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La tensión entre la UE y los laboratorios se dispara por la falta de claridad en los envíos de vacunas

Bruselas avisa a las farmacéuticas de que tendrá listo el nuevo mecanismo de control de suministros al extranjero antes de que acabe la semana

Una sanitaria extrae una dosis de la vacuna de AstraZeneca en Brighton (Reino Unido) este martes.
Una sanitaria extrae una dosis de la vacuna de AstraZeneca en Brighton (Reino Unido) este martes.BEN STANSALL (AFP)

La relación de la Unión Europea con las farmacéuticas, y con AstraZeneca en particular, se agria por momentos. La Comisión Europea ha exigido este martes que los laboratorios suministren “cuanto antes” las dosis contratadas de las vacunas contra la covid-19, y mantiene la presión sobre la empresa anglosueca para que explique el retraso en los despachos anunciado repentinamente el pasado viernes. El acuerdo de la UE con AstraZeneca contempla la adquisición de al menos 300 millones de dosis, con una opción por 100 millones adicionales.

Bruselas no acusa abiertamente a la compañía de haber exportado los viales a terceros países, pero advierte de que antes del fin de semana habrá diseñado un “mecanismo de transparencia” que obligará a los laboratorios a notificar por adelantado la salida de su producción en suelo europeo con destino a otros países. El sistema permitirá a las autoridades europeas comprobar si la falta de suministro se debe a una caída de la producción, como esgrimen las compañías, o al desvío de las dosis hacia otros mercados. AstraZeneca tiene su sede en Cambridge (Reino Unido), pero parte de la producción de la vacuna se realiza en la UE.

“Europa ha invertido miles de millones para ayudar a desarrollar las primeras vacunas de la covid-19 del mundo (…) y ahora las compañías deben cumplir”, ha señalado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante una intervención en el Foro Mundial de Davos. “Deben cumplir sus obligaciones, por eso estableceremos un mecanismo de transparencia en la exportación”, ha advertido la presidenta.

El choque entre la Comisión y AstraZeneca se tradujo este lunes en telefonazos y tensos encuentros entre las autoridades europeas y los representantes de la compañía. La segunda y última cita de la jornada, hacia las nueve de la noche, terminó tan mal como la anterior. “Las discusiones con AstraZeneca han resultado insatisfactorias por la falta de claridad y las explicaciones insuficientes”, lamentó la comisaria europea de Sanidad, Stella Kyriakides, al término del encuentro.

La Comisión ha citado a la compañía para este miércoles en un nuevo intento de que AstraZeneca, que desarrolló su vacuna con la Universidad de Oxford, “detalle sus planes de entrega y cuándo distribuirá [las vacunas] a los Estados miembros”. La tensión sube por momentos a medida que las campañas de vacunación se retrasan en la mayoría de los países de la Unión y el conjunto del club pierde terreno en relación con otras zonas del planeta. Hasta ahora, la UE solo ha conseguido vacunar al 2% de su población, mientras que el Reino Unido ya supera el 10%, y Estados Unidos el 6%.

La primera consecuencia del choque con AstraZeneca será el establecimiento de un régimen europeo de comunicación previa de las exportaciones de vacunas producidas en territorio comunitario. El sistema, que Bruselas quiere tener definido antes del fin de semana, “requerirá que las compañías notifiquen su intención de exportar [vacunas]”, ha señalado la Comisión este martes. La transparencia, según el organismo, “permitirá a las autoridades y a la opinión pública saber exactamente hacia dónde se dirigen las exportaciones”.

Bruselas insiste en que el objetivo del nuevo mecanismo “no será bloquear las exportaciones, solo saber su destino”. Pero la presión política podría redoblarse sobre los laboratorios si la carencia de dosis en Europa coincide con la venta de producción europea a terceros países. La Comisión precisa que, en todo caso, el mecanismo no afectará a la exportación de viales por razones humanitarias. La vacuna de AstraZeneca todavía no ha sido aprobada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), aunque se espera que obtenga la licencia en la reunión del comité científico del viernes 29.

“La UE ha invertido dinero en estas compañías para tener garantizado que puede acceder a las dosis comprometidas”, defiende el portavoz de la Comisión. “Si las dosis no llegan, tenemos todo el derecho del mundo a preguntar a las compañías por qué es así”, añade la misma fuente.

El recorte de la producción anunciado por AstraZeneca rondaría el 60%, según un alto funcionario europeo citado por Reuters, pasando de los 80 millones de dosis pactados a 31, y estaría relacionado con problemas de producción en la fábrica belga de la compañía Novasep, con la que se ha asociado.

