Meteoritos a la carta
Catawiki, el catálogo ‘online’ para coleccionistas, celebra la mayor subasta europea de aerolitos
Del espacio, al ciberespacio. Ante la mayor subasta europea online de meteoritos, el juego de palabras resulta difícil de evitar. Organizada por Catawiki, el compendio de catálogos de coleccionistas colgado en Internet en 2008 por los holandeses René Schoenmakers y Marco Jansen, ofrece hasta hoy 65 piezas encontradas en Namibia, Marruecos, Argentina, Mongolia, Texas, Egipto y Túnez. Con precios que oscilan entre los 20 euros de una pequeña impactita (roca terrestre modificada por el impacto de un meteorito) hallada en el cráter de Darwin (Tasmania, Australia), a los 3.450 euros de una condrita (aerolito rocoso) de seis kilos, del noroeste de África, la cita tiene a su favor un hecho histórico: “Sólo hay 20.000 meteoritos catalogados por los científicos en el mundo”. Así lo afirma al menos Luc Hennion, el maestro subastero a cargo de la puja.
El compendio de catálogos ofrece 65 piezas de Namibia, Marruecos, Argentina y otros países
Hennion esperaba una buena pugna por uno de los meteoritos más bellos: un litosiderito de tipo pallasita, procedente del distrito ruso de Magadan, que fue descubierto en 1967. Atraídos por el brillo de sus cristales de olivino, los coleccionistas abrieron la liza el pasado martes a 3.034 euros. La estimación de Catawiki llegaba a los 5.000 euros porque el olivino, que oscila entre amarillo y oliva, acerca el meteorito a la joyería.
Por otro lado, para la condrita africana de los seis kilos podrían superarse los 6.500 euros. Calificada de “bella y elegante”, es casi negra y conserva las huellas de la erosión causada al atravesar la atmósfera.
Una tectita, el vidrio natural formado por el impacto de un meteorito contra la Tierra, procede de la República Checa. Allí son comparadas con las esmeraldas por su tono verde y son usadas por los orfebres. La que nos ocupa podía superar los 300 euros y su transparencia contrastaba con el verde compacto de otra tectita, esta vez del desierto de Libia. “Lo más probable es que se formara por la radiación termal liberada cuando un meteorito entró en la atmósfera”, señala el catálogo. Salía por 26 euros. Una ganga.
Los precios de los aerolitos subastados oscilan entre los 20 y los 3.450 euros
Una subasta así no sería lo mismo sin recuerdos de la Luna y de Marte. Del planeta rojo, hay un diminuto meteorito recogido en 2011 en Tata (Marruecos). Su recorrido anterior casi marea, porque los expertos calculan que la roca de la que se desprendió “pesaba unos siete kilos, estuvo 700.000 años dando vueltas a la Tierra y podría demostrar la existencia de agua marciana”. Todo por 270 euros, en la primera puja. De la Luna, hay otra roca, llegada del desierto del Sáhara, que es ofrecida por 65 euros.
La lista de aerolitos convive con otras colecciones que René Schoenmakers y Marco Jansen no tenían en su catálogo original. Coleccionista de cómic y experto en econometría el primero, e informático el otro, su conocimiento de las tecnologías de la información les llevó a comprar en 2008 los derechos de una base belga de datos de historietas con 110.000 entradas. Un año después se les unió Eric Boeré, editor de catálogos de sellos, monedas y tarjetas telefónicas. Como en otras iniciativas sorprendentes incluso para ellos, el medio millón de objetos a la venta en 2009 superó el millón en 2011.
“Soy un ávido coleccionista de cómic y un apasionado de Internet. Catawiki, que combina ambos aspectos, organiza unas 40 subastas online a la semana y tiene casi 200.000 usuarios inscritos”, reza el perfil de Schoenmakers, en Internet, claro. Los sellos están muy bien, pero es difícil competir con Pieza de Cometa, un meteorito hallado en 1969 en Chihuahua (México). Todo un souvenir del Cosmos.
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