“No es cierto que desviemos la vacuna de Europa a otros países para sacar beneficio”
El director ejecutivo de AstraZeneca, Pascal Soriot, asume la responsabilidad del retraso, pero señala que la UE contrató el suministro tres meses después que el Reino Unido
Pascal Soriot (París, 61 años) asume toda la responsabilidad por la anunciada reducción de vacunas que AstraZeneca suministrará a la Unión Europea en los próximos meses, pero desmiente tajantemente la sugerencia de que el gigante farmacéutico está desviando su producción a otros países en busca de un mayor beneficio. El director ejecutivo del laboratorio anglo-sueco, que ha pasado en 10 años a situarse en la primera línea del sector, ha disfrutado estos meses las mieles de estar al frente de un proyecto esperanzador para la humanidad. Le toca ahora enfrentarse a las suspicacias y recelos de los Gobiernos, que quieren la vacuna ya y no están dispuestos a aceptar fácilmente excusas o contratiempos. La Comisión Europea ha amenazado incluso con controlar férreamente las exportaciones de vacunas. Soriot atiende desde su residencia en Australia a LENA, una alianza de los principales diarios europeos de la que EL PAÍS forma parte.
Pregunta. AstraZeneca no ha sido muy específica hasta ahora en explicar las causas del retraso en las entregas. ¿Qué ha ocurrido exactamente?
Respuesta. La producción de la vacuna requiere dos fases. En la primera se produce la vacuna misma. Lo que llamamos la sustancia farmacológica. Una vez finalizada, se traslada a diferentes plantas donde la vacuna se distribuye en viales. Eso es el producto final. En Europa, producimos la sustancia farmacológica en dos plantas, una en Holanda y otra en Bélgica. El trasvase a viales se realiza en Italia y Alemania. En esta segunda fase, nuestra capacidad es plena. No hay problemas. Estos han surgido en la fabricación de la sustancia.
P. ¿Problemas que se podían prever?
R. Básicamente, tenemos cultivos de células. Enormes cisternas de 1.000 o 2.000 litros. Inyectamos el virus y son esas células las que producen la vacuna. Es un proceso de producción biotecnológica. Algunas cisternas tienen alto rendimiento y otras bajo rendimiento. En Europa, en particular, una de las plantas —igual que en la de Estados Unidos— ha tenido un bajo rendimiento. Básicamente, responde al hecho de aumentar la escala de producción como lo estamos haciendo, que nunca se había hecho hasta ahora. Hablamos de miles de millones de dosis a mucha velocidad. Nuestra mejor planta produce hasta tres veces más vacuna en sus cisternas que la peor de las plantas. Ha sido mala suerte. No hay ningún misterio en ello. Las plantas con menor rendimiento son las que suministran a Europa. No lo hemos hecho a propósito. Yo soy europeo, llevo a Europa en el corazón. Y nuestro presidente es sueco, también europeo.
P. ¿Pero era previsible entonces?
R. Nosotros adoptamos el proceso de fabricación que nos dio la Universidad de Oxford, que estaba produciendo una buena vacuna, pero no a escala industrial. Solo podía producir cantidades para sus ensayos clínicos. Tuvimos que modificar el proceso para ser capaces de producir miles de millones de dosis. A un coste y a una velocidad razonables. Tuvimos que realizar transferencias tecnológicas. Entrenar en el nuevo proceso a cada uno de nuestros socios. Algunos eran nuevos en todo esto, y no tan eficaces como otros.
P. El Reino Unido va a recibir todas las dosis que encargó.
R. Porque el Reino Unido firmó el contrato tres meses antes que la UE. Tuvimos ese tiempo extra para reajustar todos los fallos que íbamos detectando. ¿Me hubiera gustado que todo fuera mejor? Por supuesto. Pero si entregamos en febrero las cantidades que tenemos previstas, no será un volumen pequeño. Vamos a entregar millones de dosis a Europa. Asumimos toda la responsabilidad por lo ocurrido. Queremos mejorar y tenemos a miles de personas trabajando a pleno rendimiento. Muchos ni siquiera disfrutaron sus vacaciones navideñas. No estoy pidiendo que sientan pena por nosotros, pero lo hacemos lo mejor que podemos. Es un proceso complicado y a una gran escala.
P. Asegura que la UE recibirá una cantidad razonable de dosis en febrero. ¿Puede ponerle cifra a eso?
R. En cuanto obtengamos la aprobación [de la Agencia Europea del Medicamento], en los próximos días, enviaremos inmediatamente tres millones de dosis a Europa. El siguiente envío será una semana después, y luego otro más en la tercera o cuarta semana de febrero. El objetivo es entregar 17 millones de dosis en febrero. Eso supondrá, aproximadamente, unos tres millones para Alemania, 2,5 millones para Italia y unos 2 millones para España, por ejemplo.
