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“Gracias a la vacunación en el Reino Unido y EE UU, los demás países sabrán más sobre la seguridad de las vacunas”

Marie-Paule Kieny, exdirectiva de la OMS, analiza las incógnitas alrededor de las inyecciones contra la covid y pide transparencia

La investigadora Marie-Paule Kieny, en una conferencia sobre el coronavirus organizada en febrero en la sede de la OMS en Ginebra (Suiza).
La investigadora Marie-Paule Kieny, en una conferencia sobre el coronavirus organizada en febrero en la sede de la OMS en Ginebra (Suiza).DENIS BALIBOUSE (Reuters)
Manuel Ansede

La científica francesa Marie-Paule Kieny es una de las personas que más saben de vacunas en el mundo. Durante una década, hasta 2010, dirigió la Iniciativa para la Investigación de Vacunas de la Organización Mundial de la Salud, donde desarrolló inyecciones contra la meningitis y otras enfermedades asociadas a la pobreza. Kieny fue una de las primeras cobayas humanas en las que se probó la vacuna experimental contra el virus del ébola, cuando la vacunóloga ya era subdirectora general de la OMS, un puesto que ocupó hasta 2017. La investigadora, nacida en Estrasburgo hace 65 años, tiene ahora más información sobre las vacunas contra la covid que la mayor parte de la humanidad: preside el comité creado por el Gobierno francés para evaluar las diferentes inyecciones experimentales contra el coronavirus, con acceso a datos confidenciales. “Tenemos que ser muy transparentes y explicar qué sabemos y qué no sabemos de las vacunas”, advierte.

Pregunta. ¿Está satisfecha con los datos de las vacunas más avanzadas (Pfizer, Moderna, Oxford)?

Respuesta. Han dado una sorpresa positiva. Una eficacia de entre el 90% y el 95% es más de lo que nadie esperaba. Los datos son bastante prometedores. Lo normal sería que el nivel de anticuerpos disminuya tras ese pico de inmunidad. Todavía no conocemos la protección a largo plazo, tenemos que esperar a tener más datos.

P. ¿Los ciudadanos pueden estar tranquilos respecto a que las vacunas autorizadas serán seguras?

R. Esperamos que las autoridades reguladoras hagan su trabajo como lo hacen siempre, considerando los beneficios y los riesgos de las vacunas y estudiando los efectos secundarios detectados en los ensayos clínicos. Con estos datos decidirán autorizar o no las vacunas.

P. En 2017 hubo un problema con una nueva vacuna contra el dengue, que agravaba la enfermedad en un porcentaje minoritario de los vacunados [un fenómeno conocido como potenciación de la infección mediada por anticuerpos]. ¿Esto puede ocurrir con alguna de las vacunas contra la covid?

R. Es difícil decir que algo es imposible, pero en el caso del dengue la posibilidad de que ocurriese esa potenciación era de sobra conocida. No es algo que suceda solo con la vacuna, ya se sabía que ocurre con las infecciones naturales. Si te infectas con una variante del virus del dengue y luego te infectas con una segunda variante, aparece este fenómeno. Con la covid no estamos en la misma situación, porque hasta ahora no se conoce ningún caso de potenciación tras una infección natural. Sabemos que es posible tener covid dos veces, pero no parece que la segunda enfermedad sea más grave que la primera. Conocemos algunos casos en los que la segunda infección es asintomática o tiene síntomas leves. Y hay otros casos en los que la segunda infección sí es más grave. No es algo sistemático. No parece que esta potenciación sea frecuente, pero está claro que este es uno de los elementos que serán monitorizados con gran atención en los primeros momentos de las campañas de vacunación.

“Esta será probablemente la primera vacuna que se autorizará sin tener tanto conocimiento sobre su seguridad a largo plazo”

P. ¿Este es el procedimiento habitual?

R. Normalmente, cuando terminan los ensayos de eficacia de una vacuna experimental en humanos, la empresa analiza sus resultados, presenta un expediente a menudo voluminoso a las autoridades reguladoras y estos organismos necesitan tiempo para tomar una decisión. Así que pasan muchos meses entre la vacunación de los participantes en el ensayo clínico y la autorización de la vacuna. Ahora, a causa de la emergencia, esta será probablemente la primera vacuna que se autorizará sin tener tanto conocimiento sobre su seguridad a largo plazo. Depende de cada país, claro. En los países que han decidido vacunar de manera inmediata, como el Reino Unido y EE UU, tendrán datos de seguridad de tres meses. Creo que sería mejor tener un poco más de tiempo, por eso es tan necesario un seguimiento estrecho de la seguridad durante el inicio de la vacunación. Dentro de tres meses tendremos datos de seis meses, que es lo que prefiere todo el mundo. Es una cuestión de evaluar los potenciales beneficios para la salud y los riesgos. Y cada país puede optar por una estrategia diferente. Reino Unido y EE UU han decidido empezar a vacunar en diciembre. Francia comenzará en enero. Suiza ha optado por esperar un poco más y empezar quizá en marzo.

