El coste mensual de criar a un niño en España sube a 758 euros de media: “Tener hijos empobrece, no damos abasto”
Un informe de la ONG Save The Children cifra en un 13% el alza respecto a 2022. Un desembolso con grandes variaciones entre comunidades: en Cataluña es hasta un 30% más caro que en Andalucía
Pepa tiene 33 años y cuatro hijos. Su pareja tuvo que viajar a Francia para buscar trabajo, pues los ingresos que tenían en Sevilla, donde residen, no eran suficientes para mantener a su familia. Y la realidad es que, pese a los esfuerzos, el dinero todavía no les alcanza. “Tenemos muchos gastos y no llegamos a fin de mes. Tener hijos empobrece, no damos abasto”, cuenta Pepa ―que prefiere no dar su apellido por privacidad― a Save The Children, organización que este martes publica un informe sobre el coste de la crianza. En él, calculan que el coste promedio mensual de criar a un niño en España asciende a 758 euros, un 13% más que en su anterior cálculo, realizado en 2022. La ONG destaca que tener hijos constituye un factor de riesgo para caer en la pobreza: quienes son padres tienen un 70% más de probabilidades de encontrarse por debajo del umbral de pobreza, que en España se establece en menos de 23.078 euros anuales para una pareja con dos hijos, según datos de 2023 de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del INE.
La madre sevillana tiene que ingeniárselas a diario para poder costear las necesidades básicas: “Comprar carne y pescado es muy de vez en cuando, las verduras también; comemos pasta y arroz”, dice. La realidad de Pepa no es muy distinta a la de otras familias, afectadas por el encarecimiento de mantener a los hijos. En su nuevo informe, titulado El coste de la crianza en 2024, Save the Children actualiza la información que ya reunió en las anteriores ediciones de 2022 y 2018. El documento refleja el “período extraordinario de evolución de los precios” que ha experimentado el país. El coste de mantener a un menor era en 2022 de 672 euros, lo que supone un incremento del 13%, cifra por encima de la inflación general acumulada (entre enero de 2022 y diciembre de 2023 esta fue del 9,4%). Con respecto al 2018, cuando el coste era de 587 euros, el aumento es del 29%.
Los autores del estudio indican que los gastos que más han aumentado desde 2022 han sido los relacionados con la vivienda (63%) y la alimentación (26%). Catalina Perazzo, directora de Incidencia Social y Política de Save the Children, explica: “Hemos querido ver cómo ha afectado el periodo de inflación que hubo y supuso esta crisis en los precios en 2022, que afectó, sobre todo, a productos de alimentación y suministros energéticos”.
Para calcular el coste que supone criar a un niño, la institución partió de la elaboración de un presupuesto de necesidades básicas en función de la edad. Primero definieron una cesta de bienes y servicios básicos, fijando como consumos mínimos aquellos recomendados por los organismos pertinentes en cada partida de gasto; luego, utilizaron los datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares del 2023 y combinaron con otras fuentes de datos.
El informe indica que la crisis de precios experimentada en los últimos dos años ha impactado, de manera especial, en la cesta de bienes y servicios necesarias para la crianza. A esto lo denominan “inflación específica de la crianza”. Perazzo señala que “hay partidas de gastos que se ven más afectadas y son justamente estas las que tienen más cargo en las familias con hijos [como alimentos y suministros de vivienda]”. Agrega que una de cada dos familias con hijos destina más de la mitad de sus ingresos a los gastos de la crianza.
El informe también diferencia los precios por algunas comunidades autónomas. “Criar un hijo en Cataluña es hasta un 30% más caro que en Andalucía, diferencia que ha aumentado desde el último cálculo en 2022″, indica. Otras comunidades que presentan costes medios mensuales de la crianza mayores a la media nacional son la Comunidad Valenciana, el País Vasco y la Comunidad de Madrid.
