“Lo único que no podemos hacer es darnos por vencidos con el clima”
La responsable de cambio climático de la ONU, Patricia Espinosa, espera que la cumbre mundial de Madrid ayude a "aumentar la ambición para frenar el calentamiento"
La evidencia científica sobre el clima y la geopolítica de la lucha contra el calentamiento dibujan un escenario complicado para el planeta, pero Patricia Espinosa (México, 61 años), secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, no pierde la esperanza. “La humanidad ha sufrido muchos tropiezos y siempre ha logrado salir adelante. Lo único que no podemos ni debemos hacer es darnos por vencidos”, dice.
Diplomática de carrera, Espinosa asiste desde el lunes a la accidentada cumbre del clima que Brasil rechazó organizar, Chile asumió y ha acabado en Madrid por las revueltas en el país latinoamericano. Sobre el papel, su trascendencia es limitada: se trata de que los Estados pacten desarrollar un artículo, el seis del Acuerdo de París, sobre el mercado en el que los países compran y venden derechos para reducir entre todos el CO2 emitido a la atmósfera en esta lucha que es global. Pero este complejo asunto de contabilidad es clave para evitar que el aumento de temperatura del planeta supere los dos grados. Cada iniciativa para neutralizar la huella de carbono lo es. La activista sueca Greta Thunberg se desplaza en barco a la cumbre y tiene previsto llegar a la Península a mediados de semana. Espinosa —admite con pesar— no ha podido evitar el avión. “Es uno de los grandes retos que tenemos”.
Pregunta. España ha tenido que organizar esta cumbre, de trascendencia limitada, a toda prisa. ¿Por qué debía celebrarse?
Respuesta. Atender a las consecuencias del cambio climático es un proceso continuo. Todas las conferencias sobre un tema que es de gran trascendencia para el futuro de la humanidad son importantes. Aparte del artículo seis sobre mercados de carbono, pendiente para hacer plenamente operativo el Acuerdo de París, vamos a tratar sobre océanos, bosques, pueblos indígenas, género…
P. ¿Qué se podrá considerar un éxito?
R. Desde el punto de vista de las negociaciones, solucionar el tema de los mercados de carbono. Pero la cita debe ayudarnos a incrementar la ambición de los países en mitigar el cambio climático, adaptación, esfuerzos para dar capacidades a los países en desarrollo o incrementar su acceso a mecanismos financieros…
P. ¿El objetivo de lograr 100.000 millones anuales de financiación para 2020 para los países en desarrollo es factible?
R. Hemos visto algún desarrollo alentador. Pero los 100.000 millones, que son un símbolo sobre la voluntad de luchar contra el calentamiento, no bastan para financiar la transformación necesaria de la economía global. Tendríamos que hablar de trillones.
P. Unos 70 países han anunciado que revisarán al alza sus planes de recortes de emisiones. ¿La cifra puede crecer en Madrid?
R. Tenemos señales. Hay algunos países que necesitan ciertos procesos internos para ir avanzando en este compromiso y poder hacerlo público. Un caso importante tiene que ver con la Unión Europea, que está en negociaciones al respecto.
P. Pero sin un compromiso fuerte de China, ¿la lucha no está abocada al fracaso?
R. China tiene sus ciclos de planes quinquenales y lo están trabajando. La dinámica en la toma de decisiones les hará difícil poder ahora comprometerse públicamente. Sin duda, uno de los grandes retos en esta lucha tiene que ver con los países de Asia y, obviamente, China, que vive un proceso de transformación muy acelerada. Para el país es muy importante que no se le mida igual que a los países desarrollados porque viene de un proceso muy diferente y sigue enfrentando retos que encontramos en los países en desarrollo pobres.
P. Trump ha iniciado el proceso, reversible, para sacar a EE UU del Acuerdo de París. ¿La batalla contra el cambio climático puede ser exitosa sin la primera potencia del planeta?
R. Nos ha preocupado desde el principio y siempre estamos reiterando que estamos dispuestos a trabajar con la Administración de EE UU sobre cualquier tema que le preocupe con respecto a esta agenda. Pero también vemos una gran actividad de empresas, ciudades, regiones, algunos de los Estados... que han asumido compromisos muy ambiciosos. Por otro lado, lo que está ocurriendo con los desastres naturales, los fenómenos meteorológicos extremos, está ayudando a que la gente tome mayor conciencia.
P. Rusia ratificó el acuerdo pero no ha presentado un plan oficial de recorte. ¿Le preocupa?
R. Esperamos que pronto ponga objetivos sobre la mesa.
P. Con esta geopolítica del clima es complicado ser optimista.
R. Por otro lado, también vemos las voces de los jóvenes en las calles, las voces de la gente, la evidencia clara. No solo la científica, que nos confirma lo que estamos viendo todos los días. Mi trabajo es ser optimista, debo tratar de sumar a la gente a nuestra agenda. Además, la humanidad ha sufrido muchos tropiezos y siempre ha logrado salir adelante. Debemos tener confianza en esa capacidad. Lo único que no podemos ni debemos hacer es darnos por vencidos y por eso es tan importante que sigamos recordando lo difícil de esta emergencia que enfrentamos pero al mismo tiempo cuántas oportunidades se han generado y cuántas más se pueden seguir generando.
P. Cada vez llegan más evidencias científicas que auguran una catástrofe. ¿Hemos llegado a un punto de no retorno?
R. En ciertos aspectos sí, como nos señalan los informes del IPCC [los expertos que asesoran a la ONU] o el último sobre biodiversidad, por ejemplo. Ya sabemos que hay especies que se han extinguido y eso es un punto de no retorno. Lo tenemos que tomar como una base para acelerar la acción.
P. ¿Es eficaz la forma de comunicar la crisis climática? ¿La difusión de tanto informe catastrofista no llevará a un hartazgo contraproducente en la ciudadanía?
R. Los informes científicos son muy técnicos y, por tanto, difíciles de digerir para el ciudadano. Pero somos autocríticos. No hemos logrado hacer una comunicación cercana. Tenemos que cambiar y en eso el movimiento de los jóvenes y quienes se movilizan nos están ayudando mucho.
P. ¿Los jóvenes están logrando más que la ciencia?
R. Ellos también están actuando en base a la ciencia. Quizá están logrando comunicar lo que la ciencia nos está diciendo.
P. ¿Por qué estamos en una emergencia climática?
R. Porque estamos en algunos aspectos en un punto de no retorno. Por ejemplo, lo que nos dice la ciencia ahorita es que si seguimos así vamos a perder todos los corales. ¿Y por qué son importantes? Porque son un reservorio de múltiples especies. Estamos viendo también qué está pasando con los huracanes en el Caribe por ejemplo, ya sabemos que así va a ser cada temporada. Ya no se trata de saber cuándo va a haber un huracán que vaya a destruir. No. Se trata de saber a quién le va a tocar. Vemos también cómo las sequías han desplazado gente y en África la han puesto a merced de grupos de delincuentes, incluidos terroristas. Es un tema de supervivencia, de seguridad y de estabilidad. Por eso estamos en emergencia climática.
P. Estamos viendo en el mundo revueltas, en muchos casos, iniciadas contra medidas impositivas al transporte. ¿Teme que los países den un paso atrás?
R. El coste de la inacción, el coste social, económico, político de no actuar, es mucho mayor.
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