama hasta el final. Compleja, porque no es trama lineal. Hay saltos atrás y adelante en la accíón. Eso hace necesaria una carpintería cauta. Unos 250 folios escritos hasta ahora. Buen ritmo. No me quejo”.
* El miércoles 12 de septiembre, en la web de Cultura, las novedades en poesía, ensayo y memorias y biografías.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.