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“No queríamos algo así, aquí la pesca es muy importante”

Los vecinos de Vinaròs claman por el cierre del almacén de gas submarino

Protesta de los vecinos de Vinaròs contra el proyecto Castor.
Protesta de los vecinos de Vinaròs contra el proyecto Castor. josep lluís sellart

Cacerolas, silbatos, gritos, golpes a una valla de obra. Cualquier instrumento era válido ayer para expresar el rechazo del proyecto del almacén de gas subterráneo Castor que se ha instalado frente a la costa de Vinaròs (Castellón) y cuyos trabajos han provocado (los expertos están analizando la relación causa-efecto) una escalada de seísmos en la zona. A media hora del inicio oficial de la protesta ya no cabía nadie en la plaza del Ayuntamiento. Cientos de vecinos (bastantes más que la concentración del pasado lunes) clamaron al unísono: “¡No queremos Castor!”.

“Es que hay ganas, esto no puede seguir”, comentaba Lidia, una vecina que comparte la enorme preocupación que se ha instalado en esta localidad costera de Castellón. La escandalosa protesta se completó con carteles exigiendo el cierre de la plataforma. “Hay gente que está asustada, se caen estanterías y los temblores se notan cada vez más”, apuntaba otra vecina.

A la protesta acudió también “como un vecino más” el alcalde de Vinaròs, el popular Juan Bautista Juan. “Nosotros no apoyamos este proyecto, es del equipo anterior y pedimos responsabilidades”, dijo. En el municipio, muchos le piden también que dé más información sobre lo que ocurre con el proyecto y su posible relación con los terremotos. “Hay mucha desinformación, no nos dicen nada y solo nos queda esperar que esto acabe”, criticó uno de los tantos vecinos que decidieron sumarse a la protesta convocada por las redes sociales.

Hace semanas que la tranquilidad del municipio se ha roto por completo. “Desde hace días los perros comenzaron a ladrar sin parar y a rascar las puertas para entrar en las casas”, señalaba Marisa, una vecina de la localidad que comentaba en un parque con unas amigas el temor que sienten desde que los temblores se han hecho más fuertes. Es el tema de conversación del día desde hace semanas. Lo que era anécdota se ha convertido en habitual y los vecinos empiezan a prepararse por si los seísmos van a más.

“En el instituto hoy han hecho simulacro de terremoto y están repartiendo folletos explicando cómo actuar”, dice una amiga de Marisa. Otro vecino explicaba la curiosa fórmula ideada por un conocido para saber cuándo hay un seísmo. “Ha colocado en casa piedras apiladas una encima de otras, cuando se caen es porque se ha movido la casa”, señaló. Bromeaba con ello, pero luego relató que su hija, que vive en su mismo bloque pero en el quinto piso se ha ido de casa después del temblor de 4,1 grados registrado en la madrugada del jueves. “Me ha dicho que no volvía a casa”, afirmó.

Todos explican que cuando empezó a hablarse del almacén de gas el pueblo se opuso. “No queríamos algo así, aquí el sector de la pesca es muy importante y temíamos que fuera perjudicial. Nos opusimos y firmamos alegaciones, pero no pensábamos que podía pasar esto”, decía Sara, otra vecina de Vinaròs que critica la falta de información que se está dando. “Esto es casi lo peor”, afirma. En la protesta, hubo quien portó carteles recordando que Vinaròs es conocida por sus langostinos y que la plataforma “los pone en peligro”.

De momento, los temblores se han quedado en rotura de ventanas y algún que otro desperfecto menor en pocos casos. El miedo se ha instalado en una parte de la población. La otra se divide entre la incredulidad de que los terremotos vayan a más (“no para de salir en la tele, pero luego preguntas y muchos hablan sin sentir los terremotos”) y la confianza en la tecnología. “Se supone que todo esto tiene que estar controlado, no creo que se pongan a hacer una inversión de tal calibre y esto no esté estudiado”, comentaba otro. Pero unos y otros coinciden en que los terremotos tienen que parar. Y para ello van organizando protestas espontáneamente. Una cacerolada a modo de seísmo o concentraciones frente al Ayuntamiento. En los próximos días se han convocado actos similares en otros municipios afectados de El Baix Maestrat.

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