El retraso del CVF complica pero no impedirá los presupuestos forales

“Una semana de retraso en el Consejo Vasco de Finanzas puede dar más trabajo a las diputaciones para cumplir con sus plazos de elaboración de presupuestos, pero no es ningún obstáculo definitivo. Una reunión sin acuerdo si sería un problema. También lo sería un Consejo Vasco de Finanzas en el que se ajuste el cierre de los ingresos tributarios de 2012 a la baja, porque podría alterar las obligaciones de déficit del Gobierno”.

Un exdiputado foral de Hacienda interpreta de esa manera la polémica que se está suscitando en torno al anuncio del Consejero de Hacienda, Carlos Aguirre, de retrasar la reunión de ese foro, una semana, del quince al 22 o 23 de octubre.

Ayer varios partidos y algunas instituciones más se sumaron a la ola de críticas que ha levantado el aplazamiento de la reunión anunciado por el consejero para que el previsible complicado debate interno no interfiera con el debate electoral.

Pero el retraso es el menor de los problemas, coinciden varios expertos consultados. El seis de noviembre de 1998 el entonces vicelehendakari, Juan José Ibarretxe, anunció tras el Consejo Vasco de Finanzas celebrado con 21 días de retraso que “estamos en un buen año y los presupuestos de la Comunidad Autónoma serán cumplidos”. Eran otros tiempos y también anunció una reforma del IRPF. Junto a él estaban los diputados generales de Álava, Felix Ormazabal, Josu Bergara por Bizkaia y Román Sudupe por Gipuzkoa.

Pero después ha habido muchos más retrasos en el CVF de octubre —2000, 2004, 2005 y 2006— y las diputaciones han preparado el plazo sus presupuestos, y también lo han hecho los ayuntamientos con la información financiera general en la mano.

El problema sería que la reunión, sea cuando sea, acabe sin acuerdo o que la revisión de los ingresos hasta diciembre de 2012 sea a la baja y, a menores ingresos, el Gobierno tenga que retocar un déficit que no puede superar el 1,5%.

El Gobierno dice que tiene margen para cumplir el déficit

El CVF debe hacer dos cosas en su próxima cita, aprobar una preliquidación de ingresos del ejercicio en curso y aprobar la estimación de los ingresos para 2013. Esto tiene efectos importantísimos para el Gobierno Vasco que recibe a lo largo del año las aportaciones de las Diputaciones en función de las previsiones de recaudación, pero que se ajustan con la preliquidación de octubre, lo que supone más o menos ingresos, en función de la marcha de la recaudación.

En un escenario de caída de ingresos como la ya anunciada por las tres diputaciones, es posible que la preliquidación sea menor de la prevista, lo que supondría una aportación menor, y a menos ingresos más ajustes para cuadrar el déficit en el 1,5%. El Ejecutivo sostiene que dispone de margen para cumplir con las exigencias del Plan de Reequilibrio pactado con la administración central para los años 2012 y 2013. El déficit para el próximo año es del 0,75%.

“El problema sería que la reunión acabe sin acuerdo” dice un exdiputado

El otro ajuste del CVF es el correspondiente a la previsión de ingresos de 2013, es decir, el techo de gasto para que tanto las diputaciones como el Gobierno, y por tanto también los ayuntamientos puedan configurar sus presupuestos para 2013.

“Las reuniones suelen ser bastante tensas en los tiempos de bonanza porque las diputaciones juegan siempre a ser conservadoras”, asegura un experto que participó en el diseño del entramado financiero público vasco. Si en tiempos de bonanza son tensas, en tiempos de recortes y cuando se juegan el techo de gasto para 2013, la reunión puede ser “borrascosa” augura esta fuente.

El PNV ya ha utilizado el Consejo Vasco de Finanzas como arma política. En 1984 evitó un acuerdo de las diputaciones con el Gobierno que entonces presidía Carlos Garaikoetxea, hasta el punto de que aquel conflicto sobre la organización interna del país, provocó su escisión.