El recorte en la producción pone en aprietos a la UE porque muchos países habrían priorizado este pinchazo en sus pedidos frente a otros fármacos: su coste, menor a los dos euros, según la filtración de una ministra belga, lo convierte en el más barato de la cartera europea y se parece más a las vacunas tradicionales que los pinchazos de Pfizer o Moderna, por lo que no requiere de la compleja infraestructura logística de estas.

Retraso de Pfizer

Los problemas también se acumulan con la vacuna desarrollada por BioNTech y Pfizer, la primera autorizada por la UE. La compañía anunció también un retraso en el envío de dosis, que atribuyó a un cambio en la línea de producción de su fábrica en Bélgica para aumentar su capacidad en el futuro.

Los ministros de Salud de los países nórdicos y bálticos han llegado a enviar una carta a la comisaria de Salud, Stella Kyriakides, exigiendo explicaciones: “La situación es inaceptable”, dice la misiva fechada la semana pasada, a la que ha tenido acceso EL PAÍS. “No sólo afecta a los calendarios de vacunación previstos, sino que también disminuye la credibilidad del proceso”.

La caída en la producción se ha visto compensada, en parte, por la decisión de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) de autorizar la extracción de seis dosis de cada vial, en lugar de las cinco previstas inicialmente. El cambio permitirá a la compañía facturar seis dosis por vial incluso a los países que no dispongan de las jeringuillas adecuadas para extraer esa inyección adicional.

La Agencia de Salud de Suecia, sin embargo, ha anunciado este martes que suspende los pagos a Pfizer mientras se aclara la situación con esta dosis extra, según ha publicado el diario Dagens Nyheter. “Es inaceptable”, ha declarado Richard Bergstrom, coordinador de vacunas de Suecia. “Si un país solo tiene la oportunidad de sacar cinco dosis, habrá recibido menos dosis por el mismo precio”. El gobierno Sueco ha solicitado a la Comisión que aclare la situación.

El Ejecutivo comunitario ha recordado este martes que los contratos de adquisición de vacunas están calculados en dosis y no en viales, por tanto, BioNTech y Pfizer están en su derecho de facturar por cada pinchazo disponible. En este caso, además, la Comisión parece ponerse de parte del laboratorio porque recuerda que los Estados pueden adquirir el instrumental necesario para extraer el máximo provecho de los viales a través del organismo comunitario.

“Hemos cerrado ya una licitación pública para adquirir el material sanitario adecuado y está a disposición de los Estados miembros”, ha señalado un portavoz de la Comisión. “Tenemos disponibles varios cientos de millones de las jeringuillas” que permiten extraer la sexta dosis, ha añadido la misma fuente.

Sanofi producirá más de 100 millones de dosis de la vacuna de Pfizer este año

En la carrera por las vacunas contra el coronavirus no todo son obstáculos o zancadillas. El gigante farmacéutico francés Sanofi ha llegado a un acuerdo con sus rivales Pfizer/BioNTech para ayudar a producir más de cien millones de dosis de su vacuna este año, según ha anunciado el director general de la compañía gala, Paul Hudson, en el diario Le Figaro.

 

“Como llevamos un retraso de varios meses sobre nuestra vacuna principal, nos preguntamos cómo podíamos hacernos útiles ahora, cómo participar de otra manera en el esfuerzo colectivo para salir más rápidamente de esta crisis”, explica Hudson en entrevista con el rotativo galo. “Estudiamos las diferentes opciones posibles antes de acercarnos a Pfizer/BioNTech, con los que hemos firmado un acuerdo este martes”, agrega.

 

Dicho acuerdo, según Hudson, prevé el uso de la fábrica de Sanofi en la ciudad alemana de Fráncfort para envasar la vacuna de Pfizer/BioNTech “a partir del mes de julio”. Ambos equipos, asegura el directivo, están ya manos a la obra para preparar esta colaboración que, asegura, debería permitir que Sanofi sea capaz de “proporcionar más de cien millones de dosis antes de fin de año, que serán destinadas a la Unión Europea, así que también a Francia”.

 

La puntualización no es gratuita. Hudson provocó la ira francesa al más alto nivel, la del presidente Emmanuel Macron, cuando, a mediados de mayo del año pasado, dijo que Estados Unidos debería tener acceso prioritario a su vacuna, en caso de que fuera la primera para hallar un remedio, porque fue el primero en financiar a la empresa de origen francés. No solo no han sido los primeros, sino que Sanofi además sufrió otro revés el pasado diciembre, cuando anunció que su vacuna va con retraso y que solo estará disponible a finales de año, debido a unos resultados menos buenos de lo que preveían.

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