La España que se prepara para la desescalada

España se prepara para adaptarse a las mejoras que supone en la vida cotidiana la fase 1 de la desescalada, sobre todo en comercios y locales abiertos al público.

Canarias. En Santa Cruz de Tenerife, la reapertura de terrazas se prevé paulatina. Apenas una decena de dueños se animarán este lunes a abrir las puertas de sus restaurantes, por temor a que los gastos superen los ingresos. Carmen Hermoso y su marido sí lo harán, puesto que llevan una semana preparando comida para llevar. “Arrancamos ya o no hay quien salga para adelante”, explica la dueña, de 53 años. Hermoso es positiva, aunque cautelosa cuando recuerda que la mayoría de su clientela es “de la zona”. Desde que avisó de que abriría, no ha parado de recibir reservas. Así, las 10 sillas de su terraza (la mitad del aforo) estarán ocupadas. Con los guantes y las pantallas de plástico faciales preparadas, el miedo no está en el contagio por exposición al público, sino que un rebrote “obligue a dar pasos para atrás”.

En pleno centro de la isla vecina, Gran Canaria, también reabrirá la terraza del Géiser. Su dueño, Fran Acosta, reconoce estar nervioso aunque deseoso de activar un negocio “que en 25 años no ha cerrado ni por Navidad”. Los nueve empleados de Acosta, acogidos a un ERTE, irán reincorporándose al trabajo “escalonadamente”. El lunes volverán tres y el miércoles otros dos. “Luego iremos viendo, en función de la demanda”, explica el propietario. Acosta trabaja con más de 80 firmas de cerveza, de las que varias se han ofrecido a reponer la mercancía caducada, “que será cerca del 30%”, lamenta. En su terraza, las 30 sillas esperan colocadas y los nuevos menús virtuales lucen plastificados en formato QR en la esquina de las mesas. Todo listo para una cerveza al sol.

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País Vasco. El 27 de abril apenas levantaron la persiana el 15% de los comercios vascos. Este lunes lo van a hacer, ya con menos restricciones, más del 70%. Un pequeño porcentaje no ha resistido el parón y no volverá a abrir, aseguran las asociaciones del sector. “Menos restricciones sí, pero dudas muchas”, asegura Sara Camuiñas, la responsable de Generación X, un comercio de ropa juvenil del centro de Vitoria. “Ahora no hace falta cita previa, pero estamos estudiando mantener algunos días sin limitaciones y otros días con citas previas, tenemos que ir día a día”, explicaba mientras preparaba el escaparate para abrir este lunes. Mónica Otxotorena, la propietaria de la tienda de moda de San Sebastián M8T, desinfectaba el domingo el escaparate y la ropa del interior con una máquina de vapor. “Hay muchas incertidumbres, pero tenemos muchas ganas y ánimo para empezar, y eso que hasta ayer no llegó el material sanitario, y no hemos podido recibir los guantes”.

Las asociaciones de comerciantes critican que los cambios de criterio respecto de las aperturas están creando mucho desconcierto en los clientes, por lo que reclaman que las ayudas lleguen lo antes posible y a través de mecanismos claros y sencillos, porque todavía no han comenzado a cobrar del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). “Nosotras vamos a empezar dos de las cinco de plantilla, las demás siguen en un ERTE”, explica Maider Muñoz, la tercera generación de Almacenes Garibay, en el centro de San Sebastián. “Tenemos miedo a que los gastos de abrir superen a los ingresos, son todo incertidumbres”, señala.

Andalucía. El Museo de Bellas Artes de Sevilla se prepara estos días para reabrir sus puertas, pero de momento sin fecha concreta porque faltan cabos que atar para garantizar la seguridad de visitantes y empleados. La pinacoteca más importante de España tras el Museo del Prado busca recuperar parte de sus 430.000 visitantes de 2019, pero prima la seguridad. “Mi impresión es que los museos abrirán el 25 de mayo, aunque si pudiéramos estar preparados el 18… En principio todos abrirán al mismo tiempo”, avanza Mar Sánchez, secretaria general de Innovación Cultural y Museos de la Junta andaluza, de quien depende el museo.

