Sea audaz en su gestión del contenido
Introducir más ciencia en la gestión del contenido no significa simplificar, sino hacer las cosas de forma más audaz
Muchos profesionales del contenido tiran piedras contra su propio tejado cuando se plantean lo que hacen como una habilidad, en lugar de una profesión. Ese planteamiento domina en gran parte de los profesionales de Internet. Hay una enorme resistencia a introducir rigor, disciplina y controles estrictos.
En el mundo del tenis se creyó durante mucho tiempo que cuando los jugadores daban un derechazo, giraban la raqueta sobre de la pelota. Sofisticados análisis de vídeo demostraron que los mejores jugadores casi nunca mueven la muñeca en el momento del impacto (aunque los propios jugadores aseguren reiteradamente que sí la giran). Durante años, se enseñó a los estudiantes a girar las muñecas. Una costumbre arraigada.
Hay muchísimas costumbres arraigadas en lo que se refiere a contenido. Se maneja como si fuese un activo de poco nivel o se discute sobre ello en tono bajo. La Red es el mayor laboratorio que el contenido jamás pudiese desear.
Si usted es un profesional del contenido, debería abrazar este laboratorio con entusiasmo. Cuanto mayor rigor y ciencia pueda trasladar al contenido, más respeto conseguirá. La gestión del contenido será una de las disciplinas clave en el siglo XXI. Pero se debe ganar el respeto.
Parta de la premisa de que todo lo que sabe sobre gestión del contenido es erróneo. Debe cuestionarlo todo. Debe ponerlo todo a prueba. Debe evitar a toda costa una fe ciega en la tradición.
"Siempre corto la carne del asado en dos antes de cocinarlo, porque es una tradición familiar", le dijo la tía Sally a Tommy Sands, según recuerda en su excelente libro The Songman.
Un día, la tía Sally le preguntó a su madre por qué cortaba en dos el asado en Navidad. "Porque tu abuela siempre lo hacía así", le respondió. Así que tía Sally decidió preguntarle a la abuela. "Niña querida, lo cortaba a la mitad porque la fuente que tenía era muy pequeña, eso es todo".
La tradición es muy poderosa. Estamos programados para repetir algo, y si ese algo funciona, seguimos repitiéndolo. Aunque tengamos una fuente más grande, sentimos que debemos seguir cortando el asado en dos porque siempre lo hemos hecho así.
Los gestores preguntan por qué. Preguntan constantemente si hay un modo mejor. No asumen que porque algo funcionase bien el año pasado, hoy continúe siendo así.
La organización científica del contenido no significa sacar adelante un conjunto de normas rígidas que se deben obedecer siempre. Se trata de centrarse de manera implacable en el lector, en entender su comportamiento mejor de lo que ellos se entienden a sí mismos.
Hay una gran diferencia entre buscar de forma constante el mejor modo y abrazar de forma ciega un mejor modo. Una tradición puede aportar comodidad, pero en tiempos de cambios sin freno, las tradiciones necesitan ser cuestionadas, del mismo modo que "el mejor modo" siempre necesita ser cuestionado.
Es increíblemente excitante ser un profesional del contenido en una era en el que el contenido se está convirtiendo en un recurso vital. Hoy en día, el mundo funciona más con contenido que con petróleo.
(Traducido por Snap Comunicación)
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