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generación 28-f

Genética e informática se dan la mano

La científica Marta Cuadros, investigadora del cáncer y docente, ha optado por desarrollar su carrera en Granada

Javier Arroyo
La científica e investigadora Marta Cuadros, en Granada.
La científica e investigadora Marta Cuadros, en Granada.Fermin Rodriguez

Marta Cuadros nació en Granada hace 43 años. La hija de esta investigadora del cáncer y docente, sin embargo, podría haber nacido en Estados Unidos, en Memphis o en Houston. Porque de allí le llegaron ofertas de trabajo a su madre en 2006, cuando concluyó un periodo de cinco años en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Cuadros optó por quedarse en Granada y ahora, casi 15 años después, ha encontrado en el Parque Tecnológico de las Ciencias de la Salud su ecosistema de trabajo perfecto. A primera hora, da clase en la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada (UGR). Cuando la jornada docente termina, empieza la investigadora.

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Para eso, a unos pocos metros de allí, tiene un laboratorio de excelencia, el de Genyo, un centro mixto público-privado de la UGR, la Junta de Andalucía y la empresa farmacéutica Pfizer, que investiga sobre la base genética de enfermedades como el cáncer. Allí concluyen las largas jornadas diarias de Marta Cuadros. No importa que tenga que ir algunos sábados también. “Este trabajo es chulísimo y yo estoy aquí muy, muy feliz”, dice esta científica granadina.

En el laboratorio donde le esperan cinco jóvenes investigadores. “Yo aprendí mucho con lo que me enseñaron otras personas en el CNIO y creo que es fundamental enseñar a los más jóvenes a investigar” dice.

Estudió Farmacia en la UGR y pasó mucho tiempo de la carrera en el laboratorio. "Iba de departamento en departamento para hacer horas de laboratorio”, ha explicado. Y sigue en esa misma senda. Al terminar la carrera vio un anuncio para una beca predoctoral en el CNIO, dirigido entonces por Mariano Barbacid. Eso fue en mayo de 2001 y en junio ya estaba en Madrid, en el laboratorio del CNIO. Allí estuvo hasta 2006. Aprendió mucho de Javier Benítez, responsable del grupo de Genética Humana al que se incorporó. “Casi cada día cuento algo en clase que aprendí en esas investigaciones o que se derivan de allí”, explica. Aprendió tanto y resultó tan buena que le surgieron posibilidades de trabajo en Estados Unidos, “pero opté por acogerme a una beca Juan de la Cierva”, ha precisado, un programa pensado para evitar la fuga de talentos al extranjero.

Y en 2008 se encontró de nuevo investigando en Granada donde halló, con el tiempo, la estabilidad necesaria. “Nunca he estado en el paro, esa es la verdad, y siempre he tenido un contrato, pero hace dos años conseguí la titularidad en la UGR. Eso me dio mucha tranquilidad”. Así es como afronta ahora muchos proyectos, unos docentes, otros de investigación y otros sobre divulgación científica: "Es importante que las niñas tengan un referente femenino para entrar en el mundo de la ciencia”. Por eso, se involucra en charlas en colegios y en actividades que acerquen el ámbito científico a las niñas.

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Marta Cuadros fue de las primeras investigadoras en España en trabajar en los terrenos en los que se mezclan genética e informática. Su tesis doctoral, pionera y por la que obtuvo premio extraordinario en la Universidad Complutense de Madrid, transitaba ese mundo y por eso, al llegar a Granada, aterrizaje no fue en un departamento médico, sino en uno informático. En Madrid había trabajado en oncochips, un mundo donde los genes y los chips se unen para intentar conocer mejor las bases genéticas que condicionan la respuesta al tratamiento de los tumores. En Granada, se incorporó al departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la UGR donde se dedicó a la bioinformática. En los últimos años, su trabajo lo realiza en el ámbito de la bioquímica, la biología molecular y la inmunología. Ahora, cada vez que puede se acerca a los pacientes porque le gusta la parte aplicada a los enfermos de su trabajo. Cuadros destila satisfacción por su trabajo y por esta etapa profesional: “Echamos muchas horas pero trabajar en esto es un privilegio”.

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