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El sindicato minoritario que quiere paralizar Cataluña

Con 321 de los casi 50.000 delegados que hay en Cataluña, Intersindical-CSC lidera las huelgas independentistas

Josep Catà
El mercado de la Boqueria, durante la huelga del 3 de octubre de 2017.
El mercado de la Boqueria, durante la huelga del 3 de octubre de 2017.Claudio Álvarez

Cataluña afronta este jueves una nueva convocatoria de huelga general de marcado carácter político. Aunque las exigencias expuestas en el registro de la convocatoria son laborales, a nadie se le escapa la motivación política de la protesta: los impulsores la han hecho coincidir con el juicio del procés y los llamamientos a sumarse a la huelga incluyen la defensa del derecho a la autodeterminación. Universitarios, entidades independentistas y sindicatos minoritarios apoyan el paro, igual que el Govern, que lo alienta al cancelar los actos públicos de sus consejeros. Pero el revuelo mediático y el apoyo institucional a la huelga contrastan con la reducida dimensión que tiene el sindicato que la convoca. Intersindical-CSC, la central que quiere paralizar el territorio, tiene 321 de los casi 50.000 representantes sindicales que hay en Cataluña. CC OO y UGT, que no se suman a la protesta, tienen 20.475 y 19.167 delegados respectivamente.

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Los 321 delegados, un dato proporcionado por el departamento de Trabajo de la Generalitat correspondiente a noviembre de 2018, representan menos del 1% del total de representantes sindicales en Cataluña. Pese a su reducida dimensión, este sindicato tan minoritario ha conseguido liderar las últimas protestas al convocar varias huelgas generales para aglutinar las movilizaciones independentistas desde octubre de 2017. No en vano su eslogan para captar afiliados es “El sindicato que siempre está”, con una enumeración de todas las protestas laborales que ha protagonizado el soberanismo en los últimos años, y en las que la Intersindical ha estado siempre implicada.

Empezando por el llamado “paro de país” del 3 de octubre de 2017, una huelga de carácter político para protestar contra las cargas policiales del 1 de octubre que cosechó un gran éxito. Ese parón, que sí que contó con el respaldo de las patronales, los grandes sindicatos y el comercio, tuvo además el apoyo explícito de la Generalitat, que no descontó el sueldo de sus trabajadores ese día para movilizar a la población.

Pero la posición de CC OO y UGT, que no secundaron la huelga general y optaron por acogerse a la fórmula del “paro de país” (pactos entre empresas y trabajadores), hizo que centrales pequeñas como la Intersindical adquirieran protagonismo.

También volvió a salir a la escena pública su secretario general, Carles Sastre, un conocido exmiembro de los grupos terroristas EPOCA y Terra Lliure durante los años setenta y ochenta. Sastre fue condenado a penas que sumaban 48 años de cárcel por pertenencia a banda armada y asesinato, al estar implicado en el asesinato del industrial Josep Maria Bultó. Quedó en libertad en 1996 tras cumplir 11 años.

La Intersindical-CSC también fue la impulsora de la huelga del 8 de noviembre de 2017. Esa protesta, aunque tuvo mucho menor impacto, conllevó importantes afectaciones en las carreteras. La patronal Foment del Treball trató de prohibir la huelga al alegar que era una protesta política y no laboral, pero el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña rechazó el recurso de los empresarios.

Para la huelga de este jueves, Foment del Treball no ha presentado recurso. Tampoco se volverá a repetir el fenómeno del 3 de octubre, ya que la Generalitat ha asegurado que descontará el salario de los trabajadores que se adhieran a la huelga.

Aún así, con los miembros del Govern volcados en la protesta, con el Parlament paralizado —la mayoría independentista en la Mesa aplazó el pleno previsto para esta semana para no coincidir con el paro— y con la amplia cobertura de los medios de comunicación públicos, se prevé una gran movilización, pese a que no tenga un efecto muy importante en los centros de trabajo.

Los estudiantes, que han convocado una manifestación en la plaza de la Universitat a las 12.30 horas, protagonizarán las protestas. Otra manifestación a las 18.00 en Jardinets de Gràcia culminará la jornada.

Según los servicios mínimos decretados por la Generalitat, Rodalies y trenes regionales de Renfe funcionarán al 33% durante todo el día, mientras que los trenes de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya lo harán al 50% en las horas punta (de 6.30 a 9.30 horas y de 17.00 a 20.000 horas) y al 25% el resto del día. Metro, tranvía y autobuses de TMB operarán en el mismo régimen.

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Sobre la firma

Josep Catà
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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