P. Usted prefiere esperar.

R. No es que prefiera esperar. Para grupos de población que realmente están en riesgo, a comienzos de 2021 tendremos datos suficientes para decir con bastante confianza que es seguro empezar la campaña de vacunación. Respecto a si creo que es buena idea empezar ya en diciembre, no diría ni que sí ni que no, es una decisión que tiene que tomar cada país.

P. Los ciudadanos del Reino Unido van a ser una especie de cobayas para el resto del mundo.

R. Decir eso es demasiado, pero es cierto que, gracias a que el Reino Unido y EE UU van a empezar antes, el resto de países tendrán la ventaja de saber más sobre la seguridad de las vacunas gracias a la monitorización de estas primeras campañas de vacunación.

P. ¿Qué características podríamos esperar de una estupenda vacuna que todavía no tengamos?

R. Ahora sabemos que las primeras vacunas contra la covid muestran unos resultados de protección excelentes en el pico de respuesta inmunitaria. Las vacunas de ARN [producidas por las empresas estadounidenses Pfizer y Moderna] y la vacuna rusa Sputnik han anunciado una eficacia mayor del 90%. Aún no sabemos si esta protección será de larga duración. Tendremos que esperar a que pase un año después de la vacunación para saber si la protección dura un año. Ahora es imposible saberlo. También parece que no hay muchas diferencias en la protección de las personas mayores y la de los más jóvenes, lo que también son muy buenas noticias. Lo que todavía no sabemos de ninguna de las vacunas es si impiden la transmisión del virus, porque los propios productores todavía no tienen los datos [se sabe que evitan el desarrollo de la enfermedad, pero se desconoce si también impiden infecciones asintomáticas con las que un vacunado podría seguir diseminando el virus]. Sería mucho mejor si también impiden la transmisión, pero habrá que verlo.

"No sabemos si estas vacunas evitan la transmisión del virus en seres humanos, pero los datos en macacos son bastante alentadores"

P. ¿Algo más?

R. Además, estas vacunas requieren dos dosis. Sería mejor una única inyección. Es posible que algunas de las vacunas experimentales en desarrollo solo necesiten una dosis, como la de Johnson & Johnson, pero esto está por demostrar. También es bien sabido que las condiciones de almacenamiento de la vacuna de Pfizer no son óptimas, porque necesita temperaturas de 70 grados bajo cero, pero en principio no hay ninguna razón para pensar que próximamente Pfizer no será capaz de estabilizar su vacuna por lo menos a 20 grados bajo cero o incluso a cuatro grados, la temperatura normal de un frigorífico. Sabemos que otro productor de vacunas de ARN, CureVac, ha sido capaz de estabilizar su fórmula a cuatro grados. Pfizer decidió no perder tiempo con la temperatura, pese a que todo el mundo coincide en que 70 grados bajo cero está realmente lejos de lo ideal. Pfizer está trabajando en ello y espero que en unos pocos meses este problema esté resuelto. Moderna también trabaja para estabilizar su vacuna a cuatro grados.

P. ¿Qué pasaría si ponemos a los trabajadores sanitarios una vacuna que evita la enfermedad pero no impide la transmisión del virus?

R. No sabemos si estas vacunas evitan la transmisión del virus en seres humanos, pero los datos en macacos son bastante alentadores. Cuando se vacuna a los macacos con vacunas de ARN, no se bloquea por completo la presencia del virus en la tráquea o en la nariz, pero hay una gran diferencia entre los animales vacunados y los no vacunados. Los no vacunados tienen virus activos en las vías respiratorias superiores durante bastantes días, mientras que en los animales vacunados el virus desaparece muy rápido. Son datos en animales pero, si se corresponden con una protección en humanos, estas vacunas podrían impedir la transmisión, no completamente pero sí en gran medida. Esta es una de las grandes preguntas que quedan por responder. No obstante, incluso si estas vacunas no impiden la transmisión, hay bastantes candidatos en camino que podrían ser más eficaces, evitar la transmisión y requerir una sola dosis. Hay muchas vacunas en desarrollo y alguna de ellas puede ser mejor de lo que tenemos hoy en día. Pero creo que merece la pena utilizar lo que tenemos ahora.

“Hay muchas vacunas en desarrollo y alguna de ellas puede ser mejor de lo que tenemos hoy en día”

P. No existe una comparativa entre las vacunas más avanzadas, algo que sería esencial para diseñar las campañas de vacunación. La OMS intentó hacer un ensayo colectivo, bautizado Solidaridad, pero las empresas no quisieron.

