El Gobierno pide a Madrid actuar con “determinación” y ofrece 7.500 soldados

La rápida propagación de la segunda ola del coronavirus en Madrid llevó el jueves al Gobierno a ofrecer al Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso que utilice a 7.500 militares en labores de rastreo, desinfección y logística; más recursos sanitarios; y el asesoramiento del instituto Carlos III o del Centro de Alertas y Emergencias. “Vienen semanas duras en Madrid, y, por tanto, hay que actuar con determinación para tomar el control de la pandemia en esta comunidad”, advirtió el ministro de Sanidad, Salvador Illa, antes de que el Ejecutivo regional aclare este viernes si finalmente amplía a más áreas las restricciones a la movilidad que afectan desde el lunes a la actividad de más de 850.000 personas.

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“La situación en Madrid está mal. Cualquier escenario es posible. No se puede descartar un confinamiento más amplio, ni medidas nuevas”. Ese es el mensaje que transmitió este jueves el Gobierno en una reunión que citó a la ejecutiva socialista de Madrid, liderada por José Manuel Franco, con Ángel Gabilondo y los ministros Salvador Illa, Carolina Darias y Reyes Maroto. “Ahora hay que luchar unidos, con lealtad y apoyo al Gobierno de Madrid”, abundó.

Con más de 100.000 contagiados desde el 1 de agosto, y ya 3.215 ingresados en sus hospitales, los gestores de Madrid vuelven a encontrarse frente al abismo de una crisis sanitaria, económica y social. Desde el lunes, los residentes en 37 zonas básicas de salud que se distribuyen entre seis distritos de la capital y otros siete municipios tienen su movilidad restringida (aunque pueden ir a trabajar, a estudiar o al médico), no pueden acceder a parques y jardines, y han visto cómo se ordenaba el cierre de los comercios a las diez de la noche.

¿Es eso suficiente para contener la enfermedad? El Gobierno regional, que optó por una intervención quirúrgica, tiene asumido que no. Con todas esas medidas aún pendientes de la autorización judicial, y apoyadas este jueves por la Fiscalía, estudia que al menos otras 16 zonas de salud de siete municipios pasen a tener restricciones parecidas, porque ya cumplen con el requisito de que en los 14 últimos días se hayan detectado más de 1.000 contagios por cada 100.000 habitantes.

Las medidas, ya lo dijeron los expertos cuando se anunciaron, se han puesto en marcha demasiado tarde. Varios de ellos creen que el confinamiento de toda la ciudad es inevitable en unos días.

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37 zonas confinadas. El cierre perimetral de 37 zonas tiene dos problemas, según los expertos. Primero, debería haberse hecho antes, cuando la incidencia no estaba tan disparada. Segundo, y relacionado con lo primero, el contagio está ya tan extendido que “la tasa de incidencia es altísima en toda la ciudad y en toda la comunidad”, recuerda Ildefonso Hernández, portavoz de Sespas. “Hay pocos sitios por debajo de 300 casos por 100.000 habitantes, es decir, casi toda la comunidad necesita medidas amplias”. A ello se añaden las dudas sobre la efectividad de un confinamiento con tantas excepciones. Las zonas restringidas son de renta baja y con poca implantación del teletrabajo: las salidas y entradas son continuas.

Controles. Aun suponiendo que la medida fuera efectiva, un confinamiento perimetral requiere controles del perímetro. Es evidente que Madrid no cuenta con suficiente personal para vigilar que las salidas y entradas estén justificadas: el Gobierno regional ha solicitado 222 policías y guardias civiles para tareas de inspección y aplicar sanciones en caso de incumplimiento.

Parques cerrados. Ninguno de los epidemiólogos consultados entiende la decisión de cerrar los parques en zonas con alta densidad de población, mientras los bares y restaurantes permanecen abiertos con menos aforo. Hernández concede que pueden convertirse en zonas de alta interacción de personas, y por tanto, con riesgo de contagio, pero asegura que lo hay que hacer es controlarlos. “Además, es al aire libre y se ve. El interior de las casas de apuestas no lo vemos. ¿Entran los guardias a comprobar?”, se pregunta.

Transporte público. Además de los errores, o malas decisiones de Madrid, los expertos enumeran otras medidas que echan en falta. Las imágenes del vicepresidente madrileño inaugurando un dispensador de gel hidroalcohólico en una parada de metro seis meses después de la declaración del estado de alarma por la pandemia ha impactado al epidemiólogo Jesús Molina Cabrillana: “Echo de menos que aumenten las frecuencias de los trenes en horas punta para disminuir el hacinamiento y asegurar la distancia. Eso sí es más importante”, subraya.

Aislamiento. La Comunidad de Madrid está haciendo casi 15.000 pruebas PCR cada día. Y tiene la peor positividad de España, un 23%, lo que quiere decir que prácticamente una de cada cuatro da positivo. La OMS considera que para tener una epidemia bajo control ese porcentaje debe estar por debajo del 5%. Además, se van a hacer test masivos, lo que aumentará el número de positivos. ¿Podrán todos ellos hacer la cuarentena correctamente? ¿Sus contactos estrechos tendrán posibilidad de aislarse? El plan de Madrid no menciona aún la puesta en marcha de decenas de hoteles medicalizados, como durante la primera ola, ni de otras instalaciones que pudieran funcionar como arcas de Noé para que pasen allí la cuarentena quienes no puedan hacerlo en su domicilio.

“Las medidas de confinamiento deberían acompañarse de medidas orientadas a intervenir sobre las condiciones de vida de cada barrio”, dice José Miguel Carrasco, vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Epidemiología. Es decir, “deberían acompañarse de instalaciones para afrontar el problema de hacinamiento en las viviendas, incremento de las frecuencias de transporte público, etcétera”, añade.

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La infraestructura de los test masivos. Díaz Ayuso anunció que esta semana empezarían los test a los más de 850.000 habitantes de las 37 zonas confinadas. No dijo cómo se haría tal cantidad de pruebas a lo largo de pocos días; todo parece indicar que no lo sabía, porque el miércoles su Ejecutivo pidió “apoyo militar urgente” al Gobierno. La realización de las pruebas, por tanto, se retrasa a la próxima semana. La ministra de Defensa, Margarita Robles, contestó este jueves ofreciendo 7.500 efectivos, pero dijo que aún no se los habían solicitado formalmente. Médicos de atención primaria llevan semanas pidiendo que las pruebas PCR se saquen de los centros de salud y se instalen carpas o dispositivos autocovid como han hecho otras comunidades. Con más motivo en el caso de los test masivos en las zonas afectadas, donde los centros ya están desbordados.

“Deberían hacerse en puntos independientes de los centros y por profesionales que no pertenezcan a la plantilla de atención primaria”, opina José María Molero, de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia. “Los resultados deberían comunicarse directamente a la población. En caso negativo, se le indicaría que no necesita seguimiento. En caso positivo, ese mismo sistema debería aconsejar aislamiento de 10 días y remitir al centro de salud si tiene síntomas o necesita baja laboral”, añade.

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