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Trump veta a las personas trans en el ejército de EE UU y acaba con las políticas de inclusión

El presidente defiende en una orden ejecutiva que una identidad de género diferente de la asignada al nacer “choca con el compromiso de un soldado con un estilo de vida honorable”. Las organizaciones LGTBIQ+ anuncian demandas al considerar que la norma incumple la constitución

Pete Hegseth
Pete Hegseth (derecha) es recibido por el general C.Q Brown a su llegada al Pentágono, en su primer día como secretario de Defensa. SHAWN THEW (EFE)
Macarena Vidal Liy

La guerra contra las políticas de inclusión en el ejército de Estados Unidos que prometía el nuevo secretario de Defensa, Pete Hegseth, ya está en marcha. Una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump se dirige específicamente contra los militares trans, así como contra otras minorías, bajo el argumento de que las Fuerzas Armadas han quedado afectadas por la “ideología radical de género”.

La orden señala que “el servicio militar debe reservarse a aquellos que están en condiciones físicas y mentales para prestarlo”. Así, entre los diagnósticos que inhabilitan para alistarse, especifica los que “requieren medicación sustancial o tratamiento médico para trastornos bipolares y relacionados, trastornos de la alimentación, ideaciones suicidas y hospitalizaciones psiquiátricas previas”. Y puntualiza que las personas trans y quienes expresen una “identidad de género” distinta a su sexo de nacimiento “no puede cumplir los estrictos estándares necesarios para el servicio militar”. Durante su argumentario ha incidido en la importancia de “la salud física y mental, el altruismo y la cohesión de las unidades” como parte clave de los requisitos del servicio militar.

La justificación que aporta el republicano es, más que una explicación científica, un juicio de valor y opiniones muy personales: además de las intervenciones quirúrgicas y tratamientos hormonales, detalla la orden, “la adopción de una identidad de género inconsistente con el sexo de un individuo choca con el compromiso de un soldado con un estilo de vida honorable, sincero y disciplinado, incluso en la vida personal. La declaración de un hombre de que es una mujer, y su requisito de que otros respeten esa falsedad, no es consistente con la humildad y el altruismo que se demandan de un miembro de las Fuerzas Armadas”.

La orden ejecutiva habla de pronombres “inventados” ―en referencia al they, usado en lugar de los pronombres masculino y femenino― y prohíbe su uso. La norma no precisa si los soldados trans ya enrolados podrán continuar en las Fuerzas Armadas.

No es la primera vez que Trump pone en su punto de mira a los militares trans. Durante su primer mandato ya firmó otra orden para vetarlos, pero no se llegó a adoptar por completo, ya que fue denunciada ante el Tribunal Supremo (que en 2019 acabó avalándolo). Finalmente, esa amenaza se redujo a prohibir nuevas incorporaciones, pero permitió que los militares ya alistados continuaran su servicio. El demócrata Joe Biden levantó las restricciones tras su llegada a la Casa Blanca en 2021. Ahora Trump ha recuperado la idea, como parte de toda una serie de medidas para acabar con las políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) dentro de toda la fuerza laboral de la Administración, especialmente dentro del Pentágono.

Las organizaciones defensoras de los derechos civiles sostienen que hay cerca de 15.000 soldados trans en el ejército estadounidenses, aunque portavoces militares reducen esa cifra a “unos pocos miles”. Por su parte, las entidades que luchan por la igualdad de las personas LGTBIQ+ han anunciado que van a presentar una demanda contra la orden ejecutiva de Trump, según ha adelantado la agencia Reuters. Grupos como GLAD Law y the National Center For Lesbian Rights (NCLR) alegan que la decisión viola el principio constitucional de que todas las personas son iguales ante la ley.

Cesada la única mujer al frente de una rama de las Fuerzas Armadas

El presidente estadounidense firmó la medida la noche del lunes, el mismo día de la incorporación de Hegseth como secretario de Defensa. Hegseth ―confirmado en el cargo el viernes pasado en el Senado por un solo voto, el del vicepresidente J.D. Vance― ha prometido una amplia reestructuración dentro de su departamento, que gestiona un presupuesto de 850.000 millones de dólares y una masa laboral de tres millones de personas. La eliminación de los programas de igualdad es una de sus prioridades declaradas.

Una de las primeras medidas de Trump, tomada inmediatamente después de su toma de posesión, fue el cese de la almirante Linda Fagan, comandante del Servicio de Guardacostas y la única mujer al frente de una rama de las Fuerzas Armadas estadounidenses. El argumento fue que Fagan había dado una prioridad excesiva a las políticas de inclusión y diversidad en la academia de oficiales del cuerpo.

Antes de que Trump le propusiera para el Pentágono, Hegseth había criticado en uno de sus libros al jefe del Estado Mayor, el general de la Fuerza Aérea C.Q. Brown, el primer afroamericano en ese puesto, también como ejemplo de esas políticas. Este lunes, Brown recibió al nuevo secretario de Defensa en las escalinatas del Pentágono para darle la bienvenida al cargo. Preguntado si planeaba el cese del máximo mando militar estadounidense, el expresentador de la cadena ultraderechista Fox precisó mientras le palmeaba la espalda: “Estoy junto a él ahora mismo; tengo muchas ganas de trabajar con él”.

Trump también ha suscrito este lunes otra orden ejecutiva que permite la reincorporación a las Fuerzas Armadas de los soldados que fueron expulsados por negarse a ser vacunados contra la covid durante la pandemia. Una tercera medida prevé la construcción de un sistema de defensa aérea para Estados Unidos, similar a la Cúpula de Hierro de Israel.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.
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