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Murcia, primera región del mundo en frenar la transmisión congénita del Chagas

Las investigaciones del Hospital Virgen de la Arrixaca llevan a la OMS a cambiar su protocolo sobre la enfermedad al demostrar que las mujeres tratadas antes del embarazo no transmiten el parásito

Manuel Segovia, jefe del servicio de medicina tropical del Hospital La Arrixaca de la capital Murciana.
Manuel Segovia, jefe del servicio de medicina tropical del Hospital La Arrixaca de la capital Murciana.Alfonso Durán
Virginia Vadillo

La Región de Murcia se ha convertido en un lugar estratégico en los avances relacionados con la enfermedad de Chagas. No solo es el primer lugar del mundo en el que se ha logrado frenar su transmisión congénita (de madres a sus hijos durante el embarazo), sino que las investigaciones desarrolladas en el Hospital Virgen de la Arrixaca durante los últimos 15 años han llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a cambiar sus protocolos de actuación sobre esta patología para alcanzar el objetivo de que en el año 2030 ningún bebé nazca con Chagas, una enfermedad crónica (y endémica en algunas regiones de Latinoamérica) causada por un parásito que puede pasar años inadvertida, pero también causar problemas cardíacos e intestinales que en ocasiones desembocan en la muerte.

Son dos hitos, afirma Pedro Albajar, investigador responsable del área de control de la enfermedad de Chagas de la OMS, que no se han producido por suerte ni azar, sino tras años de preparación, investigación y estudio de una enfermedad que, a pesar de que afecta a unos ocho millones de personas en el mundo, sigue estando infradiagnosticada y olvidada.

El hospital murciano se implicó de manera especial en su estudio y tratamiento en 2007, al poco tiempo de poner en marcha la Unidad de Medicina Tropical, que dirige el doctor especialista en microbiología Manuel Segovia. En su primer año de vida, la unidad detectó 90 casos de Chagas, cuando apenas se habían diagnosticado media docena en la década anterior, por lo que se consideró que frenar su transmisión era “el reto más importante de entre todas las enfermedades importadas”, explica.

Además, en ese primer año de funcionamiento de la unidad ocurrió otro hecho determinante: en el hospital nació una niña, Sol (nombre ficticio), gravemente enferma a la que se detectó Chagas. Se lo había transmitido su madre, Susana Llanos, una boliviana que había llegado a Murcia ya embarazada y que, aunque sabía que era portadora de la enfermedad y que esta pasaba de madre a hijos, no le había dado ninguna importancia. “Entre mis parientes, muchos tenían Chagas, pero ningún niño había nacido con problemas, jamás pensé que eso sería un riesgo para mi hija, pero estuvo más de dos meses en la UCI”, relata.

La ausencia de síntomas durante largos periodos de tiempo es una de las causas por la que muchos de quienes padecen esta dolencia lo desconocen. La OMS estima que solo se diagnostican en torno al 10% de los casos, por lo que este año, el Día Mundial contra el Chagas, que se celebra el 14 de abril, tendrá como objetivo mejorar el diagnóstico. Incluso muchos de quienes saben que están contagiados, como en el caso de Llanos, no acceden a ningún tratamiento médico a pesar de que existe y es eficaz, especialmente en las fases iniciales de la patología.

En los bebés de menos de un año de vida, como Sol, aplicar los fármacos existentes (actualmente hay dos a nivel mundial) ofrece una curación en el 100% de los casos. Cuatro años después del nacimiento de Sol, Llanos volvió a quedarse embarazada. Para entonces, ya había completado su tratamiento contra el Chagas y su segundo hijo nació completamente sano y sin el parásito. En ese periodo, el equipo del doctor Segovia había estado desarrollando una intensa campaña de detección de posibles pacientes para evitar nacimientos de bebés infectados. Lo hicieron a través de los centros de salud, en colaboración con la red de matronas, que ofrecían a las embarazadas de origen latino someterse a la prueba de detección, un simple análisis de sangre. Pero también saliendo a la calle, en bares, fiestas, medios de comunicación dirigidos a la población latina, de unas 54.000 personas en una comunidad autónoma con 1,5 millones de habitantes.

Susana Llanos, una de las primeras diagnosticadas en Murcia con la enfermedad de Chagas, con sus dos hijos en el barrio de San Andrés de la capital de esta región.
Susana Llanos, una de las primeras diagnosticadas en Murcia con la enfermedad de Chagas, con sus dos hijos en el barrio de San Andrés de la capital de esta región.Alfonso Durán

Vencer la desconfianza

“En esos años, gran parte de la población migrante de Murcia llevaba poco tiempo en España, no estaba especialmente integrada con la población local, tenían desconfianza. No veían necesario venir hasta el hospital por una enfermedad que no sentían. Y en ciertos centros de salud ni siquiera los médicos conocían la Unidad de Medicina Tropical ni habían oído hablar del Chagas”, indica el microbiólogo.