De febrero en adelante seremos capaces de producir unos 100 millones de dosis al mes, que no es una cantidad pequeña. La mayoría de las vacunas tienen una producción de 100 millones al año. Eso nos llevará a un ritmo anual de 1.200 millones de dosis. Y seguirá creciendo. Europa se va a llevar el 17% de la producción en febrero, a pesar de que supone el 5% de la población mundial.
P. La Comisión Europea quiere controlar las exportaciones de vacunas desde el territorio de sus socios. Existe la sospecha de que AstraZeneca esté vendiendo a otros países en busca de un mayor beneficio económico.
R. Esa sugerencia sencillamente no es cierta. No obtenemos beneficio en ningún lado. Ese fue el planteamiento inicial. Eso fue lo acordado. Ese fue el pacto con la Universidad de Oxford. Así se redactó el contrato. Las ligeras variables geográficas en el precio dependen del coste de la materia prima. Tenemos una cadena de suministro en Brasil, otra para América Latina y otra más para el sureste asiático. Los costes locales son diferentes. Pero, más o menos, el coste es de tres o cuatro dólares en todas partes.
P. Pero la suspicacia existe, es evidente.
R. Los Gobiernos están muy presionados. Todo el mundo está siendo muy emocional con este asunto. Lo entiendo. La gente quiere ser vacunada. Está cansada. La población de Europa lleva un año sometida a un fuerte estrés. Entiendo las quejas de la Comisión Europea, porque está gestionando el proceso para toda Europa. Pero le aseguro que no es cierto que estemos arrebatando a los europeos sus vacunas para venderlas con mayor beneficio en otros sitios. Sería algo que no tendría ningún sentido y arruinaría el espíritu del acuerdo inicial.
P. ¿Ve sentido a que se controlen las exportaciones?
R. Necesitamos vacunar al mayor número posible de personas en todo el mundo. Si dejas que el virus se propague, se multiplicará y mutará en diferentes poblaciones. Por eso es importante, como la misma UE ha dicho, que se asegure el suministro global de una manera rápida y justa. Que ahora digan que van a controlar las exportaciones es lo contrario a lo que dijeron hace unos meses. Nuestras cadenas de suministro tienen un esquema regional, pero también manejamos ese suministro de un modo global.
P. Algún país, como Italia, ha amenazado con emprender acciones legales contra AstraZeneca.
R. No quiero emitir ningún juicio sobre lo que se ha dicho o dejado de decir. Puedo decirle lo que se estableció en el contrato, que era muy claro. Nuestro compromiso fue, y cito textualmente, que haríamos our best effort [nuestro mayor esfuerzo]. Hay muchas emociones en juego ahora mismo, y lo entiendo. La gente quiere la vacuna ya. Ahora. Hoy mismo. Pero es un proceso complicado. Estamos llegando al objetivo. En dos o tres meses lograremos la escala de producción pretendida.
P. ¿Y no se plantean redistribuir la producción actual? ¿No se podrían enviar a la UE parte de las vacunas producidas en el Reino Unido?
R. El contrato con el Reino Unido se firmó tres meses antes que el de la UE, como le he dicho. Ya puede imaginarse que el Gobierno británico quiere que los suministros producidos allí vayan allí primero. Y así es como es. En el acuerdo con la UE se menciona que las plantas británicas pueden ser una opción para Europa, pero más tarde. La vacuna fue desarrollada con el Gobierno del Reino Unido, a través de la Universidad de Oxford. Establecieron que los primeros suministros serían para ellos, y creo que es justo.
P. Si asumimos finalmente que habrá retrasos en las vacunas, ¿tendría sentido la estrategia del Reino Unido de ampliar hasta 12 semanas el tiempo entre la primera y segunda dosis para proteger a un mayor número de personas?
R. Creo que la estrategia del Reino Unido es absolutamente la correcta, al menos con nuestra vacuna. No puedo comentar nada sobre la de Pfizer, cuyos estudios se realizaron para un intervalo de tres semanas. En el caso de la de AstraZeneca, creemos que la eficacia de una primera dosis es de un 100% frente a la posible enfermedad severa y hospitalización y de un 71-73% en general. La segunda dosis es para la protección a largo plazo, y resulta más eficaz si se suministra más tarde. Nuestra tecnología es diferente. En el nivel genético de producción de anticuerpos, resulta más elevado si la segunda dosis se recibe dos o tres meses después.
P. ¿Protegerá su vacuna frente a la variante sudafricana del virus?
R. La vacuna de Moderna, según los datos que ellos mismos han publicado, tiene un menor efecto neutralizador del virus, pero creen que sigue siendo suficiente alto, mucho más que el desarrollado por aquellos que ya han pasado la enfermedad. Nosotros no tenemos aún los resultados del estudio —los tendremos pronto— pero creo que es lógico esperar que sean similares. Y estamos trabajando además con la Universidad de Oxford para dar una respuesta específica a esa variante, que debería estar lista para septiembre.
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