La usabilidad no tiene por qué ser fea
Es necesario encontrar el equilibrio entre la página web exclusivamente funcional y la que es elegante y estilosa.
En un mundo ideal, la funcionalidad y la utilidad de una página web o de otro producto deberían estar ligadas a su estilo y belleza, algo que no es fácil de lograr.
Acabo de comprar un ordenador portátil Dell X1. Lo compré porque es pequeño y ligero. Hace todas las cosas que le pido a un portátil, y tiene estilo. Es cómodo de usar. Anteriormente, tuve dos IBM X31, que también me gustaban mucho. Sin embargo, cuando volví a consultar la página web de ThinkPad la encontré tan confusa que la dejé por frustración. Cuando mi nuevo X1 entra en hibernación, una luz verde se enciende y apaga lentamente, como si estuviese dormido, respirando suavemente. Creo que esto es una novedad que Apple introdujo hace unos años. Es algo sencillo, pero agradable.
Por supuesto, Apple sabe mucho sobre estilo y sencillez. Generalmente han hecho productos elegantes que son prácticos y fáciles de entender. Y esa es una combinación bastante difícil de encontrar. Da la impresión de que funcionalidad y estilo operan en dos partes diferentes del cerebro. Es difícil encontrar a alguien que haga algo a la vez práctico y elegante. Me he topado con páginas en Internet que son funcionales pero feas. Los diseñadores de esas páginas web no le ven el sentido a ordenar las cosas y presentarlas de modo elegante. De hecho, puede haber cierto desdén a embellecer las cosas.
Recuerdo haber leído una vez un artículo en la revista Wired sobre una marca de ropa italiana que quería vestir a algunos geeks de Silicon Valley. Los chicos parecían sentirse orgullosos de su falta de estilo, y les divirtió la idea italiana. Los diseñadores gráficos adorarían el estilo italiano. Les preocupa mucho su aspecto y el de sus creaciones. Les preocupa tanto la tipografía como el lenguaje.
Personalmente, el lenguaje es mi territorio. Soy un tanto obsesivo con las palabras. Bien combinadas, pueden conformar algo muy poderoso. Eliminar o añadir una palabra puede afectar enormemente al sentido y la elegancia de una frase.
El aumento del interés en la usabilidad en los últimos años no agrada a muchos diseñadores gráficos porque carece de elegancia. En su opinión, se miden demasiado los detalles prácticos de las cosas y no se atiende a los aspectos emocionales y estéticos del diseño. Es cierto que hay muchas páginas web con una gran usabilidad que no son muy gratas a la vista. Creo que esto se debe en parte al hecho de que la Red es todavía joven, y aún se está trabajando en la mejora de los detalles prácticos.
También se debe al hecho de que Internet es un espacio muy funcional. Por lo tanto, el hecho de ser práctico produce más beneficios que cualquier otro factor. Sin embargo, siempre hay espacio para el estilo y la elegancia. Algo con sustancia también puede ser elegante.
(Traducido por Snap Comunicación)
La columna semanal 'New Thinking', de Gerry McGovern, se publica todos los martes en ELPAIS.es.
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