Tanto el Bellas Artes como los otros 15 museos que gestiona el Gobierno andaluz han elaborado durante el confinamiento un “plan de vuelta” con las necesidades de información al visitante, los cambios de recorrido, las distancias de seguridad y los equipos de protección disponibles para público y trabajadores. “Hay espacios tan pequeños que solo entraría una persona, la casuística es enorme”, matiza Sánchez. De momento, el mayor escollo para la reapertura es la negociación entre la Junta y los sindicatos para garantizar la seguridad.

Así, el sector cultural sevillano se prepara para recuperar la normalidad, pero la apertura de bibliotecas y museos, y el regreso de los 119 rodajes paralizados en la región, según la Plataforma del Audiovisual Andaluz, se retrasará unos días.

Cataluña. Los municipios más turísticos del litoral de Tarragona, caso de Salou, Cambrils y La Pineda, se preparan para desprecintar bares, restaurantes y terrazas a partir de este lunes. No se suman a la reapertura los hoteles, que con la movilidad aún bajo mínimos no ven rentable arrancar una temporada que ya lleva estampado el sello de fiasco. “Es un suicidio y una incoherencia abrir con estas condiciones”, dice Xavier Roig, responsable de siete hoteles, repartidos entre Salou, Calafell, Hospitalet de l’Infant y Comarruga. Critica que, de momento, solo se podrá dar alojamiento a clientes de la misma provincia porque los desplazamientos de mayor distancia siguen prohibidos. “¿Quién se aloja en un hotel que tiene a un centenar de kilómetros de su casa?”, se pregunta. En este sentido, Roig mantiene que sus negocios, igual que la mayoría de establecimientos hoteleros de la costa de Tarragona, tienen previsto seguir cerrados hasta que se entre de lleno en la fase 4, en principio, para finales de junio. “¿Para qué vamos a abrir antes si no va a haber demanda?”, insiste. A la imposibilidad de alojar turistas nacionales y extranjeros se suma que un gran reclamo de visitantes como es el complejo de ocio Port Aventura sigue cerrado.

Galicia. Después de dos meses de estado de alarma en que los caballos del Centro Ecuestre Rebeca Román, en el municipio de Teo (A Coruña), “perdieron peso y musculatura” por falta de ejercicio, algunos de los dueños de estos animales pudieron empezar a visitarlos y montarlos, con cita previa, desde mediados de la semana pasada. En la fase 1, la actividad del club podrá ampliarse, pero la responsable dice que todavía no sabe “en qué condiciones”, porque “la norma es difusa”. “Esperaremos a que los políticos se aclaren para volver a las clases”, anuncia. “Aparentemente esta fase resulta más restrictiva que la cero”, que “permitía un caballo en pista por cada 200 metros, y de esa manera en la mía podían entrar 10”. Desde este lunes, sin embargo, se permiten “una o dos personas por actividad”, por ejemplo, un jinete y un monitor, “sin más detalles”. “En la fase 0, los entrenadores no podíamos entrar en la pista. Ahora sí, siempre que sea necesario”, agrega. Pero, por ahora, Rebeca Román espera “más definición” para saber cómo se pueden abordar las clases de equitación para los niños, “con los que no hay distancia de seguridad que valga” porque necesitan ayuda constante.

Otra preocupación es la de cómo van a reaccionar a partir de ahora los animales, porque “los caballos se asustan con las mascarillas”. Son “sensibles, inteligentes”, cuenta. Durante el confinamiento de los jinetes “estaban tristones”, y la semana pasada, el primer día que acudieron los propietarios de algunos de ellos “salieron supercontentos” a cabalgar.

También en la fase 0, los dueños de algunos caballos que cuida Román pudieron cambiar de municipio para acudir al centro ecuestre “siempre que llevasen en el coche, además de la mascarilla, la licencia federativa, el DNI y una especie de salvoconducto del club que facilitó la federación”. La hípica se podía practicar en las franjas horarias reservadas para el deporte (de 6 a 10 y de 20 a 23), lo que obligó a cambiar las comidas de los animales, que necesitan “dos horas de digestión antes de hacer ejercicio”.

Con información de Noor Mahtani, Pedro Gorospe, Javier Martín-Arroyo, Marc Rovira y Silvia R. Pontevedra

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