Murcia confina a 376.000 personas de municipios costeros para evitar la propagación del coronavirus

El Gobierno de Murcia ha decretado este viernes el “confinamiento” de todos sus municipios costeros para evitar la propagación del coronavirus. En concreto, la medida afectará a los términos de Cartagena, San Javier, San Pedro del Pinatar, Los Alcázares, La Unión, Mazarrón y Águilas, que aglutinan una población total de unos 376.000 habitantes y que en los últimos días han recibido una gran afluencia de personas procedentes de Madrid que cuentan con segundas residencias en esas zonas de costa. Ninguna persona podrá entrar o salir de esas localidades salvo por motivos laborales o sanitarios, y en las localidades se cerrarán todos los negocios excepto las farmacias y las tiendas de alimentación. Este jueves, Cataluña decretó el aislamiento de Igualada y otras cuatro localidades.

Se trata de una medida “drástica”, ha dicho en una rueda de presa convocada de urgencia el presidente, Fernando López Miras, visiblemente enfadado. El confinamiento, ha insistido durante toda su comparecencia, es consecuencia directa de la “irresponsabilidad” de muchos madrileños que tienen su segunda residencia en la costa murciana, y que “han entendido la cuarentena en casa como una especie de vacaciones” en la playa. “La imagen es lamentable e irresponsable, no puede ser permitido”, ha subrayado.

Más información

El estado de alarma, en imágenes

El confinamiento entrará en vigor este mismo viernes, con la publicación a lo largo del día de un decreto que está ultimándose. En él, se dará autoridad a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y a las policías locales para restringir los movimientos y la libre circulación. Si las “actitudes irresponsables” continúan produciéndose, ha señalado Miras, estas medidas podrían ampliarse al resto de la comunidad autónoma.

El Gobierno murciano ya pidió este jueves a todos los madrileños y vascos que viajen a la región que mantengan una cuarentena de 14 días, solicitud que han reiterado este viernes, cuando la región suma 36 contagios, siete más de los que había la noche anterior, y todos estos nuevos casos son personas procedentes de la capital. Miras ha puesto el acento en uno de ellos: un hombre de 88 años que “ya había desarrollado la enfermedad”, pese a lo cual, se desplazó en tren hasta la costa, e inmediatamente ha tenido que ser ingresado en la UCI del Hospital Los Arcos del Mar Menor con pronóstico reservado.

“No voy a permitir ninguna irresponsabilidad más. Voy a hacer lo que tenga que hacer para proteger a mi gente”, ha apuntado, y ha mostrado su apoyo al Gobierno central si decide decretar el estado de alarma, como finalmente ha hecho, algo que, en su opinión, es imprescindible para frenar la expansión del virus.

En los municipios afectados, los vecinos aseguran que desde hace unos días venían notando una afluencia de visitantes que no es habitual en temporada baja. Chema, que es técnico de emergencias en Los Alcázares, asegura a EL PAÍS que empezó a notar cómo se llenaban las segundas residencias “cuando empezaron a ponerse medidas más restrictivas en Madrid”, y lamenta que los visitantes incluso se quejaban de la mala situación de las playas, en proceso de reconstrucción tras los tres episodios de gota fría que han asolado la zona desde el pasado septiembre. “La gente no ha tomado conciencia de que el confinamiento en casa es la medida más eficaz para evitar la transmisión comunitaria, se lo han tomado como unas vacaciones”, critica. Tampoco está de acuerdo con la “falta de coherencia” que en su opinión tienen las medidas planteadas: “Si cierras la universidad, también tienes que cerrar la discoteca. Si cierras el colegio, también los lugares de diversión pública”.

Dudas entre los vecinos

Algo similar opina Juan Pablo, trabajador de una fábrica en el Valle de Escombreras (Cartagena) y residente en La Unión, municipios ambos afectados por la medida de confinamiento, que cree que la limitación de viajes debería haberse impuesto antes y en toda España. “Hay madrileños que han venido de vacaciones incluso sabiendo que tenían el coronavirus. Ahora no nos dejan salir de casa y se ha desatado la psicosis”, apunta.

En Cartagena, el confinamiento ha suscitado dudas entre los vecinos por las peculiares características del municipio, que se divide en el casco urbano y las zonas de playa, ubicadas en La Manga del Mar Menor. Enrique, que trabaja en el Arsenal Militar, en el casco urbano, duda de si le afecta o no el confinamiento, aunque asegura que él y su familia están manteniéndose en sus casas. En su opinión, se debería guardar cuarentena “en toda España” si realmente se quiere frenar la expansión del virus.

Rocío, que vive en Murcia pero trabaja en un centro educativo de Cartagena, no tiene claro cómo se podrá controlar que los desplazamientos que se hagan a la ciudad portuaria sean por motivos laborales. Ella es autónoma, por lo que no tiene ninguna acreditación de empresa que demuestre su vinculación con la ciudad, en la que viven sus padres. “No sé si me está permitido ir a verlos”, señala.

Mientras, Gandía ha decidido “cerrar” su playa para disuadir a los turistas y no dar una imagen de sensación de normalidad, según ha explicado el concejal de Turismo y Playas de la localidad valenciana, Vicent Mascarell. “Es un símbolo. No vamos a dar servicios, como el de socorrismo, ni a alzar la bandera, ni abrir los chiringuitos, en un día como hoy en que para nosotros empezaba la temporada”, ha explicado el regidor. Mascarell reconoce que han detectado estos días una afluencia de visitantes procedentes de Madrid, aunque menor que en otros años por la suspensión de las Fallas.

Información sobre el coronavirus

- Aquí puedes seguir la última hora sobre la evolución del coronavirus

- El mapa del coronavirus: así crecen los casos día a día y país por país

- Guía de actuación ante el coronavirus

- En caso de tener síntomas, estos son los teléfonos que se han habilitado en cada comunidad