R. El concepto del ensayo Solidaridad es muy bueno, pero llegó un poco tarde para las vacunas, que ya estaban bastante avanzadas. Ya habían generado sus propios resultados y no quisieron correr el riesgo de retrasar sus ensayos participando en un gran ensayo comparativo. Además, a los productores no les gustan los ensayos comparativos.

P. Usted dirigió hace un par de semanas una misión científica a Moscú para analizar la vacuna rusa Sputnik V. ¿Qué opina de ella?

R. Los datos que hemos visto parecen indicar que la vacuna es eficaz. Hemos animado a los científicos rusos a que publiquen lo antes posible sus resultados completos en revistas científicas, para aumentar la transparencia y la confianza de la comunidad internacional. Pero los resultados que hemos visto en la delegación francesa nos tranquilizaron: esta vacuna es real y tiene una alta eficacia.

P. ¿Y qué opina de las vacunas chinas?

R. Todavía no hay datos sobre su eficacia, pero los resultados de sus vacunas inactivadas deberían estar listos antes de que acabe este año. Así podremos comparar esta plataforma con las de ARN [como las de Pfizer y Moderna] y las elaboradas con adenovirus [como las de Oxford y la Sputnik V]. Sería excelente si las vacunas chinas también muestran una alta eficacia.

“Tenemos que ser muy transparentes y explicar qué sabemos y qué no sabemos de las vacunas”

P. ¿Qué le diría a una persona que esté dudando si vacunarse o no?

R. Le diría que mire los datos cuando se publiquen en revistas científicas. También le diría que confíe en que las autoridades reguladoras harán lo que sea mejor para proteger la salud de los ciudadanos de cada país. Hay que tener en cuenta cuáles son nuestras opciones. Yo no creo que la vacuna vaya a detener milagrosamente la pandemia y que podamos volver muy pronto al estilo de vida anterior. Pero la vacuna, por lo menos, aliviará la situación y posiblemente impedirá los confinamientos que están causando estragos en la sociedad y arrastrando a mucha gente a la pobreza. Si no apostamos por las vacunas, ¿qué otras opciones tenemos? ¿Ir de un confinamiento a otro? ¿Durante cuántos años? No parece que la estrategia de Suecia —dejar que la pandemia avanzase— haya sido muy exitosa. No ha evitado que sufran una segunda ola. La vacuna es la gran esperanza para controlar esta pandemia. Desafortunadamente, hay ciudadanos en muchos países, y especialmente en Francia, que no se fían de los gobiernos. Y hay una tendencia paralela a no confiar en el sistema ni en los científicos ni en las vacunas. Creo que tenemos que ser muy transparentes y explicar qué sabemos y qué no sabemos de las vacunas, con la esperanza de poder convencer a todas las personas que sea posible. Cuando el primer contingente de personas sean vacunadas y todo el mundo vea que la vacuna no las mata, espero que aumente la confianza.

P. ¿Cómo cree que será el año 2021 en Francia o en España?

R. Ahora tenemos un relajamiento de las medidas de confinamiento, lo cual está bien, porque la gente está cansada y llegan las Navidades y el Año Nuevo. No es imposible que haya una tercera ola de la pandemia en enero y febrero. Si esto ocurre, puede que tengamos que confinarnos de nuevo. Países como Francia y España tendrán suficientes vacunas como para inmunizar a la mayoría de su población, pero llevará tiempo. No creo que veamos un impacto significativo de la vacunación antes del final de la primavera, pero espero que a partir del verano tengamos suficiente población vacunada como para controlar mucho mejor la pandemia.

P. Usted trabajó casi 20 años en la OMS. ¿Tiene alguna crítica sobre el papel de la organización en la pandemia?

R. Todo el mundo es más listo a toro pasado. Cuando ya sabes lo que ha ocurrido, dices: “Si yo hubiera sido el responsable, no habría tomado tal o cual decisión”. Así es muy fácil. Puede que, al principio, la organización no entendiera lo que estaba ocurriendo realmente. La cuestión es que la OMS no puede ir a inspeccionar de manera independiente un Estado miembro. Solo puede ir a petición de ese país. Y esto es así porque los Estados miembros han decidido que sea así. Espero que cuando todo esto se analice haya cambios y la OMS pueda hacer inspecciones sin autorización de los Estados miembros. Pero si países como España, Francia o EE UU no permiten estas inspecciones en sus territorios, países como China o Irán tampoco las permitirán. Creo que la OMS, al principio del todo, no supo reconocer qué estaba ocurriendo, pero en general han ofrecido recomendaciones de manera sistemática y desde enero advirtieron de lo que se avecinaba. Muchos gobiernos no quisieron escuchar y ahora necesitan buscar un culpable. Es muy fácil echar las culpas a la OMS, porque nunca se defiende.

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Sobre la firma

Manuel Ansede
Manuel Ansede es periodista científico y antes fue médico de animales. Es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Licenciado en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, hizo el Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medioambiente y Salud en la Universidad Carlos III

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