En 2023, el 34,5% de los niños vivía en riesgo de pobreza o exclusión social, 10 puntos por encima de la media europea. Y la situación es aún más crítica para las familias monomarentales, ya que la mitad de estos 530.000 hogares está en riesgo de pobreza, según el análisis de la ECV del 2023. Lorenzo Armenteros del Olmos, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), explica que aunque las consecuencias sanitarias de la pobreza en la infancia sean relativamente bajas porque “en España el acceso universal a la salud está garantizado”, las carencias alimentarias, de higiene, malas condiciones en la vivienda y la posible irregularidad en la educación sí afectan a la salud de los niños y tienen consecuencias a largo plazo.
Afecta al desarrollo
Armenteros indica que la carencia alimentaria influye en el desarrollo de los menores en todos los aspectos: en el crecimiento, desarrollo neuronal y cerebral, alteraciones en los órganos por un déficit de proteínas y vitaminas, entre otros. “La mala alimentación afecta, sobre todo, el desarrollo osteomuscular y neuromotor”, concluye. Además, otras afectaciones pueden ser las patologías respiratorias o dérmicas por falta de calefacción o aire acondicionado en las viviendas en zonas de temperaturas muy extremas, o las dermatitis por una mala higiene, explica.
Otro problema que afecta el desarrollo cognitivo y social de los niños se da cuando no acuden con regularidad a la escuela o no reciben el tipo de educación que necesitan, explica el especialista. Este último es el caso de Inmaculada. Tiene 39 años, vive en Leganés (Madrid) y es madre de un pequeño de 12 años con necesidades educativas especiales, ya que tiene trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y espectro autista. “Necesitaría ir a terapia, tener un psicólogo, un pedagogo y un psiquiatra más a disposición de lo que la Seguridad Social da, porque a él lo ven cada cuatro meses y eso no es suficiente para hacer terapia”, cuenta la madre a Save The Children. La mujer no logra conseguir trabajo y no puede pagar los 400 euros que le costaría la terapia una vez a la semana. “Como económicamente no lo puedo pagar, hago lo que puedo como madre”, agrega. Igual que Pepa en Sevilla, Inmaculada también busca la forma de no gastar demasiado en comida: “Compramos menos cosas cada vez, leche, huevos, pescado solo a veces. Terminamos yendo a coger la misma bolsa de congelado porque el fresco es demasiado caro para comprarlo con una frecuencia normal”.
Según la ECV de 2023, el 43% de los menores vive en hogares con serias dificultades para afrontar gastos imprevistos, cuatro puntos más que en 2022.
Perazzo, de Save The Children, cree que visibilizar el coste de la crianza es indispensable para que el Estado invierta lo necesario en la infancia y en las familias con hijos a cargo. Por ello, piden la creación de una prestación a la infancia universal que ayude a cubrir una parte de este coste. Perazzo cree que la prestación funcionaría con una transferencia económica directa a las familias, ya sea mensual o anual y que no esté condicionado a si los padres trabajan o no. “Actualmente se benefician quienes trabajan y tienen el mínimo para declarar, la idea es que sea universal”, dice. Además, rediseñar y revalorar el Complemento de Ayuda para la Infancia (CAPI), especialmente para los tramos de mayor edad, entre los 13 y 17 años. “A pesar de lo que se piensa, no es más barato criar a esta edad”, añade.
España tiene una de las tasas de pobreza infantil más elevadas de la Unión Europea. “Sin embargo, la inversión en familia e infancia solo es de un 1,5% del PIB, mientras que la media es del 2,4%, según Eurostat. Tenemos mucho espacio de mejora”, indica la especialista de Save The Children. Perazzo critica, además, que las ayudas españolas se diferencian de las europeas en que tienen una escasa cuantía y una baja efectividad, ya que su capacidad para reducir la tasa de pobreza es menor a la de otros países de su entorno.
El informe indica que el coste de la crianza influye en la decisión de tener hijos y en su número, según la Encuesta de Fecundidad, Familia e Infancia de septiembre del 2024 del CIS. En España nacen 1,16 hijos por mujer, la tasa más baja de la Unión Europea. Sin embargo, existe una brecha de fecundidad deseada y efectiva (una de las mayores de la UE): el 20% de mujeres de más de 40 años con hijos habría querido tener más; y, de las que no tenían, la mitad hubiese querido tener.
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