En 2012, los investigadores de la Arrixaca publicaron un estudio que marcó un punto de inflexión en la historia de la enfermedad: habían demostrado que las mujeres infectadas que recibían tratamiento antes de quedarse embarazadas ya no eran transmisoras para sus hijos. “Eso cambiaba totalmente el foco. Hasta ese momento, nuestro objetivo, y el de la OMS, era que toda embarazada supiera si era portadora para así poder tratar a su bebé en el primer año de vida. Pero con este estudio, demostramos que se podía ir más lejos y lograr que ningún recién nacido contraiga la enfermedad a través de su madre”, explica el especialista.

Su equipo continuó haciendo estudios que corroboran su tesis y en 2018 una delegación de la OMS viajó a Murcia para conocer de primera mano los trabajos y redactar una recomendación para cambiar los protocolos. Apenas un año después, la asamblea mundial de este organismo aprobó su nueva hoja de ruta para el Chagas: eliminar por completo la transmisión congénita de la enfermedad en 2030. Se trata de una “velocidad espectacular” y muy inusual para un cambio de protocolo de estas características, pero Albajar reconoce que los estudios del hospital murciano eran tan concluyentes que toda la comunidad internacional apoyó el cambio de directrices para el que Murcia ha servido de nuevo de punta de lanza en los ensayos: desde 2012, el equipo de Segovia centró sus campañas no ya en las embarazadas, sino en jóvenes y adolescentes, para someterlas a tratamiento antes de una posible gestación.

Entre 2007 y finales de 2017, la unidad de Medicina Tropical diagnosticó 21 casos de transmisión congénita de Chagas. Desde 2018, ninguno. “Probablemente debido a que la mayoría de las mujeres en edad fértil de origen latino residentes en Murcia que pudieran estar infectadas ya las hemos diagnosticado y tratado”, afirma orgulloso el facultativo. La OMS está ultimando un protocolo para certificar de manera oficial que Murcia es el primer lugar del mundo que ha acabado con la transmisión congénita del Chagas al no detectar ningún caso en tres años.

Fundación Mundo Sano

Albajar no tiene ninguna duda de que así será porque el equipo de Segovia ha documentado de manera “espectacular” todo su trabajo, “anticipándose a la hoja de ruta de la OMS” y trabajando “en equipo” con esa organización, con el Ministerio de Sanidad y con la Consejería de Salud murciana, de la que Segovia destaca el gran apoyo mostrado siempre hacia su trabajo. De hecho, recientemente la consejería ha puesto en marcha un programa piloto en seis farmacias de la comunidad autónoma en las que se dispensan y realizan pruebas rápidas para detectar la enfermedad y ofrecer tratamiento a posibles mujeres infectadas en edad fértil o incluso desde la niñez.

También desde hace un año se ha incluido en los protocolos de atención a las embarazadas la prueba de detección de la enfermedad de manera universal, a través de los análisis rutinarios del primer trimestre de gestación, en los que se detectan también de forma sistemática otras enfermedades como el VIH o la rubeola. Segovia subraya también el apoyo recibido de la Fundación Mundo Sano, una ONG volcada con esta enfermedad, cuya fundadora, la bioquímica argentina Silvia Gold, ya promovió en 2010 la fabricación de uno de los fármacos contra el Chagas cuando la empresa que los generaba dejó de hacerlo.

La entidad se ha volcado con el objetivo de lograr que todas las mujeres en edad fértil reciban tratamiento antes de quedarse embarazadas y ha financiado muchas de las campañas de concienciación impulsadas desde Virgen de la Arrixaca. Y para que estas funcionaran, reconoce el microbiólogo, ha sido también fundamental la implicación de la comunidad latina en Murcia. Susana Llanos, la mujer que abrió el interés por la enfermedad en la región, ha sido colaboradora activa en esa tarea, y preside una asociación que se ha encargado de sensibilizar sobre la necesidad de detectar la enfermedad y tratarse entre las jóvenes. “Incluso organizamos encuentros en restaurantes, y allí mismo hacemos la prueba. Yo cuento mi experiencia para que ninguna otra mamá tenga un bebé que no esté sano”, explica. Ella espera a su tercer hijo para finales de este año, con la tranquilidad de que nacerá libre de Chagas.

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Sobre la firma

Virginia Vadillo
Es la corresponsal de EL PAÍS en la Región de Murcia, donde escribe sobre la actualidad política, social y medioambiental desde 2017. También trabaja con la Agencia EFE en esa comunidad autónoma. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo de Agencias por la Universidad Rey Juan Carlos.

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