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COMER Y BEBER

Ojito con la vecina

En La cocina de mi vecina, en Malasaña, se puede disfrutar con batidos, 'cookies', magdalenas o 16 variedades de tartas

Elaboración de 'cupcakes' en el obrador de La cocina de mi vecina.
Elaboración de 'cupcakes' en el obrador de La cocina de mi vecina.
Pablo León

Malasaña todavía esconde algunos secretos. Y varios de ellos tienen forma de dulce, como las tartas, las magdalenas —cupcakes,como gusta decir a los modernos— o las galletas de La cocina de mi vecina (Corredera Alta de San Pablo, 15;www.lacocinademivecina.com).

Aunque el local es un clásico del barrio, hace seis años Amanda Fuentes tomó las riendas de su obrador. “Para mí La cocina nació en 2013; antes no solo se dedicaba a lo dulce”, cuenta la dueña de la pastelería-cafetería, “yo quería hacer tartas y le di una vuelta al negocio”. Fuentes, de origen brasileño, llegó a España en 2010. Al no encontrar trabajo, decidió alimentar su afición por la pastelería: “Realicé varias formaciones de respostería creativa y decidí emprender”.

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Dicho y hecho. Fuentes comenzó a elaborar su imbatible receta deMuerte por chocolate(tarta con tres tipos de cacao y apta para intolerantes a la lactosa); la sugerenteRed Velvet, con base de vainilla; o la exótica e irresistiblePiña & Coco(incluso los que tengan algún tipo de prejuicio con alguno o ambos controvertidos ingredientes, deberían probarla). Así hasta 16 variedades de tartas. Empezó ella sola -“el comienzo fue muy difícil”, recuerda-, pero ahora trabaja con otras ocho personas.

“Hacemos muchos encargos para celebraciones, para eventos o para marcas”, cuenta la mano derecha de Fuentes, Cintia Perrone, desde el obrador que acaban de inaugurar (El obrador de mi vecina; San Vicente Ferrer, 66). Ahí elaboran a diario (de lunes a domingo) sus mimadas propuestas. En este último local sólo se recogen encargos; el primigenio funciona como cafetería (de domingo a jueves, de 10.00 a 22.00; hasta las 00.00 el resto de días), donde se puede desayunar, merendar, tomarse un zumo, un batido, o darse un dulce homenaje. “Los fines de semana, se pasa mucha gente a lo largo de todo el día”, añade Perrone, “incluso por la noche; hay clientes que de vez en cuando vienen a cenar tartas”.

En tres ideas

  • Lo mejor... Los sabores, las texturas y todas las elaboraciones que preparan.
  • Lo peor... A algunas horas del día puede estar demasiado lleno, pero como tienen la opción de prepararte las porciones para llevar, no es tanto problema.
  • Ideal para ir con... Golosos de toda condición. También recomendable para los que de vez en cuando necesitan un chute de azúcar.
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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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