Siete mil hombres de negro y una novia en plena pandemia en Nueva York
El alcalde sanciona con una multa la celebración de una boda multitudinaria en una sinagoga ultraortodoxa
Una multa de 15.000 dólares (unos 12.500 euros) parece poco para sancionar el atentado contra la salud pública que resultó ser, el pasado 8 de noviembre, la celebración de una boda en una sinagoga de Williamsburg, en Brooklyn (Nueva York). Cuando el resto de los templos, sin distinción de fe, tienen limitado su aforo al 50% para atajar la transmisión del coronavirus, los esponsales de Yoel Teitelbaum, el nieto de un importante rabino de la secta jasídica Satmar, reunieron a varios miles de personas -la capacidad del recinto es de 7.000-, convocadas boca a oreja para burlar la vigilancia de las autoridades, y que bailaron y cantaron durante horas amontonadas, sin mascarillas ni distancia de seguridad, cuando la ciudad bordea la segunda ola de la pandemia. El vídeo de la celebración, divulgado este fin de semana y que corrió como la espuma por las redes sociales, muestra a miles de hombres vestidos de negro, con levitas y vistosos sombreros de piel, y una mancha blanca en el estrado, inmóvil, la novia, de la que solo se sabe que se llama Miriam. Las invitadas asistían al espectáculo recluidas en el gallinero.
Además de la sanción económica, las autoridades de Nueva York han ordenado también el cese cautelar de actividades de la sinagoga, en el epicentro de la comunidad ultraortodoxa jasídica de Nueva York, con amenaza de cierre permanente “si siguen sucediendo cosas inapropiadas”, ha dicho este martes el alcalde, Bill de Blasio. Como contó a posteriori el diario en yidis Der Blatt, órgano de la secta Samar -a la que pertenece el Gran Rabino Aaron Teitelbaum, el abuelo del novio-, los preparativos constituyeron casi un secreto de Estado para ocultar la convocatoria “a la prensa voraz y los funcionarios del Gobierno [local]”, según la traducción del diario New York Post. “Debido a la actual situación de restricciones por parte del Gobierno, los preparativos se hicieron en secreto y discretamente, para no llamar la atención de extraños, sin carteles en la sinagoga ni envío de invitaciones por correo electrónico, ni siquiera una nota de sociedad en una publicación como esta”, añade el medio judío, contrito por haberse tenido que morder la lengua para no poner a nadie sobre aviso.
A huge mask-free hassidic wedding with thousands of guests was organized in New York by word-of-mouth alone, without any press or government officials finding out beforehand.
— The Jerusalem Post (@Jerusalem_Post) November 22, 2020
Read the full details at https://t.co/ARWQVToliW pic.twitter.com/MfDvf8d1Ob
En octubre las autoridades locales ordenaron la cancelación de otra gran boda ultraortodoxa en Williamsburg, la de un nieto del Gran Rabino Zalman Teitelbaum, a la sazón hermano y rival de Yoel Teitelbaum, tras anunciarse a bombo y platillo que esperaba reunir a 10.000 invitados. El rabino Zalman, líder también de la secta Satmar -la retratada en la serie televisiva Unorthodox-, consideró la suspensión de la boda “un ataque injustificado” a su comunidad, de ahí que su hermano y enemigo decidiera imponer el máximo secretismo en torno a la convocatoria para evitar que las autoridades frustraran la fiesta.
La comunidad ultraortodoxa de Nueva York está en el punto de mira de las autoridades tras verse asociada a varios brotes de la enfermedad. Tras un parón de varias semanas en julio, por el calendario litúrgico, la reanudación de la temporada de bodas con ceremonias multitudinarias y sin limitación de aforo condujo a un pico de rebrotes en septiembre y octubre, lo que obligó a las autoridades a incrementar las restricciones en varios distritos de la ciudad, declarados zonas rojas. Los ultraortodoxos, que denuncian un sesgo antisemita en las medidas, han abogado públicamente por desdeñar toda recomendación sanitaria, incluido el simple uso de mascarillas. No extraña, por tanto, que el propio responsable de la sinagoga sancionada, que había recomendado reiteradamente a sus fieles que ignoraran las medidas de seguridad, muriera el mes pasado víctima de la covid-19.
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