Iria Flavia rinde homenaje a Camilo José Cela en el primer aniversario de su muerte
Su Fundación le rendirá homenaje con la proyección de un vídeo y una muestra de sus manuscritos más señeros
Camilo José Cela, hombre de letras integral y renovador de la prosa del siglo XX, murió hace un año a los 85 años, el 17 de enero, un aniversario que será recordado con diversos actos en Iria Flavia, su localidad natal, y un tiempo, el transcurrido desde su fallecimiento, en el que el autor de La colmena ha sido protagonista de libros e incluso de alguna polémica.
La Fundación que lleva el nombre del escritor le rendirá homenaje en Iria Flavia con la proyección de un vídeo sobre la vida y obra de Cela, editado por la UNED, y se mostrarán por primera vez los manuscritos más señeros del autor de Madera de Boj, entre otras actividades.
Tal día como hoy hace un año se apagó en Madrid la vida de este gran escritor gallego que vivió al servicio de una gran pasión: la escritura, una carrera literaria que le llevó a ser "un malabarista de la palabra", como dijo el día de su muerte Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española. Poseedor del mayor galardón literario, el Nobel, también obtuvo el Premio Nacional de Literatura, el Príncipe de Asturias y el Cervantes.
Polémico por su afición a decir todo lo que pensaba, los últimos años de su vida estuvieron marcados por la polémica y por las apariciones en la prensa rosa, sobre todo a partir de 1988, cuando comenzó a vivir con la periodista Marina Castaño, 40 años menor que él y con la que se casó en 1991. Por ella, se enfrentó a las críticas y a su hijo, Camilo Cela Conde. Además se produjo una acusación por plagio que le trajo más de un sinsabor.
Pero Cela, educado en la férrea disciplina inglesa, de padre gallego y madre de ascendencia inglesa e italiana y con una seguridad sin fisuras que apuntaló y guió su carrera hasta su muerte, supo encarnar como nadie el lema de su familia, y que reza en el escudo de la Fundación que lleva su nombre: "El que resiste gana".
Una frase que le ayudó a capear el temporal y a dejar algunos de los títulos más importantes de la literatura hispana, como La familia de Pascual Duarte o La Colmena, y otros en los que plasmó su incesante experimentación con el lenguaje y los géneros como Pabellón de reposo, Viaje a la Alcarria, San Camilo 1936 o Madera de boj. Pero si en vida tuvo un gran peso en la sociedad, después de muerto ha sido el protagonista de varios libros como el que le dedicó su amigo Francisco Umbral, Cela: un cadáver exquisito o el del periodista Tomás García Yebra, Desmontando a Cela.
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