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¿Qué implica la suspensión de patentes de las vacunas? Claves de un movimiento histórico de EE UU

La propuesta de liberalización de Washington obligará a la Unión Europea a implicarse en unas negociaciones de las que apenas hay precedentes

Una enfermera prepara una inyección de Pfizer, el 10 de marzo en Los Ángeles.
Una enfermera prepara una inyección de Pfizer, el 10 de marzo en Los Ángeles.FREDERIC J. BROWN (AFP)
Oriol Güell

El histórico anuncio de Estados Unidos de que apoyará la suspensión temporal de patentes sobre las vacunas para la covid-19 en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) abre un nuevo escenario plagado de interrogantes y del que apenas hay precedentes en los que buscar respuestas. El comunicado de la representante de Comercio, Katherine Tai, reconoce que las negociaciones que ahora empezarán “necesitarán tiempo”, dado el proceso de toma de decisión de la OMC, que es por consenso, y “la complejidad de las cuestiones relacionadas”. Pero la nota también evidencia el giro de 180 grados dado por la Casa Blanca en sus posiciones y la convicción de que es necesario un cambio de estrategia global si se quiere poner fin a la peor catástrofe sanitaria del último siglo lo antes posible: “Esta es una crisis de salud global y las extraordinarias circunstancias que rodean a la pandemia requieren de medidas excepcionales”, recoge el texto, cuyas claves y consecuencias se repasan a continuación.

¿Qué dice el anuncio? Estados Unidos se compromete a trabajar en la OMC para que este organismo acuerde la suspensión temporal de patentes sobre las vacunas contra el coronavirus. La India y Sudáfrica lanzaron una primera propuesta en este sentido en octubre, que también incluía a medicamentos y productos sanitarios relacionados con el diagnóstico y tratamiento de la covid. La iniciativa logró el apoyo de un centenar de gobiernos, pero se topó con el rechazo de los países ricos (Estados Unidos, la Unión Europea, Suiza, Japón...), sedes de las grandes empresas farmacéuticas. La India y Sudáfrica anunciaron la semana pasada su intención de rehacer su propuesta este mes para lograr más apoyos. El anuncio de EE UU menciona ahora solo las vacunas.

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¿Por qué se produce ahora? En los últimos meses se ha hecho evidente que los acuerdos firmados entre los gobiernos y el sector farmacéutico no han sido capaces, pese a los miles de millones de fondos públicos invertidos, de poner en marcha la capacidad productiva que necesita el mundo. El número de vacunas administradas hasta la fecha supera por poco los 1.000 millones, cuando serían necesarios más de 12.000 millones antes de fin de año. Esto ha hecho que las patentes sean vistas como un obstáculo que impide que más países y fábricas puedan producir vacunas y que hayan crecido las voces favorables a su suspensión.

¿Cuál es el calendario? El Consejo general de la OMC está reunido esta semana, aunque la India y Sudáfrica habían retrasado hasta finales de este mes la presentación de su nueva propuesta con la mirada puesta en la reunión del Consejo sobre los Acuerdos de Propiedad Intelectual (ADPIC) de la OMC del mes de junio. Antes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra su Asamblea Mundial de la Salud ―su máximo órgano decisorio― del 24 de mayo al 1 de junio, un escenario favorable en el que los partidarios de la exención de las patentes querían ganar nuevos apoyos. Las negociaciones pueden acelerarse en cualquier momento, pero no es previsible un acuerdo rápido. Aunque algunos expertos empiezan a barajar otra posibilidad: que sea la propia industria la que, ante los últimos movimientos, “levante las patentes de forma voluntaria”, afirma Guillem López-Casasnovas, director del Centro de Investigación en Economía y Salud de la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). “Al sector no le conviene una suspensión forzosa. Esto crearía un precedente peligroso para sus intereses, por las interpretaciones que permitirían su extrapolación a otras situaciones, y tendría también costes elevados en términos de reputación. Una vez que Biden ha anunciado su posición, mi opinión es que a mediados del mes de junio el propio sector podría dar el paso”, considera.

¿Qué implica la suspensión de las patentes? Las patentes dan a sus titulares la exclusividad para fabricar un producto durante un plazo de tiempo determinado, habitualmente 20 años desde que se registra el fármaco en el sector de los medicamentos. La suspensión implica que esta exclusividad deja de tener efecto y que cualquier otra empresa en el mundo puede empezar a producir el producto, en este caso las vacunas, sin riesgo de sanciones. Los promotores de la iniciativa destacan la importancia de que los países menos desarrollados puedan ser autosuficientes y desarrollar sistemas productivos propios.

¿Hay nuevas empresas con capacidad para empezar a producir más vacunas si se suspenden las licencias? Los partidarios de la iniciativa dicen que sí y que la liberalización permitirá que los países menos desarrollados puedan empezar a producir vacunas y ser autosuficientes. El sector, por su parte, afirma que la capacidad productiva mundial está cerca del límite y que las propias empresas han firmado más de 260 acuerdos entre ellas (las llamadas licencias voluntarias) para incrementarla, según los cálculos de la Universidad de Duke. Lo cierto es que no existe ningún directorio público oficial que detalle las fábricas que podrían producir vacunas en el mundo. La organización independiente KEI ha elaborado uno que incluye cerca de 150 plantas, aunque la gran mayoría ya está fabricando alguna. “Lo primero que hay que hacer es identificar a todas las empresas que puedan fabricar. Luego iniciar la transferencia de tecnología y conocimiento y firmar los contratos de compra anticipada que ya se firmaron con las actuales titulares de las patentes. Es el mismo proceso que hicieron primero los gobiernos con las farmacéuticas y luego las empresas entre ellas”, describe Fernando Lamata, ex secretario general del Ministerio de Sanidad y miembro de la Asociación para un Acceso Justo al Medicamento.

Empleados de la fábrica de vacunas de Pfizer en Puurs (Bélgica), el 23 de abril.
Empleados de la fábrica de vacunas de Pfizer en Puurs (Bélgica), el 23 de abril. POOL (Reuters)

¿Serán indemnizadas las compañías farmacéuticas cuyas patentes sean liberadas? Sí, a no ser que dada la nueva situación las empresas renuncien a esa compensación por cuestión de imagen. La exención de patentes es un mecanismo previsto en el seno de la OMC que requiere, primero, la voluntad política de todos los gobiernos y, posteriormente, de complejas negociaciones para acordar los detalles de la medida, que no tiene por qué cerrar todas las opciones de negocio del sector. Un punto a aclarar sería por cuánto tiempo las vacunas serían liberadas. Otro, si todos los países se acogen a la suspensión. Sería posible, por ejemplo, que los países ricos siguieran respetando las obligaciones que implican las patentes, mientras los menos desarrollados se benefician de la suspensión. El único precedente similar se produjo hace más de dos décadas cuando se permitió a países como la India exportar antirretrovirales genéricos, pero solo a los países menos desarrollados.

¿Será rápido el proceso? No es previsible por varias razones. La primera es la complejidad del proceso de producción de las vacunas, especialmente aquellas que utilizan la novedosa tecnología del ARN mensajero, como las de Pfizer-BioNTech y Moderna. Es necesario transferir el conocimiento sobre cómo hacerlo, lo que suele llevar varios meses, incluso cuando son las propias empresas las que han llegado a acuerdos para hacerlo. Otro argumento utilizado por el sector es que no hay muchas empresas ni países con capacidad y tecnología para empezar a producir vacunas. Por último, el sector se ha enfrentado en los últimos meses a cuellos de botella en el suministro de materias primas y procesos de producción que no está claro que vayan a solucionarse con la suspensión. En todo caso, los impulsores de la medida consideran que cuanto antes se empiece a trabajar, mejor. “La suspensión elimina una barrera que impide que fábricas que podrían entrar a producir lo hagan”, explica Vanessa López, directora de Salud Por Derecho, entidad que aboga por el acceso universal a los medicamentos. “Es necesario que empiecen cuanto antes las negociaciones sobre los asuntos prácticos, como la transferencia de tecnología, mecanismos para apoyar la capacidad de producción de los países más pobres, fijar los royalties en su caso...”, añade López. Las entidades que han venido impulsando la suspensión de las patentes recuerdan que “si en octubre se hubiera apoyado la propuesta de la India y Sudáfrica, el mundo ya estaría produciendo vacunas al máximo de su capacidad y ahora es importante preparar el terreno para que lo haga lo antes posible si son necesarias más dosis por las nuevas variantes”.

¿Cuáles serán los siguientes pasos políticamente? Es previsible que la decisión adoptada por Estados Unidos obligue a todos los demás actores a reposicionarse, especialmente a la Unión Europea. “El anuncio de Biden obliga a los países que estaban obstaculizando esta solución a moverse, entre ellos los Veintisiete, como ya hemos visto”, defiende Vanessa López. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha abierto este jueves por la mañana en Florencia (Italia) la puerta a “discutir” la propuesta. El sector ya ha mostrado su “decepción” por el anuncio, aunque lo cierto es que es un firme impulso político de las grandes potencias le obligará a buscar acuerdos.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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