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Los vikingos no eran tan vikingos

El mayor estudio de ADN antiguo realizado hasta la fecha muestra que no eran todos rubios y que se mezclaron con otros pueblos europeos

Miguel Ángel Criado
Enterramiento con unos 50 vikingos decapitados por los ingleses en el condado de Dorset.
Enterramiento con unos 50 vikingos decapitados por los ingleses en el condado de Dorset.Dorset County Council/Oxford Archaeology

Hace un milenio que la era vikinga se acabó, pero sigue presente en el imaginario colectivo europeo. Ahora el mayor estudio genético realizado hasta la fecha de este pueblo muestra que eran en realidad muchos pueblos. El análisis del ADN antiguo desvela además que se mezclaron con gentes de otras partes de Europa y Asia durante sus incursiones, quién sabe si de forma violenta. Su rastro aún se encuentra en los genes de los británicos, pero sorprende que la señal genética de estos en los actuales escandinavos sea aún mayor. Y no eran tan rubios como salen en las películas.

Un equipo de casi 100 científicos ha estado los últimos seis años analizando los restos de decenas de enterramientos vikingos repartidos por toda Europa, desde Islandia hasta el sur de Italia y de Irlanda a Rusia. En total pudieron secuenciar el genoma completo de 442 de ellos, algunos con una antigüedad de más de 4.000 años, aunque la mayoría vivieron en lo que se conoce como la era vikinga, entre el 750 y el 1050 de esta era.

Los resultados, recién publicados en la revista científica Nature, confirman muchas de las ideas apuntadas por historiadores y arqueólogos, pero también despejan dudas sobre quiénes eran los vikingos. Así, el análisis de unos cuarenta nórdicos muertos de forma violenta enterrados en sus barcos en un yacimiento de la actual Estonia confirma que las incursiones vikingas fueron primero hacia el este, surcando el Báltico. Solo muchas décadas después, como se cuenta en los primeros capítulos de la serie televisiva Vikingos, aventureros como Ragnar Lodbrok (protagonista principal basado en un personaje histórico) miraron al oeste, hacia las islas británicas, Islandia y más allá, hasta Groenlandia y América. En uno de aquellos barcos enterrados había cuatro hermanos y un primo, lo que indica que las incursiones vikingas eran cosa de familia.

En uno de los enterramientos de la costa báltica había cuatro hermanos y un primo mostrando que las incursiones eran familiares

“Uno de los resultados más interesantes es que no había un único pueblo vikingo, sí culturalmente, pero no genéticamente”, dice Fernando Racimo, uno de los principales autores del estudio e investigador de la Universidad de Copenhague (Dinamarca). En un enterramiento en las Orcadas, un archipiélago al norte de Escocia, identificaron restos de personas no vikingas, quizá pictos locales, enterrados a la manera vikinga y junto a varios escandinavos. También hallaron muestras de personas que solo eran en parte vikingas.

Aún más llamativos son cinco restos hallados en tres enterramientos, dos en islas suecas y un tercero en una danesa. Los allí enterrados tenían más genes del sur de Europa que de los fiordos. “Hay varias posibles explicaciones”, apunta Racimo. Los restos sureños son de una época relativamente tardía, “cuando varias localidades costeras o isleñas formaban parte de extensas redes comerciales, lo que podría explicar la presencia extranjera”, detalla. Pero el investigador argentino también recuerda que en muchas de sus incursiones los vikingos capturaban esclavos, en su mayoría mujeres. “Podría tratarse de descendencia de origen violento”, completa.

“Este estudio cambia la percepción de quiénes eran los vikingos. Nadie habría previsto que este relevante flujo de genes hacia Escandinavia desde el sur de Europa y Asia se produjera antes y durante la era vikinga”, dice en una nota el profesor de las universidades de Cambridge y Copenhague Eske Willerslev, autor senior del trabajo.

Ese flujo genético desde el sur y el este explicaría la elevada presencia de alelos, variaciones de un mismo gen, que intervienen en la pigmentación oscura de la piel y coloración del pelo. Había más vikingos de piel morena y cabellos castaños de lo que se podría pensar.

Esta reconstrucción recrea el aspecto de uno de los vikingos con ADN del sur de Europa.
Esta reconstrucción recrea el aspecto de uno de los vikingos con ADN del sur de Europa.Jim Lyngvild

“Tendemos a pensar en los vikingos como un grupo homogéneo y no es así", dice el genetista del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona Carles Lalueza-Fox, una autoridad mundial en ADN antiguo. “Recuperar información genética en el norte de Europa tan antigua es ya un trabajo de mucho mérito”, añade. La mezcla entre nórdicos y otros pueblos europeos ya la demostró un equipo de científicos entre los que estaba Lalueza-Fox, desvelando que el origen de la población islandesa actual viene de sucesivas emigraciones de vikingos acompañados de sus esclavos celtas de las islas británicas, la mayoría mujeres. “Todos estos movimientos no quedan registrados en la historia pero sí en los genes”, termina.

La genética también permite averiguar qué vikingos protagonizaron unas incursiones y no otras. Así, el rastro repartido por las decenas de enterramientos estudiados indica que los vikingos que vivían en la actual Suecia protagonizaron los ataques y saqueos que sufrían cada verano las ciudades y pueblos de la costa báltica. Mientras, los noruegos lideraron las incursiones en Irlanda, Islandia y Groenlandia. Y los de la actual Dinamarca fueron los que iniciaros los saqueos primero y los asentamientos después de Inglaterra y punto de la costa atlántica europea. Esto mostraría la importancia de la geografía a la hora de entender las invasiones vikingas y, por lo tanto, su dispersión genética.

“La variación genética de las poblaciones viene determinada por el tamaño de esa población y cómo se reproduce. Y este cómo viene muy determinado por la geografía”, recuerda Oscar Lao, responsable del Grupo de Genómica de las Poblaciones del Centre de Regulació Genòmica, en Barcelona. “El concepto de vikingo es cultural, histórico, pero eso no quiere decir que estuvieran emparentados. Ese parentesco es muy geográfico”, resalta. De hecho, la cercanía genética entre vikingos de las costas de las actuales Noruega y Dinamarca es mayor que con sus coetáneos del interior.

El trabajo también compara el ADN de aquellos vikingos con el de muestras representativas de las poblaciones actuales escandinavas y otros pueblos europeos. Los vikingos dejaron su mayor huella en las islas británicas, con una estimación del 6% de ADN de origen vikingo en los ingleses. Su rastro también es destacado entre los polacos, con un 5%.

Sin embargo, el porcentaje en sentido contrario es llamativamente mayor. “Sí, los resultados apuntan a que los noruegos actuales tendrían entre un 12 y un 25% de ancestralidad procedente del Atlántico Norte, probablemente de las islas británicas, y Suecia un poco menos, el 10%. Esto sugiere que en algún momento tuvo que haber un fenómeno de asimilación, de mestizaje poblacional entre pueblos vikingos y procedentes de las islas”, dice el investigador en genética de poblaciones de la Universidad de Santiago de Compostela Antonio Salas, que no ha intervenido en el estudio. “Lamentablemente, los genes no informan de cómo pudo haber ocurrido ese fenómeno de mestizaje, si por una vía más pacífica o una invasión más violenta”.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Criado
Es cofundador de Materia y escribe de tecnología, inteligencia artificial, cambio climático, antropología… desde 2014. Antes pasó por Público, Cuarto Poder y El Mundo. Es licenciado en CC. Políticas y Sociología.

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