China eleva la protección del pangolín al máximo
La caza y comercialización del animal, el mamífero más traficado del mundo, estará penada con cárcel
El mamífero más traficado del mundo podría dejar de serlo tanto a partir de ahora. China ha incluido en su lista de especies más protegidas al pangolín, en el mismo nivel que los pandas. El animal ya contaba con algún grado de protección, pero este ahora se eleva al máximo que contempla la ley. Cazar, traficar, matar o comerciar con productos de este pequeño mamífero cubierto de escamas estará penalizado a partir de ahora con penas de cárcel de hasta 10 años. Las autoridades farmacéuticas también han retirado de la lista de ingredientes autorizados para su uso en la medicina tradicional china las escamas de esta criatura, de la que se ha conjeturado que pudo ser el intermediario en la transmisión del coronavirus SARS-CoV-2 de los murciélagos al ser humano.
Ambas medidas se consideran claves para la supervivencia de esta especie, y de la que se calcula que se consumen al menos 200.000 ejemplares anuales. La carne de este mamífero de aspecto muy característico se considera un manjar en China y otras naciones asiáticas, y las escamas, según la medicina tradicional, son buenas para reducir inflamaciones, estimular la lactancia y la libido, entre otras propiedades. Hay ocho especies de pangolines, cuatro de ellas africanas, y todas están en peligro de extinción, según la ONU. Cinco de esas especies están en situación crítica.
Aunque existen aún algunos ejemplares en libertad en el ecosistema chino, la caza y su consumo habían diezmado la población dentro del territorio de este país. A finales de los años noventa se calcula que había unos 60.000 pangolines en 11 provincias, pero esa cifra se ha reducido en un 90%, según el Comité para la Supervivencia de las Especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Entre los planes del Gobierno chino se encuentra el aumento de patrullas para proteger a los ejemplares que aún quedan, y sanear y recuperar su hábitat para conseguir que aumente su número. La IUCN considera a este animal “críticamente amenazado” dentro de China.
A medida que el animal había ido desapareciendo de Asia, se había creado un vasto mercado para la caza y tráfico de esta especie en África. Solo el año pasado las autoridades incautaron diversas partidas por un total de cerca de 130 toneladas, que dependiendo del tipo de pangolín puede representar hasta 400.000 ejemplares., según la ONG WildAid
Las medidas se suman a una serie de normas que ha adoptado o endurecido Pekín este año tras el estallido de la pandemia de covid-19, que tuvo su foco original en la ciudad china de Wuhan. Inicialmente se vinculó la aparición de ese foco a un mercado de animales salvajes, desde entonces cerrado. En febrero, el Gobierno prohibió el comercio y consumo de animales salvajes y se ordenó el cierre de mercados similares al de Wuhan. El mes pasado emitió una lista de especies consideradas aptas para la ganadería y el consumo humano. El primer ministro, Li Keqiang, ha asegurado que “la caza ilegal y el tráfico de animales salvajes recibirá castigos muy duros”. El presidente del parlamento chino, Li Zhanshu, ha asegurado que él personalmente encabezará equipos de inspección para garantizar que se cumplen esas normas.
“El aumento de la protección, junto al cierre de mercados de animales salvajes vivos y la eliminación de muchas especies salvajes de la lista de lo que se puede consumir como alimento en China ya eran pasos muy positivos para salvar al pangolín en todo el mundo y reducir la posibilidad de que pudieran convertirse en algún momento en vectores de transmisión de enfermedades. Este anuncio de ahora, que en la práctica elimina la venta legal de escamas de pangolín, elimina el último vacío legal en los esfuerzos para proteger a estos animales”, ha declarado el director ejecutivo de WildAid, Peter Knights.
China comenzó a prohibir la caza de pangolines en 2007 y las importaciones comerciales de este animal y sus productos en 2018, según ha publicado el periódico Global Times.
Aunque algunos científicos han encontrado en los pangolines de tipo Sunda un tipo de coronavirus similar al causante de la covid-19, lo que les ha hecho sospechar que pudieron ser el intermediario en la transmisión de murciélagos a humanos, nunca se ha llegado a una conclusión definitiva y otros expertos han puesto en duda esa posibilidad.
“Tanto si se demuestra que los pangolines fueron la especie vector de la covid-19 como si no, el comercio y el consumo de estos animales representa un riesgo significativo de introducción de una enfermedad nueva, y debemos movernos para eliminar este riesgo lo más rápidamente posible”, ha declarado